Propiedades del infrarrojo lejano en la salud
En principio nuestro organismo está diseñado para regenerarse y seguir funcionando.
En la actualidad hay muchos factores dañando nuestra salud:
- Emocionales: estrés, ansiedad, miedo
- Medioambientales: contaminaciones química y electromagnética
- Alimentarias: alimentos industrializados, adulterados, modificados genéticamente, contaminados con edulcorantes y aromatizantes químicos
- Socioculturales: sedentarismo, adicciones, malas posturas ergonómicas, bombardeo informativo negativo.
El detritus metabólico genera los cluster moleculares. Dichos cluster promueven la acidificación de la zona. Ello produce alteraciones bioquímicas traducido en:
- Elevada producción de radicales libres
- Incremento de producción de ácidos (grasos, lácteos, úricos, etc.)
A consecuencia de dicha situación se comienza la generación de dos grandes grupos de enfermedades:
- Degenerativas: fibromialgia, cansancio crónico, artrosis, artritis, problemas circulatorios, infarto, diabetes, arteriosclerosis, dolores articulares y musculares, etc
- Hiperplásicas: tumorales (cáncer, miomas, quistes, cálculos, etc), obesidad, celulitis
No debemos olvidar que somos un conjunto de 30 billones de células bañadas en líquido intersticial (mezcla de agua con distintas composiciones de sales). Por tanto, la salud de un cuerpo depende en gran medida del agua orgánica que contiene e ingiere.
Hay muchas técnicas encaminadas a mejorar el estado de los líquidos corporales; desde las ondas vibracionales con música, color, tacto, etc, hasta tecnología, como la desarrollada con nanocerámica de emisión infrarrojo lejano. En concreto, esta última, utiliza materiales específicos previamente fundidos a 1600 grados creando una aleación cerámica posteriormente micronizada en nanopartículas, las cuales catalizan la energía solar emitiendo selectivamente una longitud de onda entre 4 y 14 micras (bio-infrarrojo).
Actualmente hay desde prendas hasta camas para descansar (pasando por cápsulas corporales) para mejorar la salud reduciendo los cluster, facilitando la ósmosis celular, mejorando el metabolismo. Los efectos de esta tecnología bien aplicada son:
- Depurativo: Favorece eliminación de toxinas reduciendo acidez, ayudando a equilibrar el PH, con efecto preventivo en enfermedades metabólicas (colesterol, ácido úrico, diabetes, obesidad, …).
- Antiinflamatorio: mejora dolores articular y muscular (artrosis, artritis, fibromialgia,...).
- Aumento flujo sanguíneo: ayuda a regular procesos hipertensivos y la actividad cardiaca teniendo acción protectora en enfermedades cardiovasculares (varices, arteriosclerosis, ...).
- Aumento capacidad inmunodefensiva: incrementa la capacidad regeneradora sobre todo de las células fagocitarias.
- Acelera la recuperación: acelera la eliminación del acido láctico producido por el ejercicio físico o el estrés, reduciendo el cansancio; con efecto relajante y mejora de la flexibilidad muscular.
- Capacidad regeneradora: promueve la reconstrucción del tejido lesionado y revitaliza las células de la piel (quemaduras, cicatrices, fracturas, ...).
Combinando ciencia y conocimiento del cuerpo humano se puede ayudar a regenerar; siempre y cuando la persona esté dispuesta a mejorar algunos aspectos en sus hábitos de vida, pues de lo contrario dependerá si es más fuerte la regeneración o la agresión a la cual se somete al cuerpo.
Personalmente lo comparo a una rueda que pierde aire. Mientras no cortemos la pérdida de aire de alguna forma debemos seguir inflandola periodicamente para que no se desinfle por completo. Lo mismo le pasa a nuestro cuerpo, en ocasiones no somos conscientes de la agresión a la cual está sometido, bien porque lo hemos hecho siempre, bien porque nos acostumbramos a vivir de dicha forma.
Si cambiamos nuestra forma de descansar, hacemos ejercicio (adecuado a nuestro cuerpo en cada momento), buena nutrición (no es lo mismo que buena alimentación) y algo de meditación nuestro cuerpo nos lo agradecerá.