Reiki y embarazo
Reiki es muy beneficioso y seguro para las mujeres embarazadas. De hecho, Reiki ayuda en todas las fases del embarazo incluyendo la fecundación y el nacimiento del niño. Reiki es un apoyo físico y emocional y no sólo beneficia a la madre, sino también al bebé.
El Reiki no puede provocar ningún daño y siempre funciona para reducir el estrés y mejorar la salud. Durante el embarazo el Reiki no sólo trabaja en el cuerpo de la madre sino también en el desarrollo del feto.
Reiki es energía “amor” que es canalizada a través del terapeuta hacia el cliente. Esto significa que el feto está recibiendo energía amor mientras la madre recibe su sesión de Reiki.
El cuerpo de la madre cambia considerablemente durante el embarazo y por lo tanto, su equilibrio energético está sometido a presión constantemente; esto se manifiesta a nivel emocional y físico. La madre se encuentra más cansada de lo normal y aquejada de las molestias típicas del embarazo, tales como las náuseas, dolores de espalda, miedos, ansiedad...
Cuando la energía se vuelve a equilibrar, estos síntomas desparecen. La profunda relajación y la paz que se experimenta durante y después de un tratamiento de Reiki benefician enormemente a la embarazada, haciendo que el embarazo se desarrolle de una manera más sana y armoniosa.
A nivel mental/emocional, el Reiki ayuda a gestionar los problemas y emociones típicas del embarazo haciendo que todo se vea con más claridad, ya que durante el embarazo la madre se ve asaltada por el temor de si será buena madre y la responsabilidad que se le viene encima. El Reiki le ayudará a gestionar todas estas emociones. Reiki hace que la relación entre la madre y el bebé sea más profunda y ésta afronte la maternidad con más confianza.
Reiki también trabaja con el feto. El cuerpo del bebé cambia rápida y constantemente y, por lo tanto, su equilibrio energético también se encuentra bajo presión. Reiki influye positivamente en su equilibrio energético haciendo que el desarrollo se produzca armoniosamente. A medida que va creciendo, el bebé será más consciente del ritmo diario cada semana. Por otro lado, el bebé percibe las emociones de la madre. El nonato no sólo está presente físicamente a través del cordón umbilical sino también mentalmente; el Reiki ayuda a armonizar el vínculo con la madre.
Durante el parto el Reiki ayuda a afrontarlo con serenidad y a calmar las contracciones. Tras el nacimiento, el Reiki ayudará a recuperar más rápido el equilibrio del cuerpo y la mente de la madre.
Por otro lado, hemos de tener en cuenta que el padre también está sufriendo cambios en su vida y le surgen temores sobre si será buen padre y la responsabilidad de tener un hijo. El Reiki también ayudará al padre a prepararse para afrontar estos cambios con armonía y serenidad, ya que el niño también percibirá las emociones de su padre.
Tras el nacimiento, el bebé también se beneficiará de los tratamientos con Reiki ya que le permitirá adaptarse más rápido a su nuevo mundo. El cuerpo del bebé sigue cambiando rápida y constantemente y el Reiki le restaurará su equilibrio energético permitiéndole crecer con más salud y energía. Reiki también le puede ayudar a dormir mejor, a tratar sus cólicos y acelerar su desarrollo.
Reiki es muy fácil de aprender y tú misma puedes aprender a darte un autotratamiento de Reiki y dárselo a tu bebé. Si te da pereza, también puedes acudir a un terapeuta de Reik ¡Por supuesto!