Primer principio de reiki - Solo por hoy no te enfades
El enfado, lleva a la rabia. Una no existe sin la otra. Son emociones primitivas que acompañan al hombre desde el principio de los tiempos, es una emoción primaria generada por nuestros instintos más básicos, en los albores de la humanidad garantizaba su supervivencia.
Es una emoción de la cual debemos desprendernos para poder conseguir nuestra evolución de conciencia desde todos los puntos de vista de las diferentes disciplinas que nos invitan a elevar nuestra conciencia.
Cuando alguien se opone a nuestros deseos, ideas o creemos sentirnos amenazados aparece el enfado, la rabia cómo un mecanismo de defensa, de supervivencia según nuestro subconsciente (pese a no necesitar esta emoción de defensa de la vida cómo en la prehistoria). A fuentes que indican y no puedo estar más de acuerdo de que el miedo y la ambición están estrechamente relacionados con ellos, y a su vez todo este cóctel nos encamina al temido odio.
Cuando estamos enfadados, rabiosos, atemorizados perdemos nuestras capacidades de razonamiento, de percepción de lo que nos rodea, es algo que nos bloquea y que nos envenena en sentido literal.
Nos llena de pensamientos y sentimientos negativos, no pudiendo salir de este círculo viciosos que nos hace ver todo el túnel negro y lleno de agresividad, que en condiciones de tranquilidad los tomaríamos como meras tonterías de fácil solución.
Nos acelera el pulso y la respiración, las pupilas se nos abren, producimos más saliva de lo habitual, se nos tensa los músculos faciales y la mandíbula. En esos momentos de enfado y rabia somos lo más parecido a un animal cómo tal llegamos a comportarnos, entregándonos a nuestros instintos primarios y no al razonamiento que nos distingue de ser animales. Este estado tan agresivo y negativo no hace más que producir pensamientos negativos y enfermizos.
Una persona en este estado necesita derramar su veneno dónde sea, pero gran parte de ese veneno contamina su organismo y su mente, aunque no lo descargue en otro ser o cosa.
El amor genera buenos pensamientos, para le gente con facilidad de ver e interpretar el aura, las emociones positivas o llenas de amor crean emanaciones de colores vivos y preciosos del cuerpo, mientras que lo único que emana el enfado, la rabia. El odio son es oscuridad, rayos negros que todo contaminan y todo alcanzan (personas, alimentos, ambientes y objetos que estén dentro de su radio de acción).
Recuerda siempre que la rabia y el enfado se contagian cómo un virus. Hasta el punto que es recomendable no alimentarse en este estado dado que todo lo que ingieras lo contaminarás y te puede sentar mal. En este estado ya decíamos que no puedes razonar, sentir, comprender, no eres capaz de ser feliz, está contrariado. Estás en el otro polo opuesto.
Este estado de infelicidad perjudica a su vez notablemente la salud de nuestro organismo, se va acumulando en él. Cuando hablábamos de los chakras indicábamos que bloqueaba el chakra básico, reduciendo nuestra fuerza física y nuestra energía. Afectando directamente a huesos, columna vertebral, riñones, sistema digestivo, etc..
Al alterar el ritmo cardiaco y la circulación de la sangre forzando nuestro sistema hepático. Perdemos mucha energía en estados de enfado innecesariamente.
No culpes a los demás de no estar en paz, consíguela en tu propio interior primero y verás cómo todo cambia a tu alrededor. Nadie tiene la culpa de lo que ocurre en tu interior.
Si usas la razón nunca te vencerá la rabia. Es decir todo depende de nuestra reacción, no podemos cambiar algo por dentro de nosotros directamente pero sí puedes transformarlo para que sea una experiencia, y minimizar su efectos hasta conseguir su atenuación total. La calma y la serenidad nos hace más fuertes.
Las emociones y los pensamientos son energías, nos los reprimas porque eso sólo serviría para acumularlos y que se almacenen hasta que exploten, hay que conseguir dominarlas y transformarlas. Debemos canalizarlas cada uno debe encontrar su camino de canalización: Actividad deportiva o física de acuerdo a nuestras posibilidades, meditación, el Reiki, técnicas de relajación, masajes, irnos al campo a la montaña o mar y gritar para dar suelta y desprendernos de esta rabia es fenomenal, pasear por un bosque y ponernos delante de un árbol abrazándolo, descalzarnos y pedir al propio árbol que nos ayude a descargar nuestra energía negativa acumulada permaneciendo unos minutos hasta sentirnos en paz.
Nunca se debe actuar impulsivamente, como los viejos dicen es mejor contar hasta tres o hasta veinte si la ocasión lo requiere, alejarse de la zona de conflicto y airearse hasta calmarse es otra solución para evitar contagiarse y volver renovado (estar en silencio y libre de contaminación emocional es una gran ayuda).
Todo a su debido tiempo es sinónimo de armonía.
Todo esto no es fácil de conseguir pero a medida que se lo propone uno y va entrenando la capacidad de realizarlo, irás notando la diferencia y lo bien que le sienta a tu salud mental y corporal, animándote a seguir en tu empeño, contagiando a los demás con tu cambio, no lo dudes. Te servirá para todos los ámbitos de tu vida.
Date cuenta de tus impulsos, transfórmalos en energía positiva, elige la fórmula que mejor se te adapte o que esté a tu alcance y date la oportunidad de cambiar tu vida a mejor!