Masajes en los pies para practicar en pareja
La Reflexología, es una ciencia que aplica un masaje en los puntos reflejos de los pies, conectando así esas terminaciones nerviosas con todos los órganos, músculos y piel.
Los bloqueos energéticos ocasionan perturbaciones en la salud, por ello con suaves presiones, mediante masajes, se devuelven el equilibrio y bienestar al organismo.
La Reflexología entre los miembros de la pareja fomenta un intercambio de energías similar a los que se producen durante las relaciones sexuales.
Practicar los ejercicios de Reflexología para el sexo estimula a ser amoroso, afectuoso, aunque no siempre acabe en una relación sexual plena. El estímulo provocado por el masaje activa la liberación de sustancias como la endorfina, que induce a un estado de bienestar y placer.
Un masaje es incitante y te prepara para la intimidad, relajándote y despejando la mente de preocupaciones, lo que te permite desconectar. En sí misma la Reflexología no te excita, pero puede ayudar a sentirse seguro y cómodo con la pareja.
Se sugiere realizar previamente a las relaciones sexuales, un masaje de unos 15 minutos de duración comenzando por, sujetar un pie de la pareja entre las dos manos, sin ninguna idea preconcebida, esto llevará a relajarse y despejar la mente de preocupaciones, al mismo tiempo que se ejerce un gesto amoroso.
Masaje en las siguientes zonas:
- Plexo Solar: Se ejerce un presión con el pulgar sobre el punto reflejo, se mantiene brevemente y se suelta, este efecto es relajante.
- La Pituitaria: Ayuda a equilibrar las hormonas y sentirte bien.
- El Cuello y la Garganta: Para relajar cualquier tensión de esta zona.
- El corazón: Para estimular la circulación.
- El pecho, el tórax, los Pulmones y el Diafragma: Ayudan a relajar la respiración y aumentar la producción de hormonas.
- Las glándulas suprarrenales: Favorecen el equilibrio hormonal y energético.
- Las gónadas: Para equilibrar las zonas sexuales y estimularlas.
- La columna: Favorece la circulación y la relajación.
Finalizamos del mismo modo que comenzamos, sujetando el pie con las dos manos unos momentos, concentrándose en ese instante.