Utiliza tu propia voz para optimizar tu energía
Hay varias verdades que coexisten sobre nuestra voz; este órgano para producir comunicación y sonido, y que desatendemos aunque nos ponen en la consciencia del ahora aquí.
1 - Las vibraciones sonoras en nuestro cuerpo se transmiten por los huesos y los líquidos. Tanto nuestros órganos como nuestros tejidos se ponen a vibrar de manera muy fina según la frecuencia e intensidad de nuestra voz. Lo mismo que el cerebro puede estar dañado por frecuencias exteriores que resuenan en la cavidad craneal, todas las partes del cuerpo no resienten la resonancia de la misma manera.
2 - Aunque la boca sea el órgano del cual sale la emisión sonora, la vibración se extiende a todo el cuerpo y el cuerpo hace de caja de resonancia como un instrumento de música.
En realidad es la columna vertebral, donde sienta la laringe, quien hace vibrar los huesos. Esta caja de resonancia, el cuerpo, puede pues hacer esta voz insípida, o excesivamente colorada y chillona, apagada o agresiva, según si el cuerpo esta obstruido, congestionado, o sea de manera muscular o sea mental. Una voz deprimida, una voz alegre, no ataca la reproducción de las palabras de la misma manera.
Buscando la justeza en la ejecución de una lectura o canto o elocución, es una manera de hacer un “masaje”. De despertar y armonizar los tejidos dormidos, rígidos por estar obstruidos o privados de energía.
El objetivo de los cantos como mantras, o cantos religiosos tiene este mismo objetivo de afinar el instrumento corporal para restituir la harmonía (con h), aunque también la armonía.
3 - Estamos cortados de nuestras sensaciones si nos olvidamos de la joya que tenemos en nuestra voz; No solo para expresar nuestras ideas y percepciones pero también para volver a encontrar nuestro balance (frecuencia). Trabajar su voz, coger consciencia de su voz es trabajar con todo el cuerpo, despertarlo, movilizarlo.
Jugar con su propia voz es placentero, divertido y relajante. Acoger su voz es invitarla a desplegarse en muchos aspectos.
Practicar su voz, sin ser un cantante, es una necesidad vital y fundamental. Es volver a hacerse niño, con la libertad de emitir nuestra voz, sin vergüenza ni preocupación. Canturrear, que sea justo o desafinado, es el juego espontaneo del niño. La voz revela lo que nos entorpece, lo que nos ahoga o nos impide, como lo que nos entusiasma: Las limitaciones, paradigmas y miedos tanto como los gritos de alegría (qué buenos son estos..!!).
La intención no es forzar pero conseguir un flujo, estar en el juego y en el placer. Justo divertirse. Y no cuesta $$$ nada más que unos minutos cada día ;).
Además no hay nada más sexy que una voz; te puede embrujar como un olor.
Nada revela tanto el carácter de una persona como su voz.
Benjamin Disraeli