Consciencia corporal para fomentar el Descanso Profundo
La diferencia entre aquellos que se saben relajar y los que no, está relacionada con el grado de conciencia corporal que habitualmente tenemos. Las personas muy tensas no tienen la costumbre de detenerse a sentir su cuerpo. Su consciencia está ocupada atendiendo a sus, deseos pensamientos, y si lo sienten en algo, es solo para lo evidente -el cansancio extremo, hambre, dolor agudo).
Esta desconexión hacia sus sensaciones y esa falta de costumbre para relajarse puede complicar problemas de salud, pues la tensión constante perjudica a todo nuestro tanto psíquica como físicamente. Diversas técnicas de relajación utilizan medios para promoverla (visualizaciones, respiración voluntaria, afirmaciones positivas, movimientos físicos). Si bien es cierto que funcionan, las personas no aprenden de una buena vez a escuchar su cuerpo.
A diferencia de esas técnicas, hay un ejercicio de descanso profundo que implica trabajar con la conciencia y que todos podemos hacer de una forma breve, tumbados en la cama antes de dormir. Esta técnica permite que el cuerpo mismo se relaje al máximo y funciona dado que la energía va a donde pongas tu conciencia. Si diriges la conciencia a tu cuerpo durante unos minutos al día, promueves su equilibrio natural por medio del flujo libre de su energía. A partir de esto, logras obtener una serie de beneficios para la salud. Además, poner la atención en el cuerpo es fácil ya que siempre estás experimentando un mar de sensaciones (temperatura, pulsaciones, pesadez), otra cosa es, que acostumbrado a escucharlo poco, no te des cuenta de ellas.
Para practicarlo no has de intentar relajarte, solo has de sentir el cuerpo, con los ojos cerrados y lo más inmóvil posible en una posición cómoda, con toda tu atención puesta en aquellas sensaciones que surjan mientras estas tumbado, sin prisas ni expectativas de que cambien, aumenten o disminuyan. De forma natural las sensaciones se harán más fuertes, más vivas, a pesar de lo cual mantienes en ellas tu atención "neutra".
Como toda técnica, requiere un poco de práctica, sin embargo, después de algunos intentos es normal que esas sensaciones más vivas se transformen en sutiles (cosquilleos, un calor sutil o una sensación de ligereza o frescor) que se despierta ahí mismo o en otras partes.
Esa sensación es la energía que "alimenta" y recorre todo tu cuerpo, y la cual continuas simplemente sintiendo.
Con el tiempo estas sensaciones sutiles se van manifestando, sin esfuerzo, por más y más partes del cuerpo. Para ayudar a este proceso, puedes alternar tu atención entre una parte donde sientas con nitidez las sensaciones y alguna parte donde no sientas nada, pero recuerda, observando, sin hacer juicios ni alimentar expectativas.
Aprender a contactar de esta forma a voluntad con tu cuerpo y su energía, es la diferencia entre pasivamente tumbarse al final del día en la cama, o promover conscientemente un descanso más profundo que renueva la energía y a su vez aumenta tu consciencia corporal. También se puede hacer durante la siesta, aportándote una sensación de descanso profundo en pocos minutos.
Esperamos que este ejercicio te lleve a descubrir la gran capacidad que tienes para relajarte y para sentir tu cuerpo y su energía. Te invitamos a probarlo durante varios días seguidos y a compartirnos tus resultados.