Cuando las emociones duelen: un encuentro con el Chi Nei Tsang
Hace ya como 7 años, leí un pequeño artículo sobre Chi Nei Tsang en una conocida revista de salud alternativa y me llamó la atención. Hablaba sobre masajes abdominales contra el dolor muscular, problemas digestivos, etc. Una terapeuta preparada hacia estos masajes y decidí probar. En aquel momento me habían diagnosticado un fibromialgia reumática, por llamarlo de alguna manera, a lo que desconocen y meten en el mismo saco.
No pretendo criticar a la medicina que tantas vidas salva, pero si deberíamos todos saber, que en la mayoría de los casos, el reumatólogo autorizado que diagnostica esta enfermedad, carece de cualquier información referente al alma, a las emociones, y sobre todo, por su formación, nada tiene que ver con una visión holística del hombre, sino mas bien con un aparato que se estropea y hay que reparar, sin importar en ningún momento el motivo que causó esta avería.
A partir de entonces, se me abrió un camino en el saber de la medicina china, y me formé para poder ayudar a otras personas a superar esos problemas que en la mayor parte de los casos se ocultan bajo ansiolíticos y antidepresivos.
Es increíble como los órganos hablan de cada una de nuestras emociones, de nuestro sentimientos, de nuestros traumas desde la infancia, y como se queda todo enganchado al cuerpo físico como una lapa, difícil de arrancar, produciendo dolores reumáticos, contracturas musculares, dolor de cabeza, problemas circulatorios, y un largo etcétera de dolencias que todos conocemos o sabemos de alguien que lo sufre.
El Chi Nei Tsang es una de las formas de masaje terapéutico más profundas encontradas en la medicina tradicional china. Fue creado hace miles de años en las cadenas montuosas chinas y fue usado por los monjes taoístas en los monasterios para ayudar a desintoxicar, reforzar y refinar sus cuerpos. Aún incluso sin conocimientos de anatomía.
Los sabios taoístas de la antigua China observaron que los seres humanos a menudo presentan obstrucciones de energía en los órganos internos que provocan nudos y marañas en el abdomen. Estas obstrucciones se producen en el centro de las funciones vitales del cuerpo y dificultan el buen funcionamiento de los órganos. El abdomen es nuestro segundo cerebro y el “basurero emocional”.
Espero os mueva la curiosidad a todos, o a quien se pueda sentir identificado, para buscar más sobre esta técnica milenaria que hoy en día puede ser de tanta ayuda en un mundo estresado y alejado de nuestra verdadera esencia.