Shiatsu: reflexiones tras una sesión de shiatsu
Reflexión tras una sesión de shiatsu.6 de mayo 2010
Ayer, en el inicio de un masaje, un paciente mío habitual me preguntó: “¿el shiatsu, principalmente, para que dirías que sirve?”. La pregunta me sorprendió viniendo de una persona que recibe masajes míos periódicamente. Me quedé como cuando los niños te hacen preguntas directas y profundas. Contesté que en mi opinión, actuaba sobretodo en mente/cuerpo relajando profundamente, llevando a un estado pseudo-meditativo que favorece la curación. Además, como otros masajes, relaja musculatura y moviliza las articulaciones.
Procedí al masaje después de esto. Tras el shiatsu, le pregunte que tal se sentía a lo que me contesto muy positivamente. Volví a recordar su pregunta y tras la experiencia de shiatsu que habíamos tenido le dije: “¿no te has quedado en un estado muy profundo?, ¿un estado como oceánico, meditativo, entre sueño y despierto?”. A esto el me respondió que si. Yo añadí: “esto es lo que yo creo que distingue al Shiatsu”. “Favorece un estado en el cual mente-cuerpo y alma si es que existe, se reunifican.
Y este es de por si un estado que favorece la curación. Cuando el cuerpo/mente esta unificado, la circulación no encuentra obstáculos y el organismo total se comunica con fluidez, sabiendo lo que debe hacer. En un estado así, la autorregulación organísmica fluye y la autocuración se da por naturaleza”.
En este estado unificado, irrumpe “el testigo” y si la persona se familiariza con él y se identifica con él, dará un paso evolutivo hacia lo transpersonal, transcendiendo el mundo egoico y expandiendo el Ser.
No todos los pacientes acceden a ese estado unificado del que hablo, pero yo diría que si lo hacen la mayoría. En diversos grados de profundidad todos se relajan y su metabolismo se ralentiza, entran a un mayor contacto consigo mismos en la medida de sus capacidades, de su estado previo. Una persona muy estresada o con gran ansiedad, con ira o con grandes molestias físicas, no podrá llegar directamente en una sesión a una profundidad así, pero en relación a su estado previo al masaje, el cambio será sustancial.
Muchos otros, incluso se quedarán dormidos y su conciencia se sumirá en el inconsciente, seguramente si esto sucede es porque lo que necesitan es descanso y desconexión. La inconsciencia del sueño es otro estado de regulación orgánica natural, en el cual, el Ser y el cuerpo se reorganizan. La diferencia es que en el sueño (a no ser el sueño lúcido), no hay testigo.
El shiatsu nos favorece este estado “unificado” y fomenta un recuerdo en el individuo de ese estado, una memoria y un reconocimiento que posteriormente hacen mas fácil a la persona acceder a él. Poco a poco tras la sesión el estado se va disipando y la unidad se va disociando.
La continuidad en los tratamientos produce una inercia positiva en la cual el “Ser unificado” tiene mayores posibilidades de auto-reconocerse y perdurar. Las personas que reciben semanalmente su sesión de shiatsu, se encuentran mas conectadas con este estado del Ser y esto se traduce con cambios externos e internos en sus vidas.
También encuentran un sentimiento de bienestar mayor y su salud general mejora. Por supuesto, el shiatsu es una herramienta disponible pero no es el único camino. Por ejemplo la meditación es otra herramienta hacia el “ser unificado”, como también lo puede ser el Yoga u otras técnicas.
El shiatsu, siendo un masaje muy completo, además, va a movilizar todos los componentes corporales. Tonificará piel y cabello, relajará musculatura, tendones, ligamentos y fascias, movilizará sistema óseo y articulaciones, favorecerá circulación de sangre, linfa, impulsos nerviosos, en definitiva Qi.