El fraude del colesterol
Las declaraciones de la Ministra de sanidad sobre la retirada de casi 500 fármacos para ciertas patologías leves, ya que pueden tratarse con productos naturales. Con toda seguridad ha sentado como una patada en las partes "nobles" de algunas empresas de la industria farmacéutica y posiblemente en algún momento le pasen factura.
Pero hay otros muchos fármacos que deberían ser retirados del mercado y sus fabricantes deberían sentarse en el "banquillo de los acusados" por delitos contra la Salud Publica.
En el articulo "Las mentiras del colesterol" se sobreentendía que la Salud de cientos de millones de vidas en el mundo se habían puesto en peligro. Y podía entenderse también que ello habría sido por un error del llamado "rigor científico".
Pudiera ser cierto y por ello en esa ocasión le otorgamos el beneficio de la duda. Pero existen cosas que son incomprensibles, vergonzosas y que pueden considerarse delictivas.
No es comprensible que las autoridades sanitarias autoricen, y en la mayoría de las ocasiones subvencionen, fármacos que ponen en peligro la vida de las personas, y aún es menos comprensible que un médico, cuya misión especial es cuidar la salud de sus pacientes, prescriba un medicamente sin conocer las verdaderas propiedades de este.
Y me refiero concretamente a VYTORIN un fármaco recetado para reducir el colesterol.
Según un estudio realizado con 720 pacientes en los Países Bajos, VYTORIN es incapaz de reducir la formación de placas en las arterias, más bien produce lo contrario, duplicó la formación de placa y aumentó el número de ataques cardíacos y apoplejías.
El Dr. Rath demostró científicamente hace ya 10 años, que la reducción indistinta del colesterol no evita los ataques cardiacos ni las apoplejías. Como conclusión podemos decir sin temor a equivocarnos, que el colesterol alto es un síntoma, pero no la causa de las cardiopatías.
La teoría basada en el colesterol como causante de las cardiopatías no explica por qué sufrimos ataques cardiacos, pero no en otros órganos, por qué las arterias se bloquean, pero no las venas, ni muchos otros aspectos de las cardiopatías. Esta teoría solo sirve como herramienta de marketing para vender fármacos que reducen el colesterol.
Puesto que el colesterol no puede ser la causa primaria de las cardiopatías, reducirlo sin mejorar la producción de colágeno ni restablecer la salud de las paredes arteriales no podrá evitar las cardiopatías.
¿Que consecuencias han recaído sobre los fabricantes de VYTORIN las farmacéuticas Merck y Shering-Plough, por haber retrasado durante DOS años la publicación de los resultados del estudio ?. Como siempre la respuesta es DINERO.
Durante esos 2 años las farmacéuticas Merck y Shering-Plough se sirvieron de distintas excusas para no revelar los datos al público. No obstante, durante ese tiempo se siguió anunciando y, por supuesto, vendiendo, VYTORIN.
Debemos tomarnos en serio estos hechos, y preguntarnos:
¿Por qué se llevan a cabo todos estos trucos de marketing a costa de nuestra salud? y ¿Quién tiene en cuenta los derechos de los pacientes?
Este fraude intencionado y los riesgos para la salud a los que se exponen cientos de millones de pacientes se hace en el nombre de los beneficios. El caso de VYTORIN no es una excepción, ¡es la norma!
La Medicina Alternativa ha demostrado por activa y por pasiva, con estudios Científicos y Clínicos, que con los Omega-3, con la ingesta de micronutrientes en nuestra alimentación, como la vitamina C, lisina, vitamina B6, cobre, etc., se puede detener el crecimiento de las placas calcificadas en las arterias del corazón.
Se ha documentado que los nutrientes pueden desencadenar una inversión natural de los depósitos cardiovasculares recientes, (J Appl Nutr, 1996), que ayudan al funcionamiento de los vasos sanguíneos puede reducir eficazmente los niveles de colesterol en la sangre. Esto no solo incluye el colesterol LDL, también su tipo más aterogénico, el Lp-a. ¿Por qué? Porque tratamos la causa, no un síntoma de la cardiopatía.
El VYTORIN posiblemente ha sido el desencadenante de mucho problemas cardiovasculares, pero ha sido anunciado, comercializado, recetado y todo ello con el consentimiento de las Autoridades Sanitarias, pero por ejemplo el Aceite de Ajo que cuenta con cientos de Estudios Científicos y Clínicos, no puede ser describirse como un producto de efectos beneficiosos para las deficiencias cardiovasculares.
Debemos luchar para poner fin al negocio de la salud, detener la especulación que se hace con nuestra salud y nuestra vida.
¿Cuántas personas más tienen que enfermar o morir para que se ponga fin a este negocio sin escrúpulos? No podemos esperar que alguien lo haga por nosotros, ¡tenemos que hacerlo nosotros mismos!