6 beneficios espirituales sobre la salud
Cuando hablamos de salud normalmente nos referimos a nuestro estado físico. Si no tenemos una dolencia física grave, decimos que tenemos salud. Incluso alguien diagnosticado con una psicopatología, si su organismo funciona correctamente, decimos que tiene salud.
Aunque en las últimas décadas ha habido una mayor sensibilización hacia la salud mental, es cierto que no todo está hecho. Los servicios psicológicos siguen estando muchas veces en un segundo plano.
Pero la Salud no solo debe circunscribirse al plano físico o psicológico. Sin una buena salud espiritual no puede haber salud ni física ni psicológica. Trabajando nuestra parte espiritual estamos aportando un andamiaje de gran fortaleza a nuestro ser.
Comparto con vosotros 6 beneficios que el trabajo espiritual nos aporta a nuestra salud holística:
1. Relax
Cuando dotamos a nuestra vida de un sentido, estamos aceptando una misión. Esta aceptación se opone a la resistencia con la que solemos vivir y por tanto a su tensión continua por que sea o no como nosotros queremos.
La aceptación de nuestro deber (Dharma) nos da la tranquilidad y paz de hacer lo que debemos hacer.
2. Menor ingesta de medicamentos
Este estado de relajación hace que vivamos con menos ansiedad y estrés y por tanto el consumo de medicamentos se reduzca. Por un lado se produce una menor ingesta de ansiolíticos y antidepresivos, y por otra se reduce también el consumo de otros medicamentos.
Por poner un ejemplo, se ha demostrado cómo el trabajo con técnicas meditativas reduce la recaídas en el uso de antidepresivos. En este sentido véase el artículo publicado en The Lancet sobre la "Efectividad y coste- efectividad de la terapia cognitiva basada en la atención plena en comparación con el mantenimiento del tratamiento con antidepresivos en la prevención de la recaída depresiva o la repetición".
3. Energía
Al dar sentido a nuestra vida y aceptar nuestra misión, estamos dotándonos de motivación y por tanto de energía. Esta energía, como tal, nos impulsa a movernos y actuar, lo que se traduce en hechos y por tanto en un mayor cuidado de nuestra salud.
Esta energía, al proyectarla hacia fuera generamos una fuerza en los demás de autocuidado y conciencia de su salud.
4. Claridad
Mentalmente empezamos a tener claros muchos conceptos e ideas, lo que se traduce en una toma de decisiones más eficiente en nuestra vida. Nos permite dirigir nuestro foco, recursos y acciones hacia un objetivo y por tanto a alejarnos de circunstancias, acontecimientos y decisiones nocivas para nuestra salud.
5. Conciencia
Cuando cuidamos nuestra salud espiritual, estamos abiertos, atentos y receptivos, lo que nos permite poder recoger más información tanto externa como internamente. Al aceptar esta información estamos desarrollando nuestra conciencia y por tanto a ver de otra manera más amplia.
Esta conciencia debe ser propia y subjetiva, no adquirida racionalmente desde planos sociales o políticos.
6. Mejora de la comunicación
Por último, una buena salud espiritual nos permite relacionarnos con otros seres desde lo más profundo de nosotros, desde detrás de nuestras máscaras y armaduras.
El saludo “Namaste” representa este concepto. Desde una visión occidental, podría resumirse en “Mi YO más profundo, esencial y divino, saluda, reconoce y venera a tu YO más profundo, esencial y divino”.