Pautas para el shiatsu
Antes de empezar
- Cuidar la higiene; lavarse bien las manos, minimizar olores corporales, cuidar las uñas (en concreto en Shiatsu, las uñas largas son incompatibles)… etc.
- Preparar el espacio, el ambiente, la música, para que cuando el paciente vaya a recibir el masaje esté todo listo.
- Es muy recomendable hacer un calentamiento para uno mismo siempre que sea posible. Abarcando las principales articulaciones, para evitar lesiones y molestias así como para energizar el organismo de cara al masaje que vamos a dar.
- Al igual que el calentamiento prepara el cuerpo, conviene hacer un recogimiento que prepare el espíritu. Darse un tiempo para contactar con nuestro centro interno con una pequeña meditación
- Cuando vamos a proceder al masaje, preguntar al paciente si tiene alguna limitación importante o algún tema médico a tener en cuenta. Le animaremos también a que no se guarde durante el masaje de decirnos alguna necesidad o incomodidad, por no querer molestar o cualquier motivo. Yo particularmente en el Shiatsu, aparte de la música practico y fomento bastante el silencio.
Toma de contacto
La toma de contacto tiene una función importante que es la que su nombre indica. En el masaje, debe existir algún tipo de principio, un desarrollo y un final, un cierre que no sea brusco, una transición en la cual el paciente perciba el fin y se prepare internamente para volver a un estado activo.
En la toma de contacto que propongo, tenemos una toma de pulsos radiales y posteriormente un contacto con la zona del Hara (bajo vientre).
La toma de pulsos, la realizamos con tres dedos sobre su arteria radial, nuestro índice la altura de su muñeca, en un estado de atención y reposo. No se trata de una toma de pulso médica occidental. Tratamos de percibir y establecer contacto con el flujo interno, circulatorio del paciente, en estado de atención meditativa.
Tampoco se trata de “meter la mente” sino de sentir y de ‘Ver’. No es tanto un esfuerzo de concentrarse como un ‘abrirse’, un ‘vaciarse’ manteniendo a la vez nuestro centro interno. Con esto también intentamos romper la barrera del tu-yo acercándonos a una comunión que idealmente mantendremos durante el masaje.
Aunque pensemos que “no nos enteramos de nada”, alguna parte nuestra estará contactando y recibiendo información. En Medicina Tradicional China se usan estas tomas de pulso para diagnóstico de forma más compleja y analítica, pero cuando yo las enseño para Shiatsu me quedo con algo más inmediato e intuitivo a nivel de sensación.
Como también hago acupuntura tomo los pulsos de acuerdo a los órganos y las diferentes profundidades de acuerdo a la MTC también cuando hago Shiatsu, pero no lo considero necesario para alguien que solo haga Shiatsu, sobretodo un aprendiz. Me parece más importante conectar con el paciente que entrar en lo mental y analizar.
La toma de pulsos en oriente y en la Medicina China en concreto, aporta mucha información diagnóstica, es un arte muy complejo que requiere muchísima experiencia y años.
La zona del Hara es muy importante también en Oriente, es un epicentro corporal del ser. Se utiliza en tratamiento y diagnóstico en la Medicina Tradicional. Hara puede referirse a todo el vientre como concepto amplio de Hara, y también a una zona más concreta que coincidiría con el segundo chakra o los puntos de acupuntura RM4 y RM6, “Dan Tien” (pozo de Cinabrio) para los Taoístas, a unos tres dedos bajo el ombligo.
Cuando lo usamos en la toma de contacto previa al masaje, nos acercamos con cautela y sutileza pues es una zona vital expuesta y delicada del cuerpo, también cercana al área genital, de la cual la persona es muy consciente. Habiendo adquirido una postura cómoda y estable previamente, posamos una mano en la zona. La postura puede ser en paralelo al paciente sobre las rodillas con las piernas cerradas (en adelante; Seiza). A continuación ‘nos damos un tiempo’ para permanecer así en una actitud similar a la que mantuvimos con el pulso.
Durante el masaje shiatsu
El masaje debería ser fluidez en la acción, de amplio espectro entre lo sutil y lo profundo, en ocasiones también lo enérgico. Con una actitud/intención amorosa y algo desapegada, a la que ayuda mucho la práctica de la meditación que yo entiendo como imprescindible para alcanzar una excelencia.
Ayuda el adquirir una mecánica y por ello se aprende con una , pero siempre debe haber lugar para la improvisación y la espontaneidad, el cambio, la frescura y la inspiración. La secuencia básica, es útil, sobretodo hasta que la incorporamos y dominamos. Sirve además como un apoyo al que se puede recurrir cuando se está obtuso, bloqueado y también para dar una visión completa, una estructura. En el cursillo que doy, por ejemplo, he seleccionado una secuencia simple que podría ser de otro modo y/o adornarse con muchos más movimientos, pero la simpleza ayuda en el aprendizaje. Según va aprendiendo, uno mismo va incorporando variaciones propias, irán llegando por si solas según vayamos acumulando experiencia con los masajes y el trabajo corporal.
Es importante que exista un ritmo, que puede ser variable y a ratos se puede también detener. Un anclaje positivo para el ritmo puede ser la respiración del paciente, pero tampoco hay que esclavizarse a esto.
Debemos cuidar también que el paciente no se quede frío, por el lenguaje corporal, estando atentos percibiremos sus necesidades, pero si nos hace falta también lo preguntamos.
No debemos olvidarnos de nosotros y nuestro cuerpo al dar el masaje, estar atento a las posturas y los dolores o molestias y hacerles caso. La conciencia de nuestro cuerpo y movimientos también la agradecerá el paciente, de forma que nuestro actuar, no resultará aparatoso ni amenazante para el/ella.
Finalización del masaje
La finalización debe hacerse consciente para el terapeuta y el paciente, con una parada, una indicación y un gesto de despedida corporal y/o con la voz. Suavemente sin brusquedad y sin artificios. También hay que ‘saber soltar’ y ser claros, ser desapegado/a y la vez en contacto con el corazón, teniendo al paciente en cuenta y también, teniéndose a si mismo en cuenta.
Muchas veces conviene avisar que vayan saliendo suavemente, sin brusquedad ni prisa pues mucha gente por no querer molestar o por su ritmo habitual, al avisarles se incorporan como un resorte. Si estás en contacto con tu corazón y el momento todo se desarrolla naturalmente. Algunos pacientes se sienten ‘raros’ o ‘como mareados’ u otras variantes. Al relajarse y entrar en contacto con su interioridad, muchas personas se sienten así y algunas se perturban un poco.
En realidad es muy positivo y en cuanto vayan ‘volviendo’, al salir a la calle, se sentirán bien. También hay alguna persona que sale ‘como si le hubieran dado una paliza’, todo depende de las personas y la configuración con la que lleguen y estén, el shiatsu muchas veces saca a primer plano cosas que acompañan al paciente en la sombra. También es muy real aquello de ‘crisis curativa’ en algunas ocasiones. Yo por ejemplo, atendí a un paciente mío habitual con una ciática activa y se quedó ‘mucho peor’. Estuvo entre nosotros circulando esa energía de ‘culpa, enfado, duda, negligencia’ al acabar la sesión, y a mi me duró un tiempo el sentir que lo había hecho yo mal. Pero nunca se sabe; este paciente solía sufrir crisis de dolor en nervio ciático con bastante frecuencia y lleva años que no le dan, menos en viajes largos de coche.
¿Está siempre mal el dolor?. Tampoco estas particularidades deben servirnos como excusa para ser descuidados o indulgentes con nuestra responsabilidad en la presencia y el cuidado. Lo normal es que los tratamientos discurran sin dolor, que predomine lo agradable y que el paciente se sienta muy bien al acabar, encantados y agradecidos en la gran mayoría de los casos.
Cada paciente es único y no cabe tratarlos a todos igual. Admitirán más o menos presión, necesitarán sutileza unos y acción enérgica otros, mimo y calidez unos y por el contrario, distancia y frialdad otros. Unos se sentirán incómodos con zonas corporales que serán las que más deseen o necesiten otros, etc. Esto a veces nos lo van a explicitar y otras no, a veces lo vamos a percibir por signos, señales, reacciones y otras no nos enteraremos. También las reacciones que ellos causen en nosotros van a ser variables. Yo pienso que hay que aproximarse a todo esto con naturalidad, sin vergüenza ni miedo, con respeto y con cariño.
El Shiatsu implica presiones, mayormente de dedos y palmas de las manos. La presión debe ser progresiva usando el peso del cuerpo en un continuo que va desde nuestro interior a nuestro cuerpo-brazo-dedo-cuerpo del paciente, la fuerza sale de dentro y de lejos y lo hace progresivamente y con conciencia. Hay que observar la verticalidad entre el eje de nuestro cuerpo y el objetivo a presionar. El equilibrio y estabilidad son muy importantes en nuestras posturas, el apoyo de nuestro cuerpo y su relación con la acción que deseamos acometer. También se aplican muchos estiramientos y el principio es el mismo, uso de la energía interna, fuerza distal progresiva, equilibrio, estabilidad…Una buena pauta es la belleza, cuando se optimiza el movimiento, forma figuras bellas, que enlazan con fluidez, se siente como una coreografía.
El Shiatsu está hermanado a las artes de manejo de interno de la energía como el Qi Gong (Chi Kung), Kung fu, Tai chi, Aikido, Judo etc., lo que tiene en común sobre todo es: “¿desde donde hago el movimiento?”, “¿de donde viene la fuerza?”. También está impregnado de un espíritu que viene de lejos, desde el Taoísmo, el Budismo, el Zen en cuanto a la actitud y la visión….Comparte la creencia de la Medicina Tradicional China en los puntos energéticos y sus relaciones, la concepción del cuerpo humano, la salud/enfermedad.
El Shiatsu que yo practico, esta bañado por mis influencias a través de mi formación, experiencia, etc. No pretendo que sea una aproximación purista fiel a nada, es reconocidamente mestizo. Mi interés al hacer cursillos es transmitir algo que yo considero bello, que sigo disfrutando y que pienso todo el mundo puede hacer y a su vez transmitir.