La princesa, el guisante y el coaching
Hoy quiero explicar, de una forma sencilla y fácilmente comprensible, en qué consiste un proceso de coaching. Y, como es mi costumbre, voy a utilizar un símil muy cercano y que todos conocemos.
Me considero un profesional que se precia de estar cerca de la gente normal. Por tanto, voy a emplear como recurso un cuento tradicional que alguna vez nos contaron a todos en nuestra infancia.
El relato que he elegido es “La princesa y el guisante”, un cuento del escritor danés Hans Christian Andersen, que fue publicado por primera vez el 8 de mayo de 1835.
La historia transcurre en un reino en el que el príncipe heredero está necesitado de una princesa con la que casarse. La reina somete a las candidatas a una prueba para comprobar si realmente son de sangre real, y por tanto, son dignas para su hijo. Para saber si realmente tienen la sangre azul, la madre las invita a dormir en una cama con varios colchones (algunas publicaciones dan hasta un número de 20) y bajo los cuales ha colocado un guisante. Sólo aquella que pueda sentir la diminuta hortaliza bajo los mullidos colchones será la elegida para casarse con su hijo.
Desafortunadamente, ninguna lo logra. La frustración se apodera del reino, que ve que su príncipe no va a poder contraer matrimonio con una princesa que esté a la altura del reino.
Hasta que una noche, la única superviviente de un naufragio, llega al castillo empapada, agotada y tiritando. Siguiendo la tradición hospitalaria de la época, la muchacha es atendida en el castillo.
Después de cenar la madre manda preparar una habitación para la joven, a la que decide someter también a la prueba del guisante.
A la mañana siguiente, la muchacha amanece con grandes ojeras y fatigada. La reina le pregunta por qué, y ella responde que la cama tenía algo que no la dejaba dormir y que probablemente le ha llenado la espalda de cardenales, demostrando así ser la esposa idónea para su hijo, al haber superado la prueba.
Buscando razones y soluciones
Dejando a un lado las consideraciones más o menos fantásticas y éticas de la historia, que por otra parte, no deja de ser un cuento infantil del siglo XIX, quiero utilizar como recurso, “la prueba del guisante”, a la que son sometidas las candidatas a princesa, y que solo una consigue superar.
Todos nosotros, a lo largo de nuestra vida diaria, nos encontramos, como la muchacha del cuento, con problemas y circunstancias que “nos quitan el sueño” y nos causan fatiga, sufrimiento y dolor, en nuestras relaciones sociales, personales, en el trabajo... En definitiva, en todas las facetas de nuestra vida, aparecen “camas con guisantes” que nos complican más o menos la vida. Solemos considerar ese padecimiento como algo natural, como parte de las vicisitudes de la vida...
Generalmente, desconocemos su causa original, pero sentimos claramente sus efectos. Como la princesa, pensamos que “algo debe tener la cama”, pero nos sentimos incapaces de encontrar la causa real de nuestros problemas, y por tanto, nos sentimos incapaces para solucionarlos eficazmente.
Podemos intuir que los colchones, tienen algo que ver en el asunto, solemos explorar de manera intuitiva los primeros del montón, pero nos es imposible llegar al fondo del asunto y encontrar el guisante.
Y ahora que ya he contado el cuento y planteado el problema, es momento de responder a la pregunta que motiva este artículo: ¿cuál es la misión de un proceso de coaching?
¡¡¡AYUDARTE A ENCONTRAR Y EXTRAER EL GUISANTE!!! A lo largo de un proceso de coaching, tu coach te acompaña y guía para deshacer contigo la cama, levantar todos los colchones, localizar el guisante, y enseñarte a gestionarlo de manera que nunca más perturbe tu sueño.
Así de simple y así de difícil. Y para acompañarte en ese proceso, nos preparamos duramente, estudiamos y aprendemos para convertirnos en expertos en “detección y gestión de guisantes”...
Espero que esta breve explicación os haya aclarado muchas dudas al respecto de esta profesión.
Mucha suerte en el camino.