Realizar un buen tratamiento con moxas y ventosas
Actualmente, muchos terapeutas manuales y fisioterapeutas utilizan las moxas y las ventosas como tratamiento antiálgico de apoyo, tanto por la facilidad en su aplicación como por los escasos efectos secundarios y por sus excelentes resultados.
Aunque son herramientas, especialmente las ventosas, que se han utilizado tradicionalmente en muchas culturas; el diagnóstico en medicina tradicional China aporta a estas técnicas la capacidad de utilizarlas con más precisión ante una patología, ya que distingue diferentes tipos de dolor y especifica la mejor aplicación para cada uno.
Moxibustión vs Ventosas: fundamentos de cada técnica
La mecánica de acción de la moxibustión consiste en quemar hojas de artemisa (follium artemisa officinalis) trituradas y dispuestas en varias formas (conos, rollos, puros...) sobre el cuerpo de los pacientes, ya sea de forma directa (acercándolas a un centímetro de la piel) o de forma indirecta (situándola sobre la piel encima de jengibre, ajo, sal... ). El calor es un potente vasodilatador y contribuye a la depuración sanguínea del segmento muscular, además de provocar una sensación inmediata de alivio por su efecto analgésico y relajante.
En cambio, las ventosas actúan al producir el vacío en su interior mediante la extracción del aire (ya sea con un mecanismo de succión como la pera o por combustión del oxígeno por la acción del fuego) con el objetivo básico de realizar hiperemia, oxigenación de los tejidos, intercambio de nutrientes y eliminación de los factores patógenos, que intoxican el organismo, produciendo diversas manifestaciones entre ellas el dolor.
Los mecanismos de acción de las ventosas inciden principalmente sobre la dermis, de manera que modifican los intercambios nutricionales de sus células y las de los tejidos subyacentes (sustancia fundamental: fibrocitos, istiocitos, iastocitos y adipocitos), provocando siempre una acción local y a distancia de orden reflejo. La modificación de esta respuesta orgánica dependerá de la fuerza de succión, el tiempo de permanencia y las zonas corporales donde se instale.
Al aplicar las ventosas en diferentes partes del músculo contraído las fibras gelificadas se despegan, haciendo que la musculatura recupere su forma y movimiento normal. El paciente siente así un rápido alivio. En contracturas agudas, por ejemplo, generalmente la gelificación se disuelve en un lapso de 24 horas. En caso de persistir la molestia es posible repetir la aplicación de la terapia con las ventosas pasadas 48 horas.
Observación del dolor
El primer síntoma diferencial que debemos tener en cuenta ante un dolor es si éste mejora o empeora con la presión, ya que nos indicará si nos encontramos ante un dolor por vacío o por exceso y si, por lo tanto, debemos tonificar o dispersar.
Si el dolor es del tipo que mejora con la presión (vacío) deberemos realizar manipulaciones suaves con la ventosa, de forma que la piel quede enrojecida pero sin realizar equimosis. La ventosa corrida o “moving cupping”, permite a través de la aplicación de aceites la absorción de diferentes componentes entre ellos los aceites esenciales, que actuarán de manera complementaria usando sus propiedades drenantes, circulatorias , tranquilizantes o sedativas.
Al aplicar las ventosas abrimos los poros de la piel facilitando la entrada a las sustancias contenidas en los aceites de masaje. Los linimentos con base alcohólica se pueden usar dentro de la ventosa impregnando sus paredes que al calentarse facilitará la entrada de los mismos. Es recomendable usar un buen aceite vehicular pero no ser demasiado generosos con su uso ya que el exceso de aceite dificulta el mantenimiento del vacío. También podremos utilizar la moxa para tonificar esa insuficiencia, aplicándola sobre la zona de forma moderada.
Si, en cambio, el tipo de dolor es por exceso y empeora con la presión podemos realizar equimosis en las zonas de dolor con las ventosas. Utilizaremos la moxa en el caso de que ese dolor por exceso mejore con el calor, aplicándola a nivel local sobre los puntos de dolor o sobre puntos reflejos. También podemos encontrar casos en que el paciente rehuye la presión sobre la zona y el dolor es de tipo punzante, que empeora por la noche y mejora con el movimiento; en este caso podemos utilizar la moxa en forma de picoteo.
No sólo podemos aplicar estas técnicas a nivel local, también disponemos en Medicina China de puntos distales que tienen acción sobre diferentes zonas del cuerpo o puntos que actúan sobre el exceso o el vacío. De forma que la Medicina China nos ofrece un gran abanico de posibilidades para poder tratar adecuadamente el dolor.