Efectos provocados por el Reiki y crisis de curación
Ya decíamos que el Reiki colabora con el organismo en su habilidad natural de curación, restableciendo la armonía de espiritual y energético en su totalidad.
Tanto dando como recibiendo Reiki, se pueden notar diferentes sensaciones tanto físicas como emocionales o espirituales, siendo muy personales estas sensaciones. Hay veces que hasta se comparten estas sensaciones entre terapeuta y receptor, pero hay que recordar que no hay dos iguales porque cada individuo es eso un individuo.
Las sensaciones pueden ser de calor en las manos, de frío, picores, hormigueos. Dolores y punzadas en los órganos que no funcionan correctamente. Hormigueo en plantas de los pies, todo esto es garantía de que la energía está fluyendo y haciendo su trabajo.
Otros tienen viajes a su interior, teniendo visualizaciones de colores, lugares, personas, etc… que lo llevan a un viaje interior.
Al paciente hay que informarle antes de darle un tratamiento que puede haber un proceso llamado “Crisis de curación” que no es otra cosa que un empeoramiento temporal de los síntomas que lo trajeron a nosotros o de dolencias pasadas mal curadas y olvidadas.
Esto igualmente no es malo sino que es buena señal de que el organismo asimila la energía y está trabaja eliminando toxinas, en ese preciso momento hay que seguir con las terapias con el fin de ayudar a expulsarlas.
Es habitual que en los días siguientes a la sesión la persona pueda tener una sensación de náuseas, irritabilidad, sensibilidad excesiva o que pase una semana enfadado.
No pienses que el Reiki te ha ido mal y que no sólo no te ha beneficiado, sino que también te ha causado trastornos en su persona.
Esta crisis es un proceso que se activa en nuestro ser, mediante el cual nuestro cuerpo físico libera todo lo que nos sobra de nuestro cuerpo mental-emocional liberando emociones o sacándonos a flote patrones de pensamiento que nos son dañinos.
Los síntomas mentales-emocionales pueden ser:
Algunos de los síntomas físicos pueden:
- Aumento de la sudoración.
- Aumento de las micciones, su color, olor.
- Aumento de las evacuaciones, cambio de color, olor.
- Erupciones cutáneas.
- Vómitos
- Síntomas de resfriado o gripe
- Migrañas o dolores de cabeza.
- Aumento de la temperatura corporal y fiebre.
- Lesiones o enfermedades antiguas que parecían curadas.
Cada uno reacciona de una manera distinta incluso no manifestarse ninguna crisis o no darse cuenta de ella, y no por eso es menos efectiva la terapia, no tiene nada que ver.
Para sufrir una crisis de sanación se debe realizar un tratamiento de varias sesiones para limpiar a fondo los bloqueos tratando los chakras.
Cuanto más se extienda en el tiempo un tratamiento de Reiki más y mejores serán sus efectos hasta la sanación total en muchos de los casos.
Una sesión actúa sobre problemas puntuales. Por el contrario, el Reiki con planificación y constancia se dirige directamente hacia la causa de las dolencias y equilibra al paciente y a su globalidad.
Es imposible dar plazos dado que cada organismo es diferente a otro en su reacción, enfermedades antiguas o crónicas pueden alargarse en el tiempo, date cuenta que han estado contigo mucho tiempo y nos les gusta la idea de irse.
En estos casos el agravamiento aparente remitirá al cabo de dos o tres días y dar en esos días sesiones para apoyar la limpieza.
Además hay que tener en cuenta que un tratamiento integral afecta al conjunto del cuerpo, mente y espíritu.