Cuidando a los cuidadores
Nadie parece satisfecho con la medicina moderna, que se caracteriza por listas de espera mas largas y visitas cada vez mas cortas.
Los pacientes no son los únicos que deben sufrir la mentalidad contable a la que cada vez más, se halla sometido el ámbito de la medicina, ya que los profesionales de la salud, cada vez se quejan más de no poder disponer del tiempo necesario para estar con sus pacientes.
Se están aplicando a los seres humanos la lógica de las máquinas, calculan basándose en los protocolos, el tiempo que deben pasar con cada paciente, pero no tienen en cuenta el tiempo que necesitan para hablar con ellos, para relacionarse con ellos, para explicarles lo que está sucediendo y para hacerles sentirse mejor. En este sentido, los profesionales sanitarios en muchas ocasiones se sienten frustrados, porque si quieren tratar a la persona y no solo a la enfermedad, necesitan más tiempo.
El germen del Burnout empieza a establecerse entre los profesionales sanitarios, una gran mayoría se encuentra aquejada de esta silenciosa epidemia, cuyos síntomas por otra parte, son evidentes, agotamiento emocional relacionado con el trabajo, sentimientos de insatisfacción y una actitud despersonalizada que se asienta en la modalidad de la relación "yo-ello".
Huxley en su libro "la filosofía perenne" hace alusión a lo que estamos viviendo hoy.
Nuestras instituciones son la falta de amor organizada.
Esta máxima es aplicable a cualquier sistema que solo contempla a las personas desde la perspectiva de número, como meras piezas intercambiables que, en sí mismas, carecen de todo interés, hoy sacrificamos la empatía en aras de la eficacia y la rentabilidad.
Las investigaciones que se basan en el estudio de las emociones van por otro camino, es sabido que las emociones tienen mucha importancia en la salud, lo que pone claramente de manifiesto que, cuando se ignora a los pacientes y los tratamos - "en aras de una supuesta eficacia" - como un mero número, desaprovechamos el valor terapéutico de los aliados biológicos. Y es que el "reconocimiento, la consideración, la atención" alivian significativamente el sufrimiento, mientras que el estrés y la negación, por el contrario lo intensifican.
"Curación" (Heal), se deriva de la antigua expresión inglesa "hal" que significa "completar o remediar", así pues el término curación va mucho más allá del simple hecho de poner fin a una determinada enfermedad, ya que implica ayudar también a la persona a recuperar su bienestar emocional y su sensación de totalidad ... Para "curar" los pacientes necesitan algo más que cuidados médicos, algo más que resulta más accesible a la compasión que a la medicina y la tecnología, algo más que no tiene coste económico, solo consideración, tanto para el profesional sanitario como para el paciente...
Mientras los gestores de las instituciones sanitarias (no suelen ser profesionales de la salud), sigan sin reconocer la importancia de que el estrés sostenido, el esfuerzo emocional que junto a otras obligaciones, se ven obligados a afrontar quienes se dedican a la profesión sanitaria, esta se irá erosionando lentamente...