Propósitos para el año nuevo
Cuando se hacen con cabeza, corazón y acción me parecen acciones muy loables y necesarias: hacer balance y dirigirnos hacia lo que creemos que nos hará bien y felices es de las cosas más extraordinarias (aunque parezca lo contrario) que podemos hacer como seres humanos.
Algunas de las cosas que nos pueden ayudar a dirigirnos hacia nuestras metas son las siguientes:
Ponte objetivos realistas
Por ejemplo, si has decidido empezar a hacer deporte y no sueles realizarlo no te propongas hacer deporte todos los días o 5 días a la semana, quizás sea desmedido. Proponte hacerlo dos o tres días a la semana y en el mismo propósito asume que la frustración y las dificultades serán parte del camino y que hacerles frente ya es un logro en sí.
Que tus objetivos sean concretos
Siguiendo con el ejemplo, si has decidido hacer deporte concrétalo todo lo que puedas, que no sea “ir al gimnasio”, ve al nivel más particular que puedas, por ejemplo “hacer dos clases de spinning a la semana”.
Elige la diversión y la satisfacción
Si lo que eliges no te gusta no te va a motivar con lo cual aparecerá las desgana y la pereza. Así se genera un conflicto entre nuestra parte perezosa y la exigente, siendo el resultado la culpa y el que nada cambie.
Por el contrario si eliges objetivos que te motiven será más fácil cumplirlos, pues estás motivado para ellos con mayor facilidad.
Ponte un plazo para intentar cumplirlos y re-evaluarlos
Hace poco escribía que personalmente pienso celebrar algo parecido a la nochevieja, cuatro veces al año, en los solsticios y equinoccios: este va ser el tiempo y momento de re-evaluar, de hacer balance, de ver lo que se ha cumplido, lo que no y lo que está en camino.
También de hacer nuevos propósitos, de ordenar mi casa y mi vida y por supuesto de celebrar con amigos, un pequeño cambio de ciclo y celebrar la vida: como decía Angaangaq, un chamán esquimal que escribió el magnífico libro “Escucha la voz del hielo” la vida es una ceremonia en sí misma que merece la pena celebrarla.
Ten presente el conflicto
Cuando algo nos cuesta o existe algún conflicto hay por lo menos dos partes implicadas: siguiendo con el ejemplo de hacer deporte, seguramente tenemos una parte nuestra que es esforzada y quiere cambiar y otra que es perezosa y cómoda. Normalmente la parte esforzada le exigirá a la cómoda que cambie, entrando en el diálogo mental de las auto acusaciones y la culpa, esto sabemos que no funciona...
Es mejor aceptar a las dos partes, hacerlas dialogar y llegar a acuerdos con ambas. Por ejemplo, si has decidido hacer dos clases de spinning a la semana no te pongas un horario rígido (los martes y jueves de 19:30 a 20:30 spinning), pues puede que esos días aparezca la pereza y no vayas sintiéndote culpable, si puedes utiliza la flexibilidad horaria, ahora bien, tampoco caigas en el otro extremo, no utilices la “flexibilidad” para engañarte a ti mismo y no cambiar.
Acepta que puntualmente “vas a fracasar”
Esto es, habrá alguna semana que no cumplas tus objetivos, tómalo como parte del camino, no somos perfectos y solemos hacerlo lo mejor que podemos, perder una batalla no significa perder la guerra.
Rodéate de personas honestas
Aunque sea un tópico intenta rodearte de personas honestas que te hagan sentir bien.
Hay personas que su mera presencia es una invitación a la autenticidad, a vivir plena y alegremente, a luchar por lo que haga falta y a asumir la propia responsabilidad... si tienes personas así en tu vida es un tesoro si no ¡busca el tesoro!
Por último, si siempre tropiezas con las mismas piedras no esperes al año que viene para que todo se repita ¡busca ayuda ahora! ¡pon soluciones en tu vida y no excusas!
Bibliografía recomendada:
- “La buena suerte” Álex Rovira y Fernando Trías de Bes
- “La brújula interior” Álex Rovira
- “Escucha la voz del hielo” Angaangaq