10 ejercicios que transformarán tu vida
Toda transformación conlleva cambios, sin embargo no todo cambio conlleva transformación. Nuestra transformación requiere de conciencia, intención y movimiento.
A continuación, contáis con una serie de ejercicios de coaching que, realizados de forma consciente, provocan transformación y cambio en nuestro interior y en nuestras vidas.
Os animo a que los pongáis en práctica, juguéis y disfrutéis:
1. Autoconocimiento y perspectivas
Se trata de conocer las perspectivas que otras personas tienen de nosotros mismos.
Elige personas de diferentes entornos (familiar, amistad, trabajo, ...). Pídeles que te respondan de forma sincera sobre las siguientes cuestiones: ¿Qué destacarías positivamente en mi persona? ¿Qué valoras más? y ¿Qué te gustaría ver más en mí?.
Anota todas las aportaciones, revísalas.
¿Eras consciente de esta visión? Reconoce, integra, vive todos estos aspectos positivos, cualidades, talentos que los demás perciben y reconocen en ti. ¿Qué les gustaría ver más en ti? Puedes utilizar el siguiente ejercicio (“MI PERSONAJE”) para elegir un personaje y representar, vivenciar estas energías, es sumamente divertido y a la vez muy potente.
2. Mi personaje
Escucha, piensa, siente qué energía necesitas, qué energía te sería en estos momentos más útil (fuerza, sensibilidad, acción, dulzura, ...).
Recoge y anótalas. Ahora piensa en un personaje que reúna todas esas energías, puede ser un personaje de ficción, un animal, un superhéroe, una persona real, ... Bien, ahora ya tienes el personaje, ahora viene la parte divertida. Mañana, a lo largo de todo el día, vive y exprésate siendo ese personaje, esas energías. ¿Cómo te has sentido? ¿Qué te ha aportado? ¿Qué hay en estos momentos de diferente en ti?
Este es un ejercicio que siempre podemos hacer, puesto que nuestras necesidades y energías son variables y disponemos de innumerables personajes para vivenciarlas. El personaje es un puente, un potente conector con nosotros mismos. Pruébalo!!!
3. El arte de fluir
Escoge la música que más te guste, la que más te emocione, la que te haga sentir.... Muy bien, ahora crea un ambiente íntimo para poder disfrutar la música. Ponte de pie y deja que cada parte de tu cuerpo se mueva con total libertad, los pies, las manos, los brazos...
Entrégate a la música, no solo se trata de escuchar a través de los oídos, sino a través de cada célula de nuestro cuerpo, de conectar y sentir la energía y vibración de la música. Es una meditación fantástica, pues no utilizamos nuestra mente, no ejercemos ningún tipo de control sobre lo que está ocurriendo en cada instante. Permite que fluyan las emociones, la risa, el llanto, la alegría...
Es un muy buen ejercicio de meditación dinámica que nos permite reducir al mínimo el volumen de nuestra mente, conectar con nosotros mismos y permitirnos fluir. Con una meditación estática, sentados, muchas veces esto resulta bastante difícil, pues más que conseguir reducir el volumen de nuestra mente lo que suele ocurrir es que aumenta.
4. La mirada en el espejo
Aceptar nuestra humanidad es aceptar todo lo que la misma conlleva: la dualidad, luz y sombras, alegría y tristeza, ... Todo ello forma parte de nuestra humanidad, la hace “perfecta”. Este ejercicio trata precisamente de esto mismo, de aceptar nuestra humanidad, aceptar todo lo que ello conlleva, aceptarnos a nosotros mismos, para luego, a partir de ahí, crecer, desarrollarnos, evolucionar.
Para ello, mírate a los ojos en el espejo, acepta... Haz que tus ojos brillen, conecta con tu alegría, con el amor, transmítete todo ello a ti mismo a través de tu propia mirada. Es un acto de amor, de comprensión, íntimo, sincero y profundo. Es muy liberador. En un principio puede resultar extraño, incluso incómodo, pero sé paciente, comprensivo, establece poco a poco ese lazo de conexión profunda con tu ser. Resulta un ejercicio verdaderamente transformador respecto a la relación que tenemos con nosotros mismos, construyéndose y fortaleciéndose nuestra imagen y personalidad, nuestra autoestima, confianza y seguridad en nosotros mismos
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5. Mis casos de éxito, mis logros
Realiza una revisión de tu vida e identifica tus casos de éxito, tus logros, conecta con ellos. ¿Cuáles son mis casos de éxito? ¿De qué me siento satisfecho? Profundiza en la revisión, pues a veces nos cuesta identificar y reconocernos nuestros éxitos y logros. Conecta con las emociones y sentimientos del momento, revívelos, amplifícalos al máximo, saboréalos, utiliza todos tus sentidos para vivenciar la experiencia. Puedes ayudarte con la música, imágenes u otros elementos que logren sumergirte con mayor profundidad y amplitud en la experiencia.
Es importante tomar conciencia de que a través de estas experiencias expresaste lo mejor de ti, tus capacidades, tus valores, tus habilidades, tus sentimientos. Permite que todo ello vuelva a expresarse y fluir dentro de ti. Este ejercicio nos conecta con una energía de seguridad y confianza, con una actitud positiva y una predisposición a la acción. Esta energía poderosa de nuestros casos de éxito siempre está ahí, en nosotros, dispuesta para ser utilizada cuando queramos y nos es de gran ayuda a la hora de afrontar diariamente nuestros retos y experiencias.
6. La escucha activa
Qué habituados estamos a ordenar, a proponer, a aconsejar, a opinar, a enjuiciar, a decir cómo se han de hacer las cosas... y qué poco a ESCUCHAR, escuchar los pensamientos, las emociones, los miedos, las necesidades, las palabras, los silencios....
Nos distraemos en las formas, los análisis, las interpretaciones, lo socialmente "correcto", las leyes... y no nos centramos en la esencia, en el fondo, en la profundidad de las cosas. Necesitamos parar y escuchar, no solo con nuestros oídos, sino con nuestro cuerpo, nuestro corazón...
La escucha integral y activa se produce cuando se establece una conexión profunda con la otra persona. Pregunta a tus seres queridos por sus sueños, sus momentos de felicidad, lo que quieren verdaderamente, lo que es importante para ellos... y escúchalos, simplemente abraza, acoge, observa, cuida sus manifestaciones y expresiones, ve más allá de las palabras y los gestos, sumérgete en esa conexión íntima, sincera y profunda.
7. Reformulando mis preguntas
Un aspecto fundamental en nuestra forma de caminar es el tipo de preguntas que nos hacemos, pues ellas son las que focalizan nuestra atención y energía. En este sentido, es habitual encontrarnos con un enfoque centrado en el ¿por qué? (¿por qué esto? ¿por qué aquello? ¿por qué a mí? ¿por qué ahora? ¿por qué no puedo...?, etc.). Y es que tenemos la necesidad racional de querer entender todo lo que pasa a nuestro alrededor y en nosotros mismos, sin embargo este tipo de preguntas suele introducirnos en un bucle cerrado, donde no encontramos respuestas y nos sentimos cansados y con una sensación de impotencia.
Todo tiene un sentido, un significado, todo tiene un ¿para qué?. Detrás de cada experiencia hay un tesoro a recuperar... Aunque en un primer momento no conozcas el tesoro... ocúpate en recuperarlo. ¿Qué es importante para ti? ¿Qué quieres? ¿Qué opciones estás valorando? ¿Qué otras posibilidades hay? ¿Cuál es la más alineada con tus valores y quien tú eres? ¿Qué harías si te sintieses totalmente libre? ¿Cómo te sientes al llevar a cabo esta decisión?. Explora, anota, profundiza... Reformula tus preguntas, que tengan un sentido y un significado, proporcionando esto mismo a tu vida.
8. El poderoso y maravilloso acto de agradecer
El agradecimiento constituye un acto de reconocimiento y valoración de lo bueno y lo bello que ocurre cada día en nuestras vidas. El agradecimiento hace florecer en nuestro interior emociones y sentimientos positivos, así como el deseo de compartirlos.
Cuando verdaderamente agradecemos, lo transmitimos y expresamos con todo nuestro cuerpo, con nuestra intención, nuestra mirada, nuestras palabras, pensamientos y sentimientos. Revisa tu historia personal e identifica aquello por lo que te sientes especialmente agradecido. Comunica y transmite tu agradecimiento a las personas implicadas, a través de una llamada, un vídeo, un escrito, ...la forma que tu intuición te señale.
Otro ejercicio poderoso y transformador que puedes hacer es cada noche, antes de acostarte, haz una revisión de lo acontecido en el día y escoge tres momentos, detalles, hechos... por los que te sientes agradecidos. Hazlo durante un mes y verás los resultados que provoca.
9. Ordenando y reenfocando mi energía
¿Qué tipo de pensamientos se suelen repetir en mi cabeza? ¿Cómo me hacen sentir? ¿Me son útiles? ¿Dónde suelo poner mi foco de atención cuando genero un pensamiento negativo? ¿Qué le pasa a mi energía? ¿Qué hago cuando genero un pensamiento positivo? ¿Cómo lo he logrado? ¿Dónde tengo puesto mi foco de atención?
Allá donde pones tu foco de atención... están tus pensamientos y sentimientos, y allá donde están ellos estas tú. Coge papel y lápiz, escribe qué es verdaderamente importante para ti, qué es lo que quieres, define qué cambios vas a crear en tu vida, desde la honestidad, sinceridad y alineación con tus valores y quién eres. Diseña los siguientes pasos a dar y concentra tu energía en ellos.
Tus recuerdos positivos, tus casos de éxito, el amor por tus seres queridos... te conectarán con los mejores pensamientos y emociones para lograrlo. Reenfoca tu energía, visualiza el lado amable y bello de lo que acontece. Dota de belleza tu mirada y vivirás una realidad diferente, vive en el mundo pero sin pertenecer a él. Tu intención, tu actitud, pasión e ilusión son los motores de tu embarcación. Practica, practica, practica cada día este ordenamiento y reenfoque de tu energía. El éxito está asegurado.
10. Programa un día diferente
Programa un día diferente en tu agenda, ilusiónate con las cosas que vas a hacer ese día, visualízate disfrutando y pasándolo bien. Lo pasarás en grande antes (en la preparación), durante (cuando lo estés viviendo) y después (cuando lo estés recordando). Traslada esta experiencia a tu día a día, planifica pequeños o grandes momentos que te conecten con tu ilusión, tu pasión, la diversión y el juego.
Pensar y sentir sobre estos momentos de conexión nos es muy útil, ya que cuando estamos en un momento de "bajón" y un poco agobiados, podemos romper con ese pensar y sentir "negativos" conectándonos con lo mejor de nosotros mismos.