Zero Balancing: el arte de equilibrar la energía del cuerpo con la estructura corporal
El Zero Balancing es una técnica terapéutica, desarrollada a principios de los años 70 por el Dr. Fritz Frederick Smith, médico traumatólogo especialista en columna vertebral y osteópata. Lo podemos definir como el arte de equilibrar la energía del cuerpo con la estructura corporal, y se puede entender, como una forma de digitopuntura estructural, donde a través de la aplicación de estiramientos y puntos de presión (fulcros) en lugares determinados, se favorece al reequilibrio de la energía corporal a través del esqueleto.
En su libro Puentes internos, el Dr. Smith nos habla de la evolución de su propia experiencia en el campo de la medicina occidental (estructural), y su inmersión en la medicina oriental (energética), hasta licenciarse en acupuntura y acreditarse como profesor. A partir de ese momento, se dedicó a explicar a los acupuntores la relación entre la estructura y la energía de sus pacientes para conseguir un estado de equilibrio óptimo, fusionando los conceptos de ambas escuelas médicas, hasta llegar a crear lo que más tarde sería el Zero Balancing.
La técnica del Zero Balancing tiene unas características muy peculiares. Sus maniobras son suaves, aunque poderosas y relajantes, y suelen producir una sensación de bienestar al mismo tiempo que facilita un mayor equilibrio entre las posturas. Destacamos principalmente los estiramientos para recoger toda la laxitud de la zona y así mantener la conexión con el cuerpo, especialmente con la zona que estamos trabajando, con un tacto respetuoso, reparador, firme y presente.
Estando bien conectados con la persona gracias a este estiramiento, realizamos la evaluación de la zona y procedemos a aplicar un fulcro en caso de encontrar energía contenida o un vacío energético.
Los fulcros consisten en aplicar un campo energético más limpio, claro y organizado, dónde encontramos este tipo de energía en el cliente en forma de tensión, contractura, dolor, emoción, calor, frío, hinchazón, limitación del movimiento, laxitud excesiva… y mantenerlo estable de manera que sirva de punto de referencia alrededor del cual la energía contenida o deficitaria de la persona se reorganiza siguiendo la referencia de claridad, limpieza y orden.
El Zero Balancing está indicado para: obtener un bienestar general, ya que ayuda a descubrir la experiencia y el conocimiento de encontrarse en un estado equilibrado de salud. También, así mismo, despeja y equilibra los campos energéticos del cuerpo dando apoyo de esta manera al crecimiento personal. Al hacer descargas dinámicas compensatorias ayuda a la reducción del estrés sin que este llegue a hacer mella en nuestro organismo.
Nos enseña a percibirnos como unidad, ya que trabaja y equilibra, simultáneamente, procesos corporales, mentales, emocionales e incluso espirituales. Zero Balancing, está especialmente indicado en el dolor que surge del desequilibrio de interfase entre la estructura y la energía del cuerpo.
También nos lleva a sentirnos conectados, ya que la falta de contacto físico, ser tocado, puede hacernos sentir diferentes o solitarios, así que, el Zero Balancing tiene como característica una calidad de contacto físico respetuosa y agradable que trabaja contra la tendencia de sentirse aislado del mundo del contacto, proporcionando una experiencia de estar conectado tanto con uno mismo como con el medio ambiente.
Podemos decir que el Zero Balancing se basa en la salud y en la autorrealización, en vez de en la enfermedad o en la patología, por eso aporta y favorece el equilibrio entre la energía y la estructura conectando la persona con su centro. La energía existe y es la fuerza vital de cada persona. Es el factor integrador entre el cuerpo, la mente y el espíritu.