Crecimiento

Pedro Gomez Gil
3 May 2018 lectura de 7 minutos
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Vi por algún lugar una frase que me resonó muy mía, ya la utilicé para un escrito (y que está en parte incrustado en este), es la siguiente:

No te das cuenta de la profundidad a la que estás enterrado hasta que empiezas a cavar.

El crecimiento te llevará a ver más la sombra y la oscuridad, en ti, en el entorno, en los demás y en el mundo. Va a ser costoso y te va a traer dolor, va a afectar a tu vida y mover tu entorno.

Sobredimensionará la carencia, la dificultad, el peso, el dolor, la angustia, lo oscuro, la decepción... El proceso te hará ser hiper-consciente del lado del sufrimiento, de la oscuridad, de "lo que falla, va mal, falta".

Hay ansiedad y hay dolor en el crecer. Y no tienes ni idea de la de capas y lo embarrado que estás, la de inercias que tienes y lo complejo que es, lo perdido y des-asido que estás, hasta que empiezas a "ocuparte" de ello seriamente.

Lo más fácil es estancarse y seguir inconsciente

Por eso, muchos optan por seguir mecánicamente sin ocuparse de su evolución, se abandonan y se estancan de por vida en lo conocido-fácil (fácil relativamente pues también hay un precio en no hacer nada con las llamada del Ser) antes de entrar en algo que haga tambalearse todo su "edificio".

Pero el Ser llama igual, y si no se le hace caso, llama por otros medios, somático con enfermedad, a través el mundo externo y mi vida... como sea.

Para un crecimiento profundo, al final el ego se va a tener que desmoronar en algún momento, rendirse y no valer ya la "traducción del mundo y de nosotros mismos" que nos hacíamos, nada nos valdrá y estaremos como "muertos en vida". Eso se vive como una amenaza muy real de muerte, de aniquilación, de perdida de cordura y es una bajada a los infiernos que, en ningún sentido, es un recurso literario; lo es tal cual y literal: bajas al infierno, personal y general... Y entraña peligros, no lo vamos a negar, no hay garantía de éxito.

No es una aventura New Age la realidad del crecer. ¡Es una putada más bien!, "nos hubiera gustado más seguir inconscientes pasando de todo si por nosotros fuera...". Hasta entonces permanecíamos en la inconsciencia, incluso nos recordamos "felices" en ese "antes" imaginado...

Es doloroso darse cuenta. Es esforzado y también frustrante crecer. Hay mierda, fealdad, dolor, alienación, angustia, repulsión, límites, dificultad.

Es también inevitable que así sea y se concentrará hasta el punto de lo insoportable si no abandonas y vas hasta el final, muy posiblemente.

Pero el esfuerzo... tiene premio

Una vez en un taller cuando me formaba en Gestalt, me tocó un regalo que teníamos que coger a ciegas, era un escrito (creo que de Don Juan Matus de Castaneda, lo cual, ya era muy sincrónico pues una época pretérita de mi vida estuvo muy presente para mí su espíritu y yo me vivía totalmente como un "guerrero").

Decía "El crecimiento es un viaje de regreso. Un guerrero regresa victorioso al espíritu, tras haber descendido al infierno. Y del infierno regresa con trofeos. La comprensión es uno de sus trofeos". Para mí recibir ese escrito, fue personal y sincrónico a tope. Yo "eso" lo había vivido hacía cierto tiempo y me vivía en un momento de "vuelta a casa" y en el momento de recibir el regalo de este escrito que se suponía "era algo para mí en concreto", era como si me dieran un diploma externo que me confirmaba, poniendo más consciencia a mi recorrido y a donde me encontraba, y dándome mayor legitimidad a mí mismo y a las comprensiones atesoradas o vislumbradas al menos.

Otro trofeo de la bajada al infierno (si puedes regresar), diría que es la confianza. Se consolida un núcleo "como cristalizado" de seguridad, un poso que está ahí en el núcleo... Porque, si no te has vuelto loco en ese viaje vital extremo, te da la seguridad de que no te vas a volver ya loco ni de coña, en ninguna circunstancia. Si no has muerto en esa "vivencia de muerte" prolongada que viviste muy real en ti, también ganas seguridad. Si lo has puesto todo en riesgo, te has desmontado y sigues "aquí" con calma y has "vuelto a casa"... hay seguridad.

Si te has atrevido a ese abismo existencial, vas a conocer tu valor y ganas confianza. Si has reconocido el "mal-en-ti"; el del mundo, ya no está alienado y ya no es "tan mal" y hay confianza... Y el otro no es "tan otro ya". Y si solo de ti quedó en algún momento lo esencial; el Ser... Es algo que jamás va a faltar y lo sabes... todo en línea de confianza, seguridad... poder personal.

Más allá, en el horizonte, están la humildad, la ecuanimidad, el no-juicio, el amor a la vida, a uno mismo y al otro, el acoger y abrazar lo que es como es, la aceptación, el gozo en uno mismo y en el mundo... Pero mucho más allá, y hasta que no se atraviesa, son una pura entelequia mental, un concepto, son nada o una pose. Luego vendrá; perdonarse y perdonar. Y caerá por su propio peso como una fruta madura, espontáneo. Y siempre se seguirá creciendo, destilando, afinando, dando otra vuelta de tuerca...

La necesidad de tomar conciencia

Pero todo pasa por "verse enterrado, querer salir y cavar para salir". Hasta que no das cuenta de que "estas enterrado" (hasta que no seas consciente de tu sufrimiento y tu "cárcel", hasta que tu ego no permita la "decepción de sí-mismo"). En tu neurosis, tu locura, tu irrealidad, tu personaje, tus inercias mecanizadas... "no cavarás". Y no podrás salir. Está que viéndolo, también hay que "tomar acción" y cavar....un trabajo personal titánico y una cruz.

Solo alguien que se reconoce enfermo buscará la salud. Alguien que puede ver su enfermedad y mirarla de frente tendrá esperanza de abordarla. Solo alguien que se considera "malo"... querrá ser "bueno". Así van las cosas y está bien que así sea. Otra cosa es el que siendo ciego, quiere seguir siéndolo y, dice y se cuenta a sí mismo que ve genial. Es una opción vital también.

Es todo bastante relativo, igual si te ves fatal, estás mucho mejor y "curándote". Si tienes ansiedad (por poner un ejemplo de algo que vivimos horrible).... igual, es muy buena señal de que eres sensible y recibes "mensajes" de tu Ser porque "has abierto algo "al menos de tu coraza, igual estás creciendo y encaminándote a tu "salvación"... Reconocerse es doloroso y si "abres" la caja no sabes lo que saldrá ni hasta cuando...

Merece la pena crecer y el Ser lo pide, se llega a "algún lugar" aunque no sea definitivo.