Coaching de vida conectando el físico con la mente y las emociones para aumentar tu propio potencial
El coaching es un acompañamiento profesional personalizado que permite obtener resultados concretos y mensurables en la vida profesional y/o personal. A través del proceso de coaching, la persona profundiza sus conocimientos y mejora sus resultados.
Un proceso de coaching dura generalmente algunos meses pero no años; el coaching vuelve autónomos, no dependiente.
El objetivo del proceso se define juntos, con objetivos claros y concretos.
La duración de las sesiones de coaching depende de la situación, y se sitúa generalmente entre 45 y 70 minutos.
Las razones por las cuales se hace coaching pueden ser multiples.
Aquí tienes algunas:
- Identificar las razones del estrés en su vida y aprender a gestionarlo.
- Clarificar una situación específica de su vida con el fin de liberar el callejón sin salida el cuál se encuentra.
- Llevar a cabo un proyecto, concretarlo.
- Establecer prioridades en tu vida.
- Simplemente conocerse mejor y conducir a la conciencia tus talentos y competencias.
- Terminar con un síntoma crónico, vinculándolo con modos de comportamiento recurrentes, y así recuperar una mayor libertad de ser al diario.
- Modificar un comportamiento repetitivo que molesta y no ser más su esclavo; encontrar mas libertad de ser.
- Trabajar sobre creencias, ideas fijas que nos "fastidian" la vida
- Trabajar sobre una falta de confianza o una falta de autoestima.
- Trabajar sobre humores que vuelven de nuevo sin cesar (cólera, depresión etc.)
- Terminar antiguas historias que nos atormentan aún hoy.
“Mente sana en cuerpo sano” . El cuerpo revela lo que somos.
Cuando el cuerpo se expresa por dolores, tensiones o molestias, enfermedades, nos indica entre otras cosas que nuestras energías no circulan de manera fluida y armoniosa.
No estamos entonces al máximo de nuestras capacidades, y nuestro pleno potencial no puede expresarse, tanto a nivel físico, emocional, mental, intelectual como al nivel de nuestras relaciones.
La manera de abordar las problemáticas se orienta esencialmente en torno a dos ángulos de enfoque:
El primero es conectar la dificultad expresada en los síntomas físicos.
Efectivamente, somos un conjunto y el cuerpo nos dirige de manera muy concreta en la vía que debe seguirse.
Si podemos vincular un esquema físico con un comportamiento o una problemática emocional, mental u otra, entonces podemos, modificando y mejorando el físico, afectar la problemática a otros niveles.
A lo largo del proceso, las modificaciones físicas nos permitirán orientar la marcha de la manera más pertinente y más personal posible.
Ya que si nuestras dificultades pueden a menudo parecerse, cada persona es única, con su propia historia de vida, sus creencias, su sensibilidad, sus aspiraciones.
Así el trabajo es personalizado y cada proceso es único.
El segundo ángulo de enfoque es la utilización de descripciones; descripciones de situaciones, de sensaciones, de creencias, de punto de vista etc.
La descripción nos obliga a ser concreta; trae claridad. Y algunas veces, el simple hecho de quedar claro puede solucionar una problemática.
Se utiliza también el diálogo y la escucha constructiva; se hacen puestas en situaciones se enseñarán distintos ejercicios para desarrollar la atención al cuerpo.