Cómo mantener en condiciones nuestro campo energético
Quien más, quien menos, entiende a estas alturas que las personas no estamos hechas de barro, que solo poseemos un cuerpo físico que tenemos delante de los ojos, que no somos nada más que lo que vemos, etc...
Todos entendemos ya (o debiéramos) que somos un conjunto de cuerpos que interactúan, se comunican, viajan a la par y trabajan en colaboración mútua y en constante movimiento y evolución. Hablamos de los demás cuerpos que forman parte de todo nuestro Ser. Nuestras emociones, representadas por un cuerpo emocional; nuestros pensamientos, por un cuerpo mental, etc...
En el dia a dia de nuestras vivencias en este mundo de dualidad, experimentamos a través de todos nuestros cuerpos. A veces empleamos más nuestro cuerpo mental, a veces el emocional, pero siempre y en todo momento están interrelacionados y se comunican entre sí. Lo que uno experimenta, el otro lo recibe y archiva como una experiencia de conjunto. Sería difícil explicar cómo se guardan y en qué lugar energético estas experiencias; esto es lo menos importante. Lo que importa realmente es que entendamos que absolutamente todo lo que vivimos en cualquier ámbito de nuestra vivencia, queda guardado como experiencia, de la que más tarde podemos hacer uso para sentirnos mejor o para potenciar nuestros miedos.
De igual forma, como en este planeta no estamos solos en absoluto, todo y todas las personas con la que entramos en contacto, tienen su influencia en nuestros campos o cuerpos sutiles (los que no vemos con nuestros ojos 3D).
En todo momento estamos paseando nuestro campo áurico por doquier. Nuestra vibración, y por ende nuestros miedos, nuestras emociones de rabia i/o dolor, así como nuestra alegría y/o pensamientos constructivos, viajan con nosotros y interactúan en todos los lugares y con todos los seres vivos con los que entramos en contacto, sea en la cercanía, e incluso desde la distancia (recordemos el efecto mariposa).
De aquí la importancia y la responsabilidad que tenemos de mantener nuestros cuerpos, o sea, nuestras emociones, nuestros pensamientos y por ende, nuestra palabras y acciones, en la más absoluta pulcritud; primero porque el primer veneno que creamos con nuestros pensamientos y emociones de dolor, es para con nosotros mismos; vamos creando un egregor alrededor de nuestros cuerpos, cada vez más grande ya que lo vamos retroalimentando nosotros mismos dia a dia, que hace cada vez más difícil que podamos sentir con amor, con claridad y con Luz. Vamos quedando atrapados en una telaraña sin darnos cuenta que somos nosotros mismos los que la estamos hinchando con cada pensamiento y emoción destructiva. Al mismo tiempo que todo ese entramado energético contaminado "infecta" a todas las personas que tenemos a nuestro alrededor, si no están lo suficientemente sabedoras de su Ser y de su Poder interior.
Así mismo, por la Ley de Atracción Universal, atraemos exactamente aquello que vibramos; por tanto, atraemos más "situaciones", "experiencias", "personas" que reafirmarán nuestro actual estado de confusión, hasta el punto que muchas veces no entendemos emociones o pensamientos que nos asaltan, ya que no forman parte de nosotros, sino de lo que hemos atraído del exterior por vibración.
Mantener un estado de "salud" y "limpieza" de nuestros campos energéticos, es la mejor garantía de bienestar interior, paz mental y autonomía vivencial.