Si me caigo, me levanto, aprendo y continúo evolucionando
Nadie dijo nunca que la vida era un camino recto sin subidas ni bajadas.Vivimos acomodados en que así sea, y nos frustramos cada vez que nos encontramos con baches que nos congelan en estados de ánimo desadaptativos.
Nadie nos explicó nunca la vida con un manual de instrucciones, quizás porque aprendemos a vivir viviendo y nutriéndonos de todas nuestras experiencias vividas que nos hacen únicos e irrepetibles.
Si ante el primer bache que encontremos tiramos la toalla y nos replegamos en una actitud de decaimiento, quizás ese será el estigma que nos acompañe para siempre. No te preocupes que la vida te volverá a poner esa misma piedra para que tropezando de nuevo aprendas la lección sin evitarla.
La vida no es todo hedonismo, no es todo pasarlo bien. Si nos programamos psicológicamente para ello siempre estaremos evitando todo desafío que nos sugiera algo de esfuerzo y malestar. De objetivos ambiciosos conseguiremos resultados magnánimos y al contrario. El ser humano está hecho desde la grandeza para hacerse cada día más poderoso que el día anterior. Sólo si nos contemplamos con conciencia desde nuestro interior, podremos conectar con el inmenso potencial, que como regalo personal, nos acompaña desde que nacimos.
Son pocas las personas que hacen un stop en el camino desafiando la imagen que tienen de ellos mismos, y se atreven a descubrirse en esencia para así conectar con lo que en esencia son.
Si no este tu caso, es porque la inercia de la vida, la ruleta del no parar te han dirigido a transitar de forma robótica alejándote de lo que en esencia es vivir. Sólo en atención plena serás capaz de descubrir el inmenso regalo que hay en tu interior. Un misterio lleno de valor para la vida, pero, que aún no has descubierto y apreciado.
Atender con paciencia y amor cada crisis personal que tengamos, nos brinda la posibilidad de salir del bache, aprender y continuar en el camino de la vida restablecidos y conscientes de quiénes somos. Hay quien ante la mínima incomodidad en el camino se refugian en medidas que calmen la bajada de ánimo y motivación, para continuar creciendo y aprendiendo.
Cuando nos enfrentamos de forma distinta a las situaciones que suceden en la vida, alejados de la ansiedad, el miedo, la tristeza, etc., todo comienza a cambiar porque somos nosotros mismos los que con nuestra forma de pensar vamos creando la realidad que frente a nosotros vemos.
Nuestra forma de pensar está condicionada desde las primeras experiencias de nuestra vida. Vamos creciendo y acumulando demasiada información, que si no la sabemos procesar de la forma más ordenada y coherente, acabaremos actuando siempre de la misma forma ante los sinsabores de la vida.
Crear espacios de conciencia interior sería el primer paso para poner fin a una desordenada forma de pensar y sentir. No eres tu forma de pensar, no eres tus pensamientos. Un cambio te está esperando cuando seas capaz de tener la convicción y determinación para crearlo.
Mientras tanto, sólo recogerás los mismos resultados de tu arcaica y acomodada forma de pensar. La que te hará transitar siempre de la misma forma, con astío y resultados poco motivadores.
Decide desde hoy que una nueva vida te está esperando. Anímate a encontrar el poderoso regalo que guarda tu interior. Solo así habrá tenido un sentido pleno tu paso por la vida.
Si no sabes cómo hacerlo, pregunta, pero no te debilites pensando que ésta es la vida que te tocó vivir. Refugiarse en la queja nos aparta de la responsabilidad que tenemos con lo vida. Lo más importante que tenemos es la libertad de decidir en todo momento el futuro inmediato que queremos tener.
A nadie más que a ti le pertenece esta responsabilidad. El perfil de víctima, te mantiene en tu zona de confort culpabilizando al mundo de la mala suerte, sin antes ver que todos los resultados hasta ahora obtenidos en tu vida tienen que ver con tu forma de pensar, sentir y actuar.
Si eres de los que no se resisten a pensar que la vida es lo que te ha tocado vivir, estás en el camino de encontrarte con tu esencia y poder diseñar un mundo gratificante lleno de pasión por SER y alcanzar lo que de verdad deseas.
Cada vez que dejamos de contemplar nuestros problemas como lo único de la vida, nos abrimos a un mundo lleno de posibilidades y de crecimiento. Mirarse continuamente el ombligo centra nuestra atención en una actitud pusilánime y poco esperanzadora. Una nueva mirada hacia el mundo está a tu disposición si eres capaz de abandonar los miedos del ego y avanzar a una zona distinta a la de confort.
En la zona de nuevo aprendizaje comenzamos a ser responsables con nuestra vida y miramos al mundo externo con ojos de gratitud y compasión. A partir de ese momento nos dejará de importar nuestro metro cuadrado de preocupaciones absurdas y conectaremos con el mundo desde la grandeza que todos los días nos acompaña.
Nunca dejes de ser quien en esencia eres.