Cómo actúa el Reiki sobre el dolor
Como muchos ya sabréis, el Reiki es una terapia procedente de Oriente que consiste en transmitir energía sanadora a través de las manos al cuerpo del paciente. Actúa a todos los niveles: físico, emocional y espiritual. En concreto, ¿cómo actúa sobre el dolor?
En un primer nivel, actúa directamente sobre el cuerpo físico. Tan simple como que si tienes un dolor de muelas y te pongo las manos en el foco del dolor, se te va a aliviar y desaparecerá mucho más rápidamente de lo que hubiese hecho en un proceso normal.
Pero en realidad, la mayoría de las veces no es tan simple y, aunque se nota una mejora, al cabo de 3 ó 4 días el dolor vuelve. ¿Por qué? Porque a no ser que el dolor responda a una causa única y exclusivamente física (me duele la rodilla porque me he pegado un golpe, por ejemplo), en la mayoría de las ocasiones tiene una misión, tiene un mensaje que transmitir, tiene un sentido.
De lo que se trata entonces es de dialogar con el dolor y saber escuchar las respuestas que ha de darnos. Así que... ¿cómo actúa una sesión de Reiki sobre un paciente que viene con un dolor concreto y persistente sobre una zona determinada?
Para empezar, hacemos un equilibrado general de todos los chakras, con lo cual el paciente consigue ya un estado importante de relajación.
¿Qué respuestas necesito sobre este dolor?
A continuación, nos centramos en el 6º y 7º chakra y pedimos al paciente que plantee la pregunta ¿qué respuestas necesito sobre este dolor?.
Tras unos minutos nos dirigimos hacia la zona del dolor e implantamos ahí las manos. Curiosamente sucede que a veces el paciente no recibe la energía en ese punto, entonces vamos dialogando con él para encontrar en qué zona sí la capta (generalmente el paciente capta la energía en forma de calor, a veces de frío, o bien siente una presión o alguna otra sensación).
Una vez hemos encontrado el punto que más absorbe la energía pedimos al paciente que se concentre en el dolor o en la zona y nos comente lo que le vaya pasando por la cabeza. Ahí empiezan a surgir recuerdos de situaciones actuales o pasadas, presentes u olvidadas,y también futuras decisiones; En ese punto establecemos un diálogo con el paciente, para ayudarle a tirar del hilo e ir haciendo conscientes los sentimientos que esa situación le generó o le genera.
Es sorprendente comprobar cómo empieza a salir información que el paciente ni sospechaba y que pone de manifiesto el CONFLICTO con el que se está enfrentando y que, hasta ese momento, no ha sabido resolver. Eso es lo que dolor quería expresar.
Habiendo hecho consciente el conflicto, a continuación se ayuda al paciente a liberar todos esos sentimientos escondidos y a que él mismo encuentre la solución que necesita.
Llegados a este punto, se nota siempre como la sensación de calor comienza a desaparecer. Volvemos a hacer un equilibrado rápido de todos los chakras y, ¡listo!
Todo este proceso puede sucederse en una sola sesión, o a veces pueden hacer falta más según la complejidad del conflicto y su respuesta.
Pero es prácticamente seguro que ese dolor va a desaparecer de manera definitiva y que ha cumplido con la misión que tenía: ayudar a la evolución personal.