Tratamiento de la endometriosis con arcilla
La endometriosis es una enfermedad rara, de la cual no se conoce el origen (puede ser en parte hereditaria, psicosomática, problemas de contaminación o de disruptores endocrinos, estrés...) y tampoco la evolución o la cura de la misma se conocen bien. Afecta a entre el 15 y el 20 % de las mujeres española en edad de procreación y altera profundamente la calidad de vida, afectando las relaciones de pareja, familiares, laborales y de reproducción.
La endometriosis es la presencia de tejido endometrial fuera del útero. La mayoría de las veces, estos focos de endometriosis se encuentran en la zona pélvica (sobre el peritoneo, en los ovarios, el intestino o la vejiga), pero, con menos frecuencia, pueden encontrarse en otras zonas, como la piel o los pulmones.
El síntoma más visible es la amenorrea o retención de la sangre del periodo en la cavidad abdominal en vez de ser expulsada fuera del organismo.
Esta retención puede entrañar consecuencias nefastas para la salud de la mujer y su sistema inmunológico, un posible desarrollo de enfermedades autoinmunes (el organismo reacciona contra sus propios tejidos o órganos), fatiga crónica y posible síndrome de fibromialgia además de asma, alergias y eczemas.
Normalmente la sangre evacuada en las reglas es una sangre sucia y cargada de toxinas que el organismo expulsa cada mes. Cuando esta eliminación no se puede llevar a cabo la sangre se queda dentro del cuerpo y puede provocar daños que irán aumentando vaya pasando el tiempo si no se trata adecuadamente.
Los tratamientos habituales
Las curas son escasas y poco eficientes. Los tratamientos más habituales son los siguientes:
- Se puede tratar el dolor con analgésicos corrientes, pero así la causa no está tratada, la patología se mantiene y los daños crecen.
- Se puede hacer un tratamiento hormonal (inyecciones de progesterona) para evitar el desarrollo de tumores e impedir la producción de estrógeno por los ovarios. Pero un tratamiento hormonal puede acarrear efectos secundarios importantes y afecta el buen funcionamiento del organismo (Cansancio crónico, sobrepeso, irritabilidad, náuseas...).
- El último recurso es la cirugía, que se puede hacer de 2 maneras, la laparoscopia es la más leve y la más localizada, y la laparotomía que es mucho más invasiva y consiste en extirpar toda la endometriosis (puede ir hasta el útero y los ovarios...).
El tratamiento de la endometriosis con arcilla
Para evitar todos estos tratamientos que pueden ser traumáticos y sin resultados garantizados podemos recurrir a la arcilla verde. El alto poder absorbente de la arcilla aliado a sus propiedades antiinflamatorias hace que sea muy indicada para el tratamiento de la endometriosis aplicada en cataplasmas localizados en el bajo vientre, fuera del periodo y con un tiempo de aplicación de 1 hora y media, hasta 2 horas.
Es muy importante no aplicar el tratamiento durante el periodo por una razón simple: el periodo es un flujo que sale, la arcilla es como una esponja; aplicada sobre una zona, va a tener tendencia a absorber los líquidos sobrantes y las toxinas. Si la aplicamos durante el periodo, va a contrariar la eliminación de la sangre. Entonces es conveniente siempre aplicar la arcilla antes del periodo y después. Contar una semana sin tratamiento.
La duración del tratamiento depende de la agudeza de los síntomas. Cuanto más dolor, más hay que repetir el tratamiento hasta alivio del dolor y periodo normal.
La arcilla alivia rápidamente los síntomas de dolores asociados con la aparición de las reglas (aplicar un día antes del principio del periodo) y se utiliza hasta desaparición completa del dolor o hasta el final del periodo. Además de su poder antiinflamatorio, la arcilla elimina las células dañadas, ayuda a arreglar y curar los tejidos dañados y restablece los niveles de minerales, oligo-elementos y acidez en toda la zona pélvica. Y, como siempre, la arcilla no tiene efectos secundarios, no hay reacciones alérgicas ni sobredosis además de ser barata. Se puede repetir el tratamiento hasta la desaparición del dolor.
¡Lo único que necesita la arcilla para curarnos es un poco de nuestro tiempo!