La técnica metamórfica: el masaje de la transformación
Durante el periodo de gestación (los nueve meses transcurridos desde nuestra concepción) se establecen nuestras estructuras físicas, mentales y emocionales. La vida después del nacimiento tiene sus raíces y se asienta sobre este periodo prenatal. Es esta estructura temporal la que se libera con el masaje metamórfico, dejando fluir lo que realmente somos.
El trabajo de la metamorfosis se manifiesta por una transformación en nuestra manera de ser y en nuestras actitudes hacia la vida.
Los nueve meses de embarazo, considerados como un viaje de la no materia hacia la materia, son toda una vida que nos marcará definitivamente. La formación que se está grabando durante ese período será la que nos haga movernos por la vida, la que nos condicione como seres humanos.
¿Cómo se realiza?
A través de una suave caricia en puntos muy concretos del pie, manos y cabeza, se consigue movilizar la propia energía vital de la persona, fuera de las limitaciones del tiempo. De esta forma, los problemas físicos, mentales y emocionales son cada vez menos operativos, consiguiendo despertar la capacidad de autocuración innata en cada uno de nosotros.
Resumiendo podríamos decir que el masaje metamórfico es una técnica terapéutica que considera que el hombre está en continua transformación, que la concepción es el punto de partida de la aventura de la vida, y que durante el embarazo se establecen los patrones que van a condicionar nuestra andadura.