Responsabilidad energética, parte 2
En el anterior artículo hablé de la resonancia Schumann, y el hallazgo sobre la coincidencia de emisión con el hipotálamo mamífero.
Es importante comprender que desde nuestra parte más fisiológica, somos emisores de determinadas longitudes de onda, que pueden medirse, así como los 7,8 ciclos de la resonancia mencionada.
Desde el punto de vista Zen, el Ki comprende el conjunto de energías que proceden de nuestro organismo, esto es, la energía necesaria para el funcionamiento de cada órgano, del conjunto y además, la que esta actividad , como la del hipotálamo, deja alrededor de éste, sin olvidar la actividad mental, deseos, miedos, emociones, pensamientos….
Muchas personas se encuentran encerradas en determinados tipos de pensamientos, deseos, actividad mental en general, que protagonizan su mente, que se repiten, y lo hacen de modo poco consciente.
Esta repetición y la fuerza con la que se desarrolla, provoca una emisión concreta, cogiendo la forma que encajará perfectamente con otras emisiones de otros de tipo similar.
El conjunto, forma una masa crítica, o un enorme Ki, que puede llegar a ser autónomo de toda emisión, por un tiempo. Y, por ende, influirá y encajará en personas sensibles que pueden percibirla, sobre todo si empiezan a vibrar del mismo modo.
De modo que pensar fuertemente en una creencia, y que sean muchos los que proceden así, posibilita una forma de vibración que al haber recibido mucha frecuencia, mucho alimento, empieza a emitir por sí misma. Claro está, si pierde lo que la sostiene, en un tiempo, caduca.
Ahora no me extenderé en la parte de astrales y sus formas, pero sí en el aspecto de responsabilidad.
Nuestra responsabilidad energética, es crear formas amorosas de vibración, y procurar dirigirnos a pensamientos, deseos, y otra actividad mental, que sea productiva, edificante, buena, una vez somos conscientes que existe vibración física (y no tan física) a raíz de cómo sentimos, cómo metabolizamos las cosas y cualquier intención, emoción etc. que sea consistente y duradera.
En Maestría de Reiki siempre les cuento cómo usar esta propiedad de modo benéfico, con un procedimiento concreto, pero lo más importante es el fondo de todo esto. Si son conscientes, les digo, por favor, emitan pensamientos de Amor. No hay mejor Maestría!
Hemos venido a vivir la limitación, necesitamos esta experiencia de caer en momentos dolientes, o desviados, para poder reconocer otro tipo de vibración.
En cualquier caso, una vez somos conscientes de la fuerza y emisión de lo que decimos, hacemos, decimos y pensamos, les aseguro que merece la pena parar un momento y emitir Amor, simplemente porque sí. No olviden a Schumann…lo que les digo, existe.
Procediendo así, en un tiempo, observen los resultados de su responsabilidad energética.