Educación afectiva

30 Dic 2018 lectura de 5 minutos
Educación afectiva

“Cuando los adultos no toman en cuenta los sentimientos de sus hijos, estos terminan pensando que sus emociones no son importantes”, señala Linda Lantieri, educadora y experta en aprendizaje social y emocional.

Si empleamos de forma regular la amenaza verbal o el castigo como estrategias educativas cada vez que nuestros niños muestren una emoción, les empujamos a que asocien dicha muestra con una consecuencia indeseada. De tal modo, promovemos, y en muchas ocasiones sin desearlo o desde nuestra mejor intención, que escondan y mantengan en su interior sus emociones sin haber adquirido todavía habilidades para gestionarlas. Sin desarrollo de dichas habilidades, nuestros pequeños se convertirán en adultos con escasez y desequilibrios en habilidades socio-emocionales, algo que, por otra parte, cada vez es más reconocido y demandado en el ámbito empresarial.

La represión emocional que procede de este tipo de asociaciones, suele concluir con episodios de ira, gritos, pataleos, lloros, golpes compulsivos y un amplio repertorio de manifestaciones emocionales descontroladas que seguro, como padres, habremos presenciado en algún momento.

Como adultos y progenitores tenemos la oportunidad de facilitarles herramientas de gestión emocional y acompañarles en su proceso; ayudarles a crear una base afectiva sólida que retroalimente las aptitudes cognitivas que marcan su educación escolar.

Durante mucho tiempo, los profesionales de la educación y los padres han estado preocupados por las calificaciones de los educandos, el fracaso y el absentismo escolar o la nota que le convierte en “apto o no apto” para el siguiente curso, modalidad o carrera universitaria. Recientemente están comenzando a darse cuenta de que existe una carencia mucho más apremiante y que afecta a todos los niveles de la personalidad incluyendo, por supuesto, el ámbito socio-educativo: la alfabetización emocional. No obstante, aunque se siguen haciendo esfuerzos notables para mejorar el rendimiento académico, el interés por la educación afectiva y emocional no es, ni de lejos, proporcional al énfasis del área cognitiva.

Es comprensible que muchos profesores se sientan sobrecargados por un programa escolar excesivamente repleto de contenidos y nuevas materias como para dedicar “un tiempo extra” a la educación emocional. Por ello, una de las estrategias que comienzan a darse en la actualidad no consiste tanto en crear una nueva asignatura de inteligencia emocional como yuxtaponer las materias ya existentes con lecciones de educación emocional. Sentimientos y emociones impregnan nuestro día a día; nuestras decisiones son tomadas y valoradas considerando nuestra parte emocional; nuestras reacciones ante las noticias son unas u otras en función del estado emocional en que nos encontremos, ¿Por qué entonces desvincularlas de cuanto acontece en la vida?.

Si queremos formar parte de esta estrategia educativa para nuestros hijos, necesitamos encontrar experiencias y modelos educativos positivos que nos enseñen a vivir de un modo más integrado.

Una propuesta diferente: campamentos holísticos

Ya en la década de los 80, los doctores Gardner y Armstrong demostraron que los niños y niñas tienen diversas inteligencias o estilos de aprendizaje que llamaron Inteligencias Múltiples. Definieron nueve tipos de inteligencias diferentes; a día de hoy, ya son trece las que pueden enumerarse, entre las que se encuentra la Inteligencia Emocional.

Históricamente, el sistema escolar ha estado promoviendo dos de las inteligencias, la inteligencia lógico-matemática y la lingüística, perjudicando a los niños y niñas que tienen más desarrolladas otras vías de aprendizaje y desequilibrando el potencial holístico de cada individuo.

El Club Deportivo Dyno Adventure propone una nueva modalidad de campamentos que “sean una nueva forma de entender la educación y el ocio; una aventura de crecimiento y disfrute personal en todos los niveles”, señala Daniel Martín, presidente del Club y creador del programa BioAventura.

"Se trata de tender la mano a los niños y niñas, acompañarles en su camino de crecimiento y facilitarles herramientas y habilidades para la gestión de su vida”, continúa Daniel.

Quince días en un campamento de verano se convierten en una auténtica convivencia que puede ser tan rica como uno la alimente. Y el alimento de esa iniciativa es la cercanía, el disfrute, la comunicación afectiva y el desarrollo de todas las capacidades del participante. “Hay que entender la vida como una aventura llena de oportunidades. Todos formamos parte de esa aventura y es mucho más rico el vivirla desde el cariño y la cooperación mutua que desde la competitividad y la desconfianza”, añade el presidente del club y cofundador del programa.

Noemi Paymal, investigadora, escritora y creadora de Pedagogía 3000, nos presenta en un capítulo de su libro Pedagogía 3000 – Guía práctica para docentes, padres y uno mismo – herramientas bio-inteligentes para implementar en el aula, hogar o, como en el caso de BioAventura, campamentos para niños y niñas.

La escritora francesa define las herramientas bio- inteligentes como aquellas prácticas pedagógico-terapéuticas de desarrollo integral; alternativas flexibles e incluyentes que involucran al niño en su propio desarrollo. Son cada vez más las iniciativas que abogan por una educación del Ser que apueste por una educación integral; BioAventura es un comienzo en España de este estilo de aprendizaje.

Apostemos por una educación afectiva, una educación desde el Ser donde cada niño y niña se involucre en un proceso de crecimiento motivador, desde la colaboración y el descubrimiento; desde la creatividad y la curiosidad; desde el pensar, el sentir y el vivir en armonía.


Libros:

  • Daniel Goleman – Inteligencia Emocional
  • Linda Lantieri – Inteligencia Emocional Infantil y Juvenil
  • Noemí Paymal – Pedagogía 3000

Entrevista y Página Web: