Yuki (terapia energética japonesa)
El Yuki es una terapia milenaria utilizada en Japón por los sacerdotes Sintoístas. Las primeras anécdotas de las que se tiene conocimiento datan de siglo VII. Estos sacerdotes, quienes en realidad, eran los chamanes del antiguo Japón, utilizaban esta terapia de imposición de manos para devolver un estado de relajación o normalidad a la zona que provocaba el dolor al paciente.
Antiguamente se creía que el terapeuta era ayudado por los Kami o Dioses Shinto, los cuales eran principalmente 3 grupos: los de la naturaleza, los personales y los “Uji” (que pertenecen al clan o casta del mismo linaje). Actualmente la religión Shinto cuenta con otras variaciones de Kami y tiene influencias del budismo y del cristianismo.
Esta terapia puede ser dominada con la práctica pero es un camino difícil, sin embargo es relativamente fácil de dominar para aquellas personas que nacen con este don.
El Yuki se basa en la transferencia de energía vital o “Ki” de una persona a otra, siendo esta última la que conecta o enlaza con el campo energético del terapeuta. Para que la terapia tenga éxito, es necesario que el paciente crea en el terapeuta, es decir que confíe en él, que se “abra” al terapeuta.
El terapeuta de Yuki tiene un exceso de energía vital, es por eso que de forma natural la vierte hacia el paciente que es el recipiente donde el terapeuta vierte la misma.
Hay escuelas que insisten que para hacer Yuki hay que respirar por las manos.
Según Hiroshi Tanaka: “Eso es un “hibiki” de Reiki Japonés ¿y quieren hacer Yuki así? Eso está mal. Eso no es Yuki”.
Esta energía es eso, solo energía, llega al paciente carente de emociones, carente de vibraciones extrañas a él ya que proviene de una fuente natural que es el cuerpo humano.
Es el terapeuta quien consigue adecuar la energía a su cuerpo para luego ofrecerla, esto ocurre de forma natural sin la voluntad del terapeuta.
Para quienes preguntan si es una forma de Reiki he de contestarles que no, pero también forma parte del grupo de las terapias energéticas. En Reiki se baja energía universal que es la que damos al paciente, allí nosotros somos un mero canal y no hay voluntad ni pensamiento alguno del problema que tiene el paciente, en palabras de Hyakuten Inamoto “hueco como caña de bambú”.
A diferencia, el Yuki si que lo hace con voluntad, es más, en todo momento hay una conexión mental con el problema del paciente. Por otra parte, no se baja energía universal, sino que la produce en su cuerpo de forma constante.
En Reiki, el terapeuta, en la mayoría de los casos no toca al paciente (al menos en el Reiki Japonés – Ryoho).
Sin embargo, en Yuki se entra en contacto con el paciente en la zona afectada y eso facilita la cesión de energía, a la vez que el terapeuta puede “sentir” al paciente.
La preparación del terapeuta es fundamental en este tipo de terapia. No hay que convertirse al sintoísmo u ordenarse monje, pero es fundamental llevar una vida sana y una forma de meditación en particular para que la terapia tenga resultados.
El Yuki bien aplicado, tiene unos resultados sorprendentes y maravillosos, además de ser una terapia relativamente rápida. Para ver esos resultados es fundamental que tanto el terapeuta como el paciente colaboren en esta tarea y que se sigan las pautas anteriormente mencionadas.
Por último, es aconsejable que el terapeuta no practique esta terapia sin haberla estudiado y practicado de forma cuidadosa. Así como tampoco debería llevar a cabo una terapia si se encuentra con las defensas bajas, indispuesto o cansado luego de un día agotador.
Esta terapia es idónea para el tratamiento de cualquier enfermedad física o psíquica, para dolores articulares, musculares, menstruales, craneales, etc. Está recomendada para ambos sexos, niños, adultos, embarazadas, ancianos (especialmente aquellos con dolores de origen nervioso), etc.