Masaje con "Heibe Rollé” o Rodillo Caliente
Es una forma sencilla, práctica y eficaz de aplicar calor húmedo a la vez que se aplica masaje. No se trata de un nuevo invento, es un proceso desarrollado en Alemania en los años 30. Permite dosificar tanto el nivel de calor como el nivel de presión que se efectúa en el masaje, todo depende de la tolerancia del paciente.
Su aplicación se realiza con unas toallas enrolladas, en las que se ha vertido agua hirviendo y han quedado empapadas y muy calientes. Así poco a poco se va masajeando y aplicando calor. Al principio siempre con toques suaves y cortos para que la piel vaya acostumbrándose al calor, poco a poco se verá que se puede aplicar más presión y durante más tiempo, el propio paciente nos puede ir indicando si está muy sensible.
Las toallas van dejando ese calor en el cuerpo del paciente y se van enfriando. Entonces se van desenrollando y la nueva capa que aparece está nuevamente muy caliente, y así hasta desenrollar las dos toallas, habiendo cubierto todas las zonas del cuerpo deseadas. Normalmente, cuando se ha desenrollado la primera toalla, se cubre con ella toda la zona tratada y se deja un ratito con el calor que le queda masajeado y friccionando al mismo tiempo, obteniendo el paciente una sensación muy agradable.
Cuando se termina con el rodillo caliente, se debe secar y dejar reposar al paciente unos minutitos, tapando con una toalla seca. A continuación se puede dar por terminada la sesión o si es necesario se puede aplicar un masaje normal, o un masaje con movilización articular que resultará mucho más efectivo que sin la aplicación del rodillo.
Se puede realizar solo con agua o combinar con hierbas o aceites esenciales.
Se puede aplicar a casi cualquier parte del cuerpo, espalda, cuello, abdomen y extremidades. Es muy importante tener en cuenta los dermatomas para relacionar problemas y efectos reflejos.
Los efectos terapéuticos
- Uno que nunca falla “Relajación”.
- Al aumentar el calor hay una mejor circulación y un gran aporte de oxigeno a la zona.
- Se activan los reflejos de la piel y de los músculos.
- Reduce el dolor.
- Mejora las adherencias y/o ayuda a quitarlas.
Las indicaciones son muchas y muy variadas
- Lesiones musculares y del sistema locomotor o estructural: tendinitis, artrosis, hipomovilidad articular, lumbalgia, ciática, etc.
- Problemas de órganos internos: hígado, estómago, intestinos, pulmones.
- Problemas de tipo nervioso o tensional: cefaleas, estrés, etc.
En cuanto a contraindicaciones, son básicamente las que puede tener un masaje normal, por ejemplo, dolor agudo en un órgano interno, trastornos circulatorios con varices, flebitis, fiebre, etc.