El arte de liderarte con el humor (Humorweaning)
Pueden existir muchos enfoques en referencia al liderazgo, sin embargo la dimensión en donde todos tenemos absoluto acuerdo es la dimensión donde el liderazgo tiene que ver con el otro, es decir, lideramos para otros; ahora bien, ¿Cómo podemos liderarnos a nosotros mismos a través de los demás?
Mi respuesta a esta pregunta se centra en el Humor. El Humor es esa capacidad absolutamente humana de conectar con lo mejor de nosotros mismos mediante la conducción del Amor. Liderar significa servir a los demás, servir de inspiración para ayudar a que el otro brille.
Ayudar a otros a brillar conectando con nuestro personal sentido del Humor hace que podamos liderar acciones amorosas y seguir en este proceso de vida como verdaderos amadores. Desarrollar nuestro sentido del Humor es saber amar, la clave de cualquier proceso de liderazgo está en el Amor.
Nadie puede vivir sin Humor
El sentido del Humor nos hace descubrir nuestra pasión para crecer sin medida, es entonces sobre este espacio donde un verdadero líder asume la responsabilidad directa en el crecimiento de su entorno (familia, amigos, conocidos, colaboradores, clientes, o simples personas con quién se encuentran).
Encontrar la pasión o encontrar el sentido de lo que hacemos es encontrar el sentido de la vida o, como digo yo, encontrar tu sentido el Humor. Ya la infinita sabiduría del rock and roll lo dijo: “Nadie puede, ni nadie debe vivir vivir sin Humor”.
Desde el 2007 mi línea de trabajo como Coach está orientada a Humorweaning que es una metodología para desarrollar talentos a través del coaching, la lúdica y el humor. El liderazgo enmarcado en el Humor a través de Humorweaning, no solo se puede enseñar, sino que también se puede aprender y luego de aprender, mejorar; espero te sea útil este enfoque para ayudar a ayudar, pues todo el libro se centra en esta idea: "La única forma de servir para algo, es Servir a los demás".
El sentido de la vida
Te voy a contar un aprendizaje que tiene que ver con esa lucha que tenemos lo humanos para lograr “engañar” a la biología. Una vez uno de mis clientes asistió a su sesión de coaching porque quería resolver un problema, él quería comprar un coche nuevo pero no tenía suficiente dinero para comprarlo. Entonces mi instinto me llevó a hacerle una pregunta que ningún coach debe hacer dentro de las sesiones, le pregunté ¿Por qué?
¿Por qué quieres comprarte un coche nuevo? Le dije, y me respondió: “quiero comprar un coche nuevo para llegar más temprano y más cómodo a mi trabajo mejorar mi rendimiento y poder ganar más dinero”; luego se me ocurrió preguntarle ¿Por qué quieres ganar más dinero? A lo que respondió: “quiero ganar más dinero porque tengo una familia y quiero comprar una casa para mi familia”; y seguí preguntando ¿Por qué quieres comprar una casa para tu familia? Y me respondió: “quiero comprar una casa para mi familia porque quiero que esté en un sitio seguro, cómodo y lindo”; y la conversación siguió con una nueva pregunta de mi parte: ¿Por qué quieres que tu familia viva en un sitio seguro, cómodo y lindo?
Y me respondió: “yo aspiro que mis hijos cuando crezcan estudien en la mejor universidad del país y creo que un espacio seguro, cómodo y lindo los ayudará a que se sientan confortables y puedan concentrarse en sus proyectos personales; y mi creatividad no me dio para más que para formular nuevamente una y otra vez la misma pregunta: ¿Por qué…? ¿Por qué…? ¿Por qué…? Y luego de pasar por todos los deseos y anhelos de mi cliente de tipo material, profesional, familiar, social e incluso espiritual mi cliente cayó en cuenta que lo que realmente él quería era: ¡Vivir más!
El aprendizaje que a mí dejó esta experiencia y que quiero compartir con ustedes es que estamos acostumbrados a luchar por las cosas que tenemos con un solo fin: ¡Vivir!
Queremos respirar y vivir hasta el último instante de nuestra vida, incluso queremos vivir mucho más allá de nuestro último respiro (eso que llaman legado); por tanto el mayor desafío de la humanidad es tratar de mantenerte vivo el mayor tiempo posible. Por ese motivo compramos casas para estar resguardados de los elementos y de peligros, por eso compramos coches, móviles, ropa, comida, medicina, por eso vamos a la universidad, por eso salimos de paseo, por eso vivimos; vivimos para vivir… más.
Vivimos para los demás
Pero vivir más no tiene mucho sentido si no está involucrado el “otro” o mejor dicho, usemos el plural, los “otros”. Vivimos para los demás y eso nos motiva a seguir viviendo cuando nuestro ego se nos hace pequeño en comparación del tamaño de nuestra vida.
Cuando nuestro ego nos queda apretado, aflojamos los botones pero si seguimos creciendo no tenemos más alternativa que quitárnoslo de momento para poder respirar; pero hay que mantenerlo en la mano, por si adelgazamos repentinamente y lo volvemos a necesitar. Y en ese tira y encoje de la vida están presentes los demás, quienes reciben lo que continuamente estás dando.
¡Pero para vivir tienes que vivir, coño! y en la vida se vive o no se vive, ¡No se vive a medias!
Que tu humor te acompañe siempre para liderar tu vida en función de servir a los demás, es ese mi deseo y mi mensaje en este artículo.