La fórmula mágica para resolver preocupaciones
Esta es la receta rápida y probada para hacer frente a situaciones de estrés y preocupación, una técnica que puedes empezar a utilizar a partir de ahora mismo.
Está basada en el método elaborado por W.H. Carrier (ingeniero que inició la industria del aire acondicionado) y fundador de la Carrier Corp. cuyos aparatos se venden por todo el mundo.
Carrier ideó un método para resolver las preocupaciones derivadas de su trabajo. La idea surgió, cuando un día, al inicio de su carrera profesional, montó un aparato en las instalaciones de una empresa cuya planta que costaba millones de dólares, con la finalidad de limpiar las impurezas del gas, de forma que pudiera quemar sin dañar las instalaciones.
Sea como fuere, el caso es que una vez instalado, el sistema no funcionaba como estaba previsto, y Carrier se sintió morir por el fracaso. "Mi estomago y mis intestinos empezaron a retorcerse y doblarse; durante un tiempo mi preocupación era tal que me impedía dormir"
Finalmente el sentido común prevaleció y recordó que las preocupaciones no llevan a ninguna parte; y después de mucho reflexionar ideó un sistema que le funcionó a las mil maravillas desde el primer momento y que con el tiempo fue perfeccionando.
Cómo resolver preocupaciones en 3 pasos
Este es el método de tres pasos ideado por W.H. Carrier y que puedes aplicar a tus preocupaciones:
- Analiza la situación con valentía y honradez y piensa que es lo peor que puede pasar como resultado de tu fallo.
- Después de imaginar lo peor que puede pasar, resígnate a aceptarlo, si es necesario. Piensa que podría ser mucho peor. Después de descubrir qué es lo peor que puede pasar, resígnate a aceptarlo, si es necesario... y a partir de ese momento sentirás un gran alivio y una gran paz mental.
- Dedica tranquilamente todo tu tiempo y energía a intentar que lo peor que ya tienes aceptado, sea menos malo. Idea medios y maneras para reducir el fallo y sus consecuencias. Quizás debas invertir un poco más, poner dinero de tu propio bolsillo, pedir perdón, etc. pero todo ello valdrá la pena para solucionar el problema actual y pasar a la siguiente fase.
Si sigues preocupándote, no encontrarás la salida a tu problema, y probablemente eso te lleve a un nivel más elevado de ansiedad y preocupación, por tanto céntrate en la solución, no en el problema.
Cuando nos preocupamos, nuestra mente salta de una cosa a otra, se dispersa y perdemos toda capacidad de decisión. En cambio cuando nos obligamos a enfrentarnos a lo peor y a aceptarlo mentalmente, eliminamos todo ese vago imaginar y nos situamos en una posición que nos permite concentrarnos en nuestro problema.
A veces es tan simple como parar, cerrar los ojos y reflexionar o contárselo a alguien. El hecho de contarlo, o que la otra persona te de su visión puede hacer que los problemas....dejen de serlo.
Recuerda: El profesor W. James (padre de la psicología aplicada) decía:
Estad dispuestos a aceptar que las cosas son así, porque aceptar lo que ha pasado es el primer paso para superar las consecuencias de cualquier desgracia o contratiempo.
W. James