La kinesiología en la actualidad
¿De dónde nace la kinesiología?
A principios de los años 60 el Dr. George Goodheart descubrió que ante una situación de estrés los músculos reaccionaban tensándose o debilitándose. Este fue uno de los primeros estudios sobre la interacción de los músculos con los órganos y los meridianos de acupuntura.
Tras años de estudio, se llegó a la conclusión de que tratando los músculos y los puntos de acupuntura, se empezaban a equilibrar los órganos relacionados con esos músculos. Para cada órgano o sistema, hay un músculo asociado.
La kinesiología, en sus orígenes, actuaba sobre el sistema nervioso para que este mandara información a los sistemas circulatorio, linfático, motor, digestivo, vestibular, respiratorio, etc. Con ella se tratan conflictos en el organismo desde un punto de vista global.
En esencia, la labor del kinesiólogo es la de encontrar la causa o causas que provocan un desequilibrio en la persona. El método que se utiliza es el llamado test kinesiológico. Gracias a la realización de dichos test podremos saber si la causa que produce desequilibrio es física, mental, química, emocional, etc.
Una vez localizado el origen, vamos a trabajar con la persona a tres niveles:
- ¿Cómo lo ve?
- ¿Cómo lo siente?
- ¿Cómo actúa?
En numerosas ocasiones la persona lo ve de una manera, lo siente de otra y actúa de una tercera forma. La gran ventaja de la kinesiología es que permite integrar tantas terapias como conozca el terapeuta, por eso, cuantas más herramientas maneje el profesional, mayor será el ajuste del tratamiento a aplicar.
Ya sabemos que todos los problemas se encuentran entrelazados y que no hay una sola causa para una enfermedad, que son un conjunto de factores que unidos impiden al organismo adaptarse y reequilibrarse por sí mismo, dando como consecuencia síntomas variados. Esta herramienta nos permite, tomando como referencia el test muscular y el lenguaje corporal del individuo, tratar a una persona en su totalidad, integrando aspectos físicos, emocionales, laborales, sociales, nutricionales, mentales y energéticos. A través de la kinesiología la persona puede tener una mayor toma de conciencia y trabajar a niveles más profundos consiguiendo mejores resultados.
¿Cuál es la premisa fundamental de la kinesiología?
La kinesiología parte de la premisa fundamental de autocuración y regeneración orgánica. El nuestro cuerpo tiene una energía innata y en todo momento la utiliza para recuperar su estado de equilibrio y salud a todos los niveles posibles. Esto, claro está, sería en un estado óptimo, pero la realidad actual nos muestra constantemente todo lo contrario.
A nuestro organismo le cuesta cada vez más trabajo y debe hacer un esfuerzo cada vez mayor por recuperarse. El ser humano, prácticamente desde sus orígenes, aunque aumentado drásticamente en el siglo veinte y veintiuno, tiende a vivir en un estado de insatisfacción e miedo constante, provocando dichos estados bloqueos tanto físicos como energéticos. De ahí la necesidad actual de unir diversas terapias para conseguir una mejora orgánica.
¿Podemos usarla para testar cualquier terapia?
Podemos testar flores de bach, vitaminas, minerales, aminoácidos, homeopatía, manipulaciones quiroprácticas, técnicas específicas de masaje, fitoterapia, hidroterapia, puntos de acupuntura más beneficiosos para ciertas afecciones, la música o el libro que mejor nos venga en un momento determinado o del que necesitemos algún tipo de información, y un amplio etc.
Al aumentar la conciencia y la información también conseguimos tener una mayor responsabilidad de nuestros actos y decisiones. El secreto está en saber combinar todos los conocimientos que tengamos y ponerlos a disposición de lo que necesite la persona testada sin estar cerrados a nada.
¿Cuáles son las principales aplicaciones de la kinesiología?
Podríamos hacer una lista interminable sobre las aplicaciones prácticas de esta herramienta, de las cuales destacaremos algunas de las más llamativas:
- Creación de una dieta totalmente personalizada y específica para las necesidades de la persona testada en dependiendo del momento de su vida en el que se encuentre.
- Equilibrar estructuralmente a la persona, utilizando si es necesario manipulaciones quiroprácticas, de osteopatía, etc.
- Resolver problemas de alergias.
- Regular dolores de espalda, musculares, articulares, etc.
- Regular los meridianos de acupuntura.
- Liberar tensiones emocionales.
- Tratar estados mentales.
- Ayudar a la persona en su desarrollo personal pleno.
- Descubrir creencias que limitan a la persona en su crecimiento y enlentecen su aprendizaje.
- Etc...
Cómo es una sesión de Kinesiología
La teoría nos habla de que en cada sesión se trabajará lo que el cliente demande, pero la práctica demuestra que no siempre es así. En la mayoría de los casos es prioritario escuchar a la Vis medicatrix de la persona y a partir de ahí empezar a actuar.
La vis medicatrix es nuestro médico interno, un sistema de regulación encargado de la curación del organismo por prioridades, no por conveniencias. Podríamos asemejarla a una madeja de hilo que para desenredarla necesitamos un modo concreto de ir tirando. Si tiramos de forma imprecisa o más rápido de lo demandado, la madeja se liara más.
A veces, el terapeuta y el cliente tienen tan claro lo que es necesario trabajar que ambos dejan de escuchar a ese médico interno y entonces ocurre que llega el bloqueo o que la persona no nota ninguna mejoría tras la sesión. De ser así debemos parar y preguntarnos que hemos dejado pasar o se nos ha escapado, a veces son cosas tan sutiles como la necesidad de un nutriente más en el tratamiento.
Nuestro organismo, para equilibrarse con éxito sigue la ley del todo o nada. Esto es que si existe algún déficit en el tratamiento por pequeño que sea, el resultado será distinto al deseado, no lográndose por completo el objetivo definido en la sesión. El bloqueo suele ocurrir cuando entran en conflicto lo que queremos trabajar y lo que realmente nuestro cuerpo necesita trabajar.
¿Tiene límites la kinesiología?
Si no te has hecho esta pregunta todavía, te aseguro que tarde o temprano acabarás haciéndotela. Sea cual sea tu manera de trabajar le encontrarás utilidad a esta herramienta, ya que puedes usarla en cualquier terapia que realices.
Cuantos más conocimientos poseas, más abarcará, es por eso, que necesitas tener conocimientos de base sobre el campo de trabajo en el que quieras moverte. Esto significa que cuanto más conozcas sobre cómo funciona el cuerpo en su totalidad y cuantas más terapias manejes, mayor información y más podrás ajustar la sesión dela persona. Cuanto más global sea tu conocimiento, más afinadas serán tus sesiones.
A la pregunta de dónde está el límite, la respuesta es clara:
El límite lo pones tú. Si no pones límites, no tendrás límites.
Podrás utilizarla según tus conocimientos y necesidades en cada momento ya que la kinesiología nos permite acceder a una parte de nuestro cuerpo que tiene más información que nuestro consciente.
Nos conecta, entre otras cosas, con nuestro inconsciente, nos permite trabajar a nivel celular y neuronal, de ahí la información tan valiosa que ayuda a la persona a tener un mayor conocimiento de todo su ser.
Recuerda, los límites sólo los impones tú, deshazte de ellos y podrás vivir en cada sesión una experiencia única.