Elige bien de qué cosas te quieres rodear, todo está interactuando con nosotros
Las cosas, a veces no son lo que parecen. La utilidad que le damos a algo, la carga energética que le ponemos o la creencia en ello, es lo que le convierte en un elemento mágico para unos, e irrelevante para otros.
Muchas veces y en muchos lugares, han ocurrido eventos transcendentales, pero estos acontecimientos tan sólo han sido recogidos por aquellas personas que tenían una sensibilidad notoria para comprender lo revolucionario del hecho.
A cualquier cosa podemos dotarla de una magnitud y de una trascendencia que la impulse a una categoría que se sale fuera de la normalidad.
El poder de la mente es grande, a través de la historia, la humanidad le ha ido dando poder a diferentes líderes, porque ellos representaban cambios sociales, les hacían entrar en una disyuntiva, que les llevaba a replantearse actitudes sociales, económicas, políticas, … en la que se estaba fundamentada su vida, anteriormente.
Esta es la cuestión, que la mayoría de las veces hemos discernido entre la valía de una cosa o de una idea, tasándola tan sólo, a través de la razón, considerándola tan sólo, bajo una perspectiva mental. En tal tesitura, nuestro cuerpo y nuestras emociones se veían alejadas del conflicto, apartadas, e incluso infravaloradas.
Ahora, estamos en un momento, que nos es necesario dejar de enjuiciar las cosas, para pasar a percibirlas desde nuestro interior.
¿Qué eco produce tal cosa en mí?, ¿cómo repercute en mi estado de ánimo?, ¿me produce alguna alteración?, ¿noto cambios en mi mente?, ¿estoy más sosegada?, ¿el exceso de actividad mental se va relajando?... etc.
Lo importante, es aprender a ser los amos de nuestra vida, dirigir las situaciones en que vivimos, para ello, tenemos que ser conscientes de la influencia a la que nos encontramos sometidos y cómo produce en nosotros, un modo de actuar, pensar, sentir,… etc.
Mantenernos atentos a la resonancia que producen las cosas y las personas que hay a nuestro alrededor, nos permitirá con el tiempo, sensibilizarnos al eco que producen en nosotros, para así discernir, entre qué cosas me perjudican, o me hacen daño, y qué otras suponen un beneficio para mí, bien sea a nivel interno (modificando mi estado de ánimo, o aumentando mi autoestima… etc.), o produciéndose una mejora en el exterior (obteniendo unos resultados más plausibles a lo que yo deseo en mi vida… etc.).
Cuando estamos conectados a nuestro fuero interno, vamos adoptando la pose del héroe, o del estratega, que nos permite mantenernos centrados en nosotros mismos, a la vez, que podemos apreciar el resultado de la interacción al que estamos sometidos diariamente, ya que no tenemos que olvidar que conformamos un Todo, una unidad con el cosmos.
En base a este paradigma global, me gustaría que experimentáramos la resonancia que produce en cada uno de nosotros, los cuadros del amor.
Dejarnos envolver por su resonancia, mirarlo atentamente a través de la fotografía y centrar nuestro corazón en la imagen. Permitir alimentarnos de sus efluvios, para que así, podamos nutrir nuestros sentidos de esta noble energía. Conforme vayamos regando nuestras emociones, nuestros pensamientos,… se irá produciendo una eclosión, un estallido de cualidades que ponderan y potencian este elemento tan sustancioso y sagrado como es el Amor.
La finalidad de estos cuadros es activar en nosotros la resonancia de la energía del Amor, porque no tenemos que olvidar que: “YO SOY AMOR”, todo está dentro de nosotros, aunque a veces, lo hemos dejado arrinconado en nuestro armario interior, sin hacerle caso alguno y nos volcamos en buscarlo fuera, haciendo que dependamos de la dosis de amor que nos quieren dar los demás. Craso error.
Los cuadros del amor, están incluidos en las composiciones decorativas. Todos ellos, son cuadros que llevan un código energético, cuya finalidad es diferente en cada uno de ellos, según para lo que fueron creados. Su vórtice energético revierte en nosotros, impregnándonos de su eco y estimulándonos con su energía.
Ahora puedes permitirte decorar tu casa con elementos que te ayuden a que se produzca un cambio molecular en toda tu persona, una alquimia personal, que verá su resultado, en la transformación de nuestra manera de ver la vida y de vivir las relaciones personales.
Todo en el universo es Amor, recuperar ese programa bajo el cuál, hemos venido aquí en la Tierra, nos es prioritario en estos momentos en los que nuestro planeta ha ido evolucionando a un despertar superior.