¿Qué podemos entender por enfermedad?
Cada vez más a menudo la medicina convencional le está dando más importancia a las emociones que cada uno de nosotros tenemos o experimentamos. Estas emociones, en gran medida, son las responsables de nuestros desequilibrios y posteriores dolencias o enfermedades.
Todos conocemos a alguien con una actitud o unas emociones malas "X" que hemos visto cómo ha ido degenerando en alguna enfermedad, y comentábamos "cómo siga así enfermará". Pues sí, esto ocurre, salvo en las enfermedades de contagio vírico, las cuales son ajenas a nuestro estado, que solamente con un estado energético y emocional adecuado tu sistema inmunológico las combate, por eso hay veces que estamos en ambientes cargados de gripe u otro ambiente cargado de virus con más gente y no a todos nos afecta por igual, depende de nuestro estado.
Tenemos que entender que no sólo somos un cuerpo con sustancias químicas, células y demás.
Tenemos una parte invisible, una energía arrolladora que nos da o nos quita salud de golpe. Para combatir y comprender nuestras enfermedades debemos conocernos mejor y escucharnos a nosotros mismos.
El cuerpo no es una parte independiente de nuestro espíritu, pensamiento, emociones o voluntad, todo está conectado lo tangible con lo intangible, y si no está todo armonizado nuestra salud se descompensa.
Recordemos que las funciones de nuestro organismo son electro-químicas. (Neuronas, células, etc...). Cuidemos eso.
Esta parte no tangible cómo los sentimientos, emociones, pensamientos, decisiones, promesas, influyen directamente en nuestro organismo. Los médicos ya saben que las emociones de miedo, rabia, alegría, serenidad, se manifiestan en nuestro cuerpo generando reacciones químicas y eléctricas en nuestros órganos y funciones. Los conductos más habituales de manifestación son:
- El sistema endocrino
- El sistema nervioso
El cerebro y las glándulas endocrinas obran los cambios en el organismo, un disgusto por norma general contrae los músculos de los huesos y de los órganos del cuerpo. La tensión, el stress, es la principal causa de nuestros males. No es enfermedad inicialmente es tensión muscular que llevada al extremo puede llevarte a la enfermedad.
Un enfado muy fuerte, provoca entre otros signos en enrojecimiento de la piel del rostro, se nos desorbitan los ojos, la mandíbula se nos tensa (Reacción de nuestra parte animal de defensa cómo acto de morder) músculos de los labios contraídos, cerramos los puños y nos tiembla hasta la voz, estos son signos externos. Los signos internos coagulamos más rápidamente, por si hay pelea y heridas una baja pérdida de sangre. El estómago se repliega con tal fuerza que mientras estamos con esa emoción no sale nada de él y todo el tubo digestivo sufre unos espasmos que provocan dolores intestinales durante y después el enfado. El corazón aumenta de latidos, la tensión de la sangre aumenta, todo ello contribuyendo a un ataque de corazón fulminante o lesión importante.
Las emociones desagradables nos pueden llevar a:
- Jaquecas o migrañas.
- Dolor de cuello y/o garganta.
- Molestias de estómago.
- Molestias de colon.
- Gases.
- Alteraciones de la piel.
- Dolor de espalda.
- Etc...
Y si es nuestro sistema hormonal el afectado por esa emoción tan dañina nos afectaría al metabolismo y la reproducción: Infertilidad, fatiga crónica, obesidad, alergias, etc...
Teniendo en cuenta todo esto hay que entender nuestro cuerpo y salud como un todo, como algo global que compete a todo nuestro organismo.
Una higiene mental y energética nos prevendrá de malestares y enfermedades. Controlemos esto y enfermaremos menos.
En las siguientes entradas veremos cómo pueden ayudar las diferentes terapias al equilibrio y resolución de estos conflictos. Explicando cada una de ellas.