Revive, empleando tu mente
De forma breve os expongo un ejercicio básico y sencillo, para que alguien, persona, animal o cosa, que hemos perdido o que ya no podemos ver, vaya renaciendo en nuestro interior.
Desde hace algo más de 100 años sabemos que en nuestros procesos cognitivos y de memoria, los distintos escenarios de la vida actual y pasada, así como los actores de cada escenario, pueden seguir vivos.
Como si les diéramos vida al pensarlos o reproducirlos, toman movimiento propio y si fijamos nuestra atención en ellos incluso nos pueden transmitir sus gestos, ideas, formas de comunicarse o actuar. Por eso tiene mucha importancia cómo me relaciono actualmente con esos objetos, que es como llamamos a cada producción mental.
Poder vivificar intencionalmente un objeto que ha perdido su vida o relación conmigo en la realidad, capitalizando su presencia en mi es muy compensador. Podemos usar este procedimiento, que primero es igual que otros, con profunda relajación y persiguiendo el estado alfa mental. Vamos a usar un método básico, que necesita de unos 25 minutos.
Relajación previa
- Cuida el entorno donde vas a hacerlo. Penumbra, poco ruido, temperatura templada, nada de condiciones extremas, y si deseas, música suave.
- Postura cómoda, ojos cerrados. Inspira durante un par de minutos por la nariz, procurando hinchar tu abdomen. Para ello puedes las primeras veces poner una mano en él para observar cómo se mueve. Expulsa por la boca, suavemente. Sigue respirando suave, y ahora en el circuito nariz-nariz, con los brazos en reposo.
- Pon tus manos sobre las piernas sin forzar la postura.
- Un minuto: Imagina un lugar donde sueles descansar, o donde te sientes muy relajado. Date permiso para que tus músculos descansen, empezando por los pies y subiendo poco a poco hasta la coronilla.
Visualización, vivificando
- Empezando por ver solo los pies o parta baja, imagina persona, animal o cosa a las que deseas dar vida.
- Céntrate solo en los pies
- Al cabo de un minuto, subes lentamente, hasta conectarte con una parte significativa de la persona, animal, (suele ser el rostro) o cosa.
- Ahora reposa, no pongas expectativas. Las primeras veces solo mira, y al cabo de varias prácticas, piensa mientras le miras en sus gestos, si es animal o cosa, sus expresiones, o si es cosa, lo que hacías con ella.
- Igualmente rescata algún episodio agradable con el objeto, y ahora fija la atención en ello.
- Observa los otros objetos asociados que surgen en al observación de lo que quieres vivificar, como ideas, sentimientos, anécdotas
- Quédate ahí repitiendo el ciclo, recordando tanto como necesites. Pero no solo es recordar, sino un intento de hacer tuyo lo que es tuyo, ya que la relación con el objeto es genuina.
La repetición durante semana de este ejercicio ofrece resultados de paz y compensación de la tristeza de la pérdida.