Dinero, vegetarianismo versus espiritualidad
Es una pregunta que se hace recurrentemente: ¿el dinero, la disposición de recursos en general, está reñido con la espiritualidad?
Deberíamos olvidar algunos de los estereotipos que nuestra sociedad suele asociar a "Lo espiritual". Déjenme citar algunos:
- La ausencia de necesidades.
- No es espiritual si no practica alguna disciplina.
- Es mejor persona quien se define como espiritual, que el que se define como terrenal.
- Lo pobre es más espiritual que lo rico.
Y muchos más que ahora no cito.
Son algunos de los mitos del "New Age", que muy desafortunadamente vienen a cubrir las profundas brechas de un conocimiento perdido. Hemos dicho NO a todo, y hemos lanzado a la persona en una búsqueda perenne, sin dotarla de instrumentos.
Sin instrumentos, ha regresado lo peor del antiguo conocimiento o desconocimiento, en forma de física cuántica y el "New Age", abonando el camino para multitud de falsos profetas. De modo que personas formadas en apenas unas horas, ahora se llaman maestros.
De ahí la procedencia de estereotipos que, en el mejor de los casos, no son ciertos, y en el peor, pretenden de nuevo, manipular a cierto público.
Quizás me extienda en otro blog, pero adelanto que quien no tiene necesidades, es porque ya no vive entre nosotros, que hay personas maravillosamente llenas de cariño y bondad que no practican más disciplina que ser amables y afectuosos sin otro referente, o que lo llamado terrenal, es otro camino evolutivo, experimental y de aprendizaje, igual que lo es otra perspectiva cualquiera, mientras domine el respeto a los demás, a uno mismo y mientras el resultado sea edificante.
Hoy me centro en el último de las 4 creencias que he citado, que "Lo pobre es más espiritual que lo rico", como si el dinero o disponer de recursos no fuera evolutivo.
Me hace recordar un caso en el que queda claro el diapasón que da la nota de lo espiritual. Ahí va:
Comida con vegetarianos
En una comida con practicantes de distintas disciplinas, se produjo una conversación sobre qué hay que comer para ser mejor, más respetuoso. Perfectamente ese podría ser la quinta de las creencias que no son ciertas, de la manera que lo plantearon. Véanlo:
Unos de ellos indicaron que solo comiendo vegetariano, uno es puro, pues lo contrario, implica matar un ser vivo, generar sufrimiento (que se impregna en forma de miasmas en el torrente sanguíneo), y después comerse un cadáver. Dichas personas alardeaban de su forma de comer y menoscababan a los carnívoros y otros. Solo su forma de comer es la correcta y el resto no.
La ignorancia de la mente
La comida que nos incitaban a probar, eran seres vivos. Es decir, productos de la naturaleza, que eran triturados en sus molares, para después ser tratados con uno de los peores ácidos naturales, esto es, el ácido estomacal, condenando a una muerte en su propio cuerpo de materia viva, que había sido arrancada de su hábitat natural.
Contestaron que esos seres eran otro nivel de conciencia. Según ellos, era evidente que no eran como los seres que se quejan, emiten chillidos y sufren en la muerte. Pero eso no lo sabemos, sabemos que hemos matado de igual modo. Quien supone que podemos vivir sin matar, ignora la naturaleza de nuestro ecosistema, en el que es inevitable, muy lamentablemente la muerte para generar vida.
Ignorar eso y atribuirse un mérito supone orgullo e ignorancia, al margen de juzgar a los demás. Pero sobre todo no saber que aquí estamos en un entorno limitado, con necesidades, que es algo que el Ser ha organizado expresamente como campo experimental, y que el no necesitado y que no mata, es el Ser, no el Ego, que vive en este entorno básico y denso. Pensar lo contrario es una negación, y como he dicho, subyace ignorancia y orgullo.
La actitud
Observé cómo comían todos, y vi que algunos lo hacían en calma, con respeto, y otros con voracidad. Comer supone morder, que en psicoanálisis recibe el calificativo de "sadismo oral". Lo hacemos desde el nacimiento, y la naturaleza nos dota de todo un sistema de digestión que empieza por la dentadura. La voracidad es agresividad y sadismo oral, y curiosamente, observé que algunos de los que enseñaban cómo debía comerse, eran voraces con su comida.
Lo único que puedes hacer para evolucionar, es reconocer que debes comer, que tienes esa necesidad que nos hemos comprado al venir a la tierra, que hay que hacerlo con respeto y solo en la medida imprescindible, y procurar matar lo menos posible, evidentemente, como hacían los primero budistas, que comían de todo, y solo pedían que no matasen a ningún ser vivo para ellos. No hemos de olvidar que Buda murió por comer carne en mal estado.
Eso es lo que podemos hacer, trabajar nuestra reacción ante la necesidad, no ser voraces, solo usar lo necesario, no vincularnos al deseo de comer que nos lleva a esa voracidad, agradecer el alimento, y jamás juzgar al otro. Es decir, lo que está en nuestra mano no es anular la necesidad o dejar de matar, sino el cambio en la actitud y ser humildes, asumiendo la clase de mundo donde vivimos y experimentamos.
Justamente, lo que se puede aplicar al dinero o a disponer de recursos.
No es malo disponer de dinero o posibilidades. Al contrario, igual que el alimento es una necesidad, y es energía. No es perjudicial la energía, sino la actitud con que la vivimos y el uso que le damos. Si mi actitud con el dinero, desde el poder tenerlo, es voraz, de atesorar por atesorar, de explotar al que no lo tiene, de juzgar al pobre por infeliz, es mi actitud y el uso que estoy dando al recurso, la que me condena, no el disponer dinero en sí. Si mi actitud, desde la falta de dinero, sigue siendo voraz llevado por la necesidad, de intentar cogerlo del que tiene, y juzgar al rico por lo que sea, es mi actitud y la imposibilidad de uso del recurso la que me condena, no la ausencia de dinero en sí. Se trata de cómo muevo mi energía personal, de la actitud, de lo que siento y pienso, y de lo que hago en consecuencia, no de las circunstancias concretas, que lo único que hacen, desde fuera de ti, es propiciar un posible rol en tu movimiento personal.
Es espiritual trabajar el equilibrio, poder desvincularse de la esclavitud de la necesidad, pero sin dejar de reconocerla, olvidar el juzgar más, aceptar las condiciones de la vida, y procurar mejorarlas desde el Amor, pero desde la más profunda de las humildades, sabiendo dónde estamos y observando, por fin, cómo nos a construido el Ser. Lo demás, sigue siendo la ausencia de corazón, sea desde la riqueza, la pobreza, el vegetarianismo o como sea que hayas decidido comer.