El nivel del comportamiento y la formulación SMART de objetivos
El nivel del comportamiento define de un modo específico las acciones y reacciones, así como los procedimientos (sistema de acciones o tareas que conforman un sistema o rutina) que hay que hacer para conseguir, cumplir o hacer tal o cual cosa u objetivo. Responde a la pregunta ¿Qué debo hacer específicamente?
Una serie de comportamientos o conductas en el entorno laboral puede ser archivar expedientes, responder mails, cuadrar caja, realizar llamadas etc. Pero tan importante como realizar estas tareas es la secuencia de las mismas (el procedimiento) . Por ejemplo es conveniente cuadrar caja al finalizar el día, archivar expedientes después de comer (por cuanto es una tarea mecánica que no requiere excesiva concentración, compatible pues con la modorra de después de comer), realizar llamadas entre las 10 y las 12 pues es cuando tengo más probabilidades de encontrar a mis interlocutores y responder mensajes a primera hora de la mañana.
Para que el comportamiento tenga un objetivo claro, una referencia, será preciso definir claramente el objetivo y otros medios sensoriales indicadores de la eficacia o no de las acciones emprendidas. Uno de los sistemas de formulación de objetivos más populares es el llamado modelo SMART. El término, del inglés, SMART podría traducirse al castellano como el acrónimo de las palabras:
eSpecífico, Mensurable, Ambicioso, Realista, Temporizado
ESpecífico: Establece objetivos enunciados en forma positiva, clara, especifica y concreta. Expresado en términos de resultados y enunciado de tal forma que si lo expresaras a una persona, esta pudiera entenderlo. Así, por ejemplo, querer “ser más feliz”, es una definición que adolece de especificidad, es preciso delimitar qué significa esto para ti, puede tratarse de tener más tiempo para dedicar a tus hijos, un trabajo menos estresante o ganar más dinero etc...
Ejemplo: “Quiero conseguir mi peso ideal, 80 Kg.”
Mensurable: Que sea Medible, significa detallar qué implicaría; por ejemplo, si tu objetivo es “ganar más dinero” , ¿quieres ganar 100€ o 2.000€ más? o, mejor aún ¿quieres ganar 6.000€ al mes o te conformas con 3.000?
Cuantificar lo que quieres aporta claridad a tu objetivo y una definición que te permitirá acotar mejor el plan de acción y las evidencias que, a lo largo del mismo, te informarán si te vas acercando al mismo y a qué velocidad.
Ambicioso: Alcanzable y controlable, por ti mismo, tanto de su evolución como de su consecución, en los plazos y términos personales definidos. Iniciado y controlado por ti. Ambicioso y alcanzable, de tal modo que sea dinámico, al obligar a movilizar tus recursos y te motive hacia la acción; pero no tan ambicioso que te lleve al desánimo.
La pregunta que debes formularte es ¿realmente confío en la consecución de este objetivo y me ilusiona para emprender acción?;
Conseguir el peso ideal es una meta realista (siguiente variable), pero puede no serlo, sin ayuda profesional, para alguien sometido a estrés, con hábitos alimenticios fuertemente arraigados o con características fisiológicas individuales específicas. En este caso, al no ser del todo controlable por ti, harás bien en solicitar ayuda profesional adicional .
Realista: Que sea Realista y te aproxime a tu visión. Es decir, que sea un objetivo realmente tuyo, que sientas como propio (y no impuesto por otros), además de realista para tus posibilidades.
Conseguir el peso ideal según parámetros médicos y de salud, englobados en un programa de salud. Evitar exposiciones al fracaso.
Temporizado: Preciso en el plazo de tiempo para conseguirlo. Establece indicadores para saber cuánto estas avanzando y si estás en el camino correcto, identificando si es preciso, señales o pasos intermedios.
“Quiero conseguir mi peso ideal, 70 Kgr, en el mes de junio", cada semana controlaré mi peso que, para alcanzar el objetivo deberá seguir el siguiente progreso:;
- Semana 1: 100 Kg.
- Semana 2: 98 Kg.
- Semana 3: 96 Kg. etc...
Seguiremos en el siguiente artículo acerca del nivel del comportamiento.