Algunos consejos acerca de las buenas maneras en la práctica del yoga
En este artículo encontraréis algunos consejos que os pueden ayudar a mantener una buena relación con vuestros compañeros y maestros de Yoga. No se trata de normas fuertes como si de leyes hablásemos, más bien, son unas normas implícitas en las relaciones humanas.
Estas tienen como fundamento el respeto y el consenso general de las normas de cortesía. Durante mis años como profesora de yoga he podido elaborar los siguientes consejos:
- Ser puntual en todas las clases de yoga. Este consejo que os doy os servirá no sólo para la práctica del Yoga, sino también en vuestra vida diaria, por ejemplo en las reuniones de trabajo o negocios. Debéis tener en cuenta, que una de las cosas que generan mayor número de interrupciones en las clases de Yoga son las constantes entradas de los que llegan tarde, lo que dificulta la concentración y la meditación. Os recomiendo que si la clase empieza a las 10 en punto esto empiece a significar cinco minutos antes de las 10 en punto.
- Tener una correcta higiene personal. Recuerda que no estás solo en la clase de Yoga, otras personas comparten contigo el mismo espacio y pueden estar cerca de ti. Los malos olores corporales consecuencia de una limpieza insuficiente no son recomendables si lo que quieres es ganarte el respeto de tus compañeros y de tus maestros. Utiliza desodorante y pasta de dientes, lávate con frecuencia y no olvides que tener una buena higiene significa que te respetas, pero también que respetas a los que te rodean.
- No te pases con la colonia o el perfume. No pretendo decir que os olvidéis del desodorante, únicamente, que un exceso de perfume o colonia puede perturbar la concentración de los compañeros que se encuentran cerca de ti y molestarles. Mejor déjalo para después de la clase de Yoga.
- Quítate los zapatos fuera de la clase. Aunque parezca una tontería no lo es, porque los suelos de los centros de Yoga acostumbran a estar hechos de parqué y se ensucian mucho, lo que perjudica la higiene de todos y del lugar. Muchos centros de Yoga sitúan frente a la clase zapateros para facilitar el orden y que no queden todos tirados por el suelo.
- Viste con ropa decente. No soy un puritano ni nada por el estilo, pero resulta incómodo compartir la clase de Yoga con alguien cuya ropa deja ver claramente lugares íntimos de su cuerpo. Se trata de una de las cosas peor vistas por tus compañeros y maestros. Vestir correctamente se interpreta como que no quieres llamar la atención.
- Apaga los aparatos electrónicos antes de entrar en la clase. Imagina que estás en el teatro, la obra se está representando, el público está en silencio, los actores interpretando y oyes el sonido de un móvil. Seguro que durante unas décimas de segundo ruegas para que no sea el tuyo. Recuérdalo también para las clases de Yoga.
- Respeta a los maestros. La manera más fácil de poner en práctica ese respeto es seguir las instrucciones de tu maestro o maestra, practica las posturas de Yoga que te propone y, si estás en desacuerdo, esperas a que acabe la clase y cambias de maestro.
- Agradecer siempre a los maestros su trabajo. Hay que hacerlo siempre incluso si sabes que nunca más volverás a ver a esa persona y no volverás a sus clases.
- Observa el nivel de la clase en la que te encuentras. Si se trata de una clase con un nivel avanzado será un buen momento para aprender nuevas posturas de Yoga a pesar de la dificultad. En el caso de que estés en una clase de nivel básico adáptate para no confundir al resto de los compañeros, cuyo nivel es inferior al tuyo.
- Siente el silencio durante la postura Savasana. Esta postura es una de las más conocidas en la práctica del Yoga, de hecho es la postura del relax. Practícala en silencio, porque el resultado será exitoso en función del nivel de relajación que adquieras. Debes tumbarte lentamente y colocar el cuerpo adecuadamente para conseguir relajarte completamente.
El respeto de sí mismo es, después de la religión, el principal freno de los vicios.
Sir Francis Bacon, filósofo y estadista británico
No olvides que el respeto que puedas tener por los demás tiene su origen en el que tengas por ti mismo.