Nuestros estados internos
A lo largo del día cualquier persona vive una multitud de estados internos. En ciertos momentos se siente alegre, en otros triste, en otros se siente segura de sí misma y quizá, en otros, vulnerable. Todos estos estados tienen asociadas unas representaciones internas con unas determinadas modalidades y submodalidades. Esas representaciones y el estado interno que producen, a través del significado que les da la persona, acaban generando una conducta determinada.
El estado interno podemos definirlo como la vivencia concreta de la persona en un momento determinado. Normalmente va acompañado por una sensación agradable o desagradable en la persona y una determinada emoción. El estado interno mide cómo la persona se adapta a una determinada situación y la vive, física y emocionalmente.
Los estados internos no son por sí mismos, ni positivos ni negativos. No obstante, ciertos estados que denominamos estados de recursos permiten que la persona realice conductas eficaces y utilice la mayor parte de su potencial y otros que llamamos estados limitativos impiden a la persona comportarse como desearía para utilizar sus verdaderas capacidades.
La P.N.L. se focaliza en identificar, utilizar y cambiar los patrones de pensamiento y fisiología que influyen en la conducta de las personas como un medio para mejorar su eficacia y bienestar.
Una de las premisas básicas de la P.N.L. es que el cerebro humano funciona de forma similar a un ordenador, ejecutando programas o estrategias mentales que están compuestas por una secuencia ordenada de instrucciones o representaciones internas. Algunos programas o estrategias funcionan mejor que otros para realizar ciertas tareas. Depende, en gran medida, de la estrategia mental utilizada por una persona que su actuación sea excelente o mediocre.
Por otro lado, la eficacia en el uso de un programa mental está influida, también, por el estado interno de la persona. El nivel de atención, motivación o estrés de la persona determinará su eficacia en la ejecución de sus propios programas mentales.
Fisiológicamente, podemos observar cambios en el cuerpo de una persona como son: el ritmo respiratorio, el ritmo cardiaco, la postura corporal, la tensión muscular, sus movimientos, .. que están directamente relacionados con su estado interno. En P.N.L. calibramos estas respuestas fisiológicas para identificar, modelar y reproducir estados fisiológicos de excelencia en las personas que se corresponden con estados internos de recursos. Estos estados, se pueden reproducir posteriormente a voluntad para conseguir un rendimiento óptimo.
Por todo lo dicho, el estado interno de una persona tiene una influencia importantísima en su rendimiento en cualquier situación.
Los estados internos que el sistema nervioso de una persona puede producir se pueden dividir en dos tipos:
- Estado de atención.
- Estado emocional.
Estado de atención
Este estado influye en la forma en la que una persona percibe e interactúa con el mundo que la rodea.
Sus elementos básicos son:
- Atención externa de la persona (uptime).
- Activación para responder.
- Esfuerzo de control voluntario para coordinar la atención externa y la activación, produciendo la reacción que la persona desea en una determinada situación.
Donde focalizamos nuestra atención y como lo hacemos tiene un gran impacto en nuestro estado interno y, como consecuencia, en la calidad de nuestras experiencias y en nuestra forma de actuar.
Estado emocional
El estado emocional se produce como consecuencia del significado que una persona da a sus percepciones o experiencias.
Aunque existe una gran variedad de situaciones emocionales, todas se pueden resumir en dos estados emocionales básicos: estrés o relajación.
El estrés está asociado con una gran actividad del sistema parasimpático de la persona que prepara su cuerpo para la acción. El estrés es característico de emociones como el miedo, la ansiedad, la rabia y la ira.
La relajación está acompañada por una actividad del sistema parasimpático que pone el cuerpo en una situación de calma y descanso. La relajación es característica de emociones como la alegría, la paz interior y la confianza.
En la actualidad se dispone ya de múltiples estudios científicos sobre como los estados de estrés y relajación afectan a la salud, así como a la capacidad de las personas para aprender y actuar.
No es lo que nos sucede sino cómo lo interpretamos internamente. Saber combinar estados internos con acontecimientos exteriores en forma correcta, es saber vivir inteligentemente.