El pie, este gran olvidado de nuestro cuerpo
Mantener los pies sobre la tierra...
Al principio creía que un maestro debe tener razón en todo. Después, imaginé que mi maestro se equivocaba en muchas cosas. A continuación, me di cuenta de lo que era correcto y de lo que era equivocado. Lo equivocado era permanecer en cualquier de las dos primeras fases. Lo correcto era hacer comprender esto a todo el mundo.Ardabili
Hace poco tiempo un amigo me pregunto por qué tenía que descalzarse en los cursos; y me gustaría compartir con vosotros mi punto de vista en cuanto a esta pregunta.
Vivimos en la época de la tecnología moderna de la electricidad, y esta nos acelera los impulsos eléctricos de nuestro sistema nervioso, lo que hace que muchas personas estén más tiempo en estado de constante sobre excitación, o estrés. El estrés es necesario en la vida, pero los problemas empiezan cuando es un estado continuo, y que todo el sistema nervioso, poco a poco, se está alterando. La manera de naturalmente descargar esta acumulación se hace a través de la conexión con nuestra madre tierra, a través de nuestras raíces; los pies.
Poco tiempo pasa descalzo el ser humano, y este simple hecho hace que sus pies no tengan sensibilidad, se endurecen, se crispan, se tensan, y con el tiempo se deforman.
Somos como un árbol, y sin raíces nos encontramos en el mundo de los zombis, películas o series tan apreciadas estos últimos años; sería interesante de profundizar en el entendimiento de la relación de aprecio de estas películas y la falta cada día más obvia en muchos seres humanos de sus raíces (la físicas y energéticas, nos las del pueblo o la ciudad de nacimiento).
Muchas prácticas hablan de subir la energía en el cuerpo, pero esta no sube correctamente si antes no baja claramente hasta la tierra. Según las enseñanzas tradicionales del camino del agua, Lao Tzu, el trabajo interno tendría que privilegiar 80% para la bajada energética, y 20% por la subida. La focalización sobre la bajada de la energía del cielo sobre uno mismo hace que con el tiempo la energía de la tierra empieza a subir. Y no al contrario, que básicamente puede llevar el peligro de tener un ser “volado”, como existen tantos en el mundo del consumismo espiritual. Existen prácticas que te permiten saber rápidamente si una persona está llena o vacía de energía interna, y a lo largo de estos años de compartir cursos y talleres diversos, me di cuenta que numerosas son las personas que hablan de ella, pero mucho menos las que la experimentan plenamente en su ser.
Hoy tenemos la suerte de poder vivenciar prácticas que antiguamente estaban reservadas al emperador chino y su gente, tanto como a algunos letrados, monjes, guerreros, ascetas, y médicos. Hablo de una ciencia milenaria (muy utilizada en hospitales chinos) que hoy en día demuestra científicamente sus cualidades intrínsecas, y me parece muy importante tomarla por lo que es; una maravillosas herramienta de conexión interna con uno mismo (el microcosmos), tanto como externa con la tierra y el cielo (el macrocosmos). Y evitar confundirla con lo que no es; un pasatiempo superficial y pasajero porque de moda, como tantas nuevas técnicas que van apareciendo estos últimos años en el campo de la moda espiritualista.
En el caso del chi kung la moda dura desde oficialmente más de 4000 años; será por algunas razones muy valiosas por la especie humana.
El pie, (incluyendo el tobillo) es el gran protagonista de lo que somos. Nos sostiene desde que tenemos la edad de andar de pie, soporta nuestro peso, nos transportan, nos permiten saltar o mantenernos erguidos, tanto como nadar, bailar, o meditar de pie. Los pies son la conexión directa entre la tierra y nuestro ser. “La fuente burbujeante”, situada en el medio del primero tercio de nuestros pies, es la conexión directa que permite que la energía de la tierra suba en nuestro cuerpo; y el centro de nuestro talones es la conexión directa de la bajada de nuestra energía hasta la madre tierra. Si el pie está vivo, abierto y flexible, todo tu ser estará a gusto.
Recordaros que dentro del mismo pie tenemos los puntos utilizados por la reflexoterapia podal, por otra parte las zonas utilizadas por el masaje metamórfico, tanto como la conexiones con los meridianos chinos, los japonés del shiatsu, o las líneas sen de la ciencia del doctor Shivago Komarpaj creador del masaje tailandés y médico de buda.
Los pies por si solos son un mundo maravilloso de sensaciones y conexiones internas y nos olvidamos de ellos. Cuántos zapatos hechos para las apariencias impiden los buenos funcionamientos de los metatarsos y de todas las articulaciones del pie. La solución de facilidad hoy en día son las plantillas de los podólogos o peor todavía, cortar dentro de los propios tendones o ligamentos de los pies, romper los huesos del pie y reconstruir los para permitir que se abran o reequilibran.
La solución del buscador despierto es adentrarse en sus pies y aprender a abrirlos de una manera natural, poco a poco, pasando a veces a través de dolores sanadores, tanto como gustos placenteros. Los masajes y las prácticas meditativas de pies son muy buenas herramientas para que recuperes lo que es un pie sano, con los dedos abiertos, las dos bóvedas plantares funcionando, un clara sensación de poder abrir y cerrar tu pie, tanto como la sensación de enraizamiento. El pie se siente como una ventosa pegada al suelo, y el chi fluye desde debajo de los pies hasta por encima de tu cabeza. Un pie a gusto es un pie vivo que se puede mover tan fácilmente que una mano. Si, es un reto difícil, pero como todo, con tiempo, paciencia y práctica, se consigue; fue testigo de personas que tiraron sus plantillas ortopédicas después de un año de práctica de taichi y chikung. Una de las prácticas adelantadas de las artes internas chinas es la capacidad a abrir y cerrar las articulaciones del cuerpo para facilitar tanto una mejor sustentación de líquido sinovial como una mejor expansión y retorno de la sangre en los tejidos corporales. Este abrir y cerrar en el pie hace maravillas. Por supuesto siempre existirán personas que necesitan pasar por el quirófano, pero que esto sea el último recurso, no el primero.
La meditación de pie, llamado postura Wuji, o Zhan Zhuang Gong, es para mí la herramienta más sencilla, y complicada a la vez, para aprender a reconectar con la tierra, a través de la bóveda plantar. Tiene numerosos beneficios, pero desde un punto de vista muy básico, quedarse quieto de pie, permite volver a sentir los que es un cuerpo enraizado de verdad, tanto como conectar la mente con el cuerpo y el chi.
El árbol es para mí la metáfora más clara para entender el concepto de enraizamiento. Desde la tierra (mínimo 20 cm debajo) hasta los pies, serian las raíces, desde los pies hasta la cabeza, sería el tronco del árbol, y los brazos, las manos y los dedos, serían las ramas y las hojas. Según la escuela, el método para llegar a desarrollar el Árbol o ZZG puede cambiar, pero la finalidad es siempre la misma; un ser humano centrado entre Tierra y Cielo. Con más o menos fuerza interna según el tiempo dedicado a la práctica. Existen unas 200 posturas distintas, pero la básica es más que suficiente para cualquier ser humano que quiere experimentar lo que es sentirse lleno y plenamente presente y enraizado. Enraizado de verdad, no sólo imaginativamente; pasar una hora en la postura te revelará si estás, o no, energéticamente equilibrado, o si solamente es una fantasía mental. Aquí la mentira y los deseos desaparecen para dejar el sitio a lo que es, y lo que hay.
Todos y todas, tenemos el poder de vivenciar lo que somos en esencia, y aunque no cueste nada, pocos lo realizan porque simplemente nadie les explicó que entre una vida despierta y una vida dormida existe una diferencia; la conexión con uno mismo desde la esencia, unificada con el cuerpo y la mente.
Una de las puertas más importante son tus pies, así que como ya lo sabes, les cuidaras y apreciaras el trabajo que están haciendo, cada día, desde que empezaste a andar, para permitirte experimentar sobre el camino de tu vida. Entre masajes y meditación de pie aprovecha momentos para darles el homenaje que se merecen.
La idea de “mantener los pies sobre la tierra” supone no despegarse del suelo, para evitar volar con la ilusión o la fantasía. Ser presente a lo que existe en este momento, enraizado y consciente de lo que hay, aquí, ahora, toda la unidad orgánica viva respiratoria cuerpo/mente/chi, unificada y llena.
Si practicas, seas quien seas, “crecer como un árbol “te dará nuevas raíces, un tronco abierto y fuerte, tanto como ramas amplias, sólidas y listas para recibir sus frutos. Una de mis frases preferida es:
Por favor, pon todas mis palabras en duda, y experimenta por ti mismo, por ti misma.
Feliz y luminoso día y buena práctica.