¿Y todo eso por unas simples contracturas?
¿Cómo de distingue a una persona estresada? ¿Una cara larga y una postura encorvada le distingue de los demás? Seguramente, con los hombros cerrados y brazos inclinándose adelante y abajo.
Por el contrarío, la gente tranquila anda con cara ancha y postura bien recta, hombros abiertos y brazos libremente posicionándose a los lados del cuerpo.
Para un terapeuta manual esta postura encorvada habla por sí misma - si la causa no es una enfermedad reumatológica (como espondilitis anquilosante), muchas veces ella está en los pectorales contraídos tirando los hombros hacia el esternón. Evidentemente el estrés influye en la postura corporal y, más concreto, en los pectorales.
Nuestros mecanismos de defensa
El estado psíquico del estrés, generalmente comprendido, es un mecanismo de defensa. Todo el interior del cuerpo se ajusta a la alta disposición de enfrentarse a la cara a unas circunstancias hostiles del medio ambiente, buscando con percepciones agudizadas los objetos de amenaza externa y preparándose a reaccionar para neutralizarla. Pero para activar y mantener este estado de “alerta” durante la amenaza, el cuerpo tiene que generar más energía.
Esto significa un alto nivel de metabolismo y exige un aumento de la actividad cardiaca y pulmonar. Las frecuencias de los latidos y de las respiraciones suben. Para seguir impulsando y controlando las funciones de esos dos órganos en coordinación, la actividad del sistema nervioso aumenta. La inervación de esos dos órganos acelera. En estado de estrés el cerebro, el corazón y los pulmones forman algo parecido a un triángulo de Bermudas.
Unos músculos y ante todo los pectorales, el esternocleidomastoideo (ECM) y el músculo platisma, que estan dentro en triangulo, sufren un “fuego amistoso” de los impulsos nerviosos y se contraen. El “fuego” viene ante todo de los nervios vago, cardiaco y frenico. Y si esta situación pasa después de una actividad profesional, que implica alto carga físico manual (albañil, peluquera, masajista etc.) o trabajo que requiere alta concentración psíquica ante la pantalla, el efecto de la postura encorvada aumenta.
Cuando llega la depresión
Muchas veces el estrés agudo o crónico puede derivar en depresión, sobre todo cuando el reto de las circunstancias del exterior no se puede superar y funciona continuamente como obstáculo. La depresión deja su rastro somático - la postura encorvada se convierte en algo habitual y típico por una temporada larga. A partir de este efecto, la pregunta es ¿qué pasa con los otros músculos que estan en vecindad, al lado opuesto de la caja torácica.
Mantener el cuerpo recto es una cosa vital, así la caja torácica cabe el corazón y los pulmones que necesitan espacio para su funcionamiento óptimo. Por eso, los músculos opositores tienen que estar en equilibrio con los pectorales y sus aliados. Se refiere ante todo a los músculos en la zona de los cervicales: trapecios, esplenios, serato posterior superior y elevador escapulario.
Normalmente mantener el equilibrio es como un intercambio de fuerzas entre esos músculos de un lado y los pectorales y sus aliados del otro: los unos (llamados protagonistas) tiran, y los otros (llamados antagonistas) relajan y, en otro momento, cambian sus roles.
Lo que la postura encorvada demuestra
Pero nuestra situación es como una batalla: los pectorales y sus aliados solo tiran y los cervicales resisten. Esta claro quien gana la batalla en el caso de estrés: la postura encorvada lo demuestra. Los impulsos nerviosos con su frecuencia y intensidad alta son el factor determinante. Como consecuencia en el "campo de la batalla", en la zona del ángulo interno y arriba de la escapula aparecen contracturas.
Averigüé esta relación empíricamente, en mi vida profesional cotidiana: casi siempre las contracturas en los hombros de mis pacientes no vienen a solas, sino acompañadas de una alta tensión en los pectorales y ECM.
La importancia de tratar a tiempo
Algo más: tratar los pectorales y aliados contribuye a relajar los opositores y reducir las contracturas en la zona cervical. Los pacientes sometidos a terapia manual por contracturas cervicales, casi siempre confiesan el estrés en su vida, a veces la tensión nerviosa es visible por los espasmos o calambres esporádicos, que surgen durante la terapia.
Si esas contracturas no se tratan a su tiempo la tensión se extiende por todos los músculos subyacentes. Por la inflamación ellos se hinchan. La primera consecuencia de una contractura muscular es que el músculo hinchado obstaculiza el flujo local de los líquidos corporales. ¡Pura mecánica! Por aumento de su volumen, el músculo contraído presiona los vasos sanguíneos y linfáticos a su alrededor. Pero reducir el flujo significa reducir el suministro de las sustancias nutritivas y curativas, repartidas por la sangre y por la linfa. Sustancias destinadas para alimentar los tejidos viscerales y sus células.
En nuestro caso, por la ubicación anatómica (esos músculos conectan la caja torácica con la cabeza) hay una consecuencia aun más grave: se desarrolla un desequilibrio entre las cantidades de la sangre roja, rica en Oxígeno (O2), la que va hacia los tejidos en el cráneo, y de la azul, rica en Dióxido de Carbono (CO2), la que viene de ellos.
De un lado las venas y vénulas en la área de los cervicales, ramificaciones de la vena yugular, por su ubicación son más expuestas del ejercicio muscular que las arterias y arteriolas, ramificaciones de arteria carótida. De otro lado, la presión arterial derivada del sístole cardiaco, por ser más fuerte, normalmente supera el aprieto muscular, pero la de las venas, derivada del diástole, por más floja a veces no lo puede.
Por ende, la cantidad de sangre roja que entra a la cabeza es más que la sangre azul que sale. Esto significa aumento de la presión sanguínea en la cabeza y muchas veces provoca jaqueca. Los volúmenes de las arterias hinchadas activa los baroreceptores y ellos transmiten señales de dolor. Pero la causa es no solo mecánica. Más vale determinarse como electromecánica - se supone que la presión de las arterias sobre los tejidos nerviosos provoca cortos circuitos en la red sinaptica subyacente. De otro punto de vista, este contacto estrecho y tenso entre los tejidos deteriora el intercambio normal de las sustancias, sus proporciones en los procesos químicos salen de los limites que mantienen el homeostasis fisiológico.
Por lo que preocupa al terapeuta surgen, por lo menos, tres preguntas dirigidas hacía su paciente:
- ¿Cuántas veces se repite esta situación durante un mes, un trimestre, o un año?
- ¿Y si en el sistema arterial del cráneo hay una o varias arterias con puntos débiles (atascos, paredes flojas etc.)?
- ¿Y si la presión arterial progresa en el tiempo y en cada próxima situación similar es más alta?
Estas preguntas a veces lamentablemente conducen a una tendencia peligrosa y letal. Determinada por un complejo conjunto de factores los que forman y provocan primero aneurismas en el cráneo. Los síntomas de esta tendencia son trastornos en las funciones de los centros cerebrales de percepciones (de visión doble hasta ceguera, de pitidos hasta sordera, la sensación subjetiva y engañosa de frío o calor).
Lo peor de la misma tendencia es que varias meses más tarde un aneurisma puede reventarse lo que da lugar a una hemorragia interna y desarrolla un ictus cerebral.
¿Y todo éso empieza por unas simples contracturas después de estrés?
Cómo prevenir con terapias manuales
Algo más: todo éso se puede prevenir con adecuados ejercicios y terapias manuales.
Los ejercicios se pueden tipologizar dividiéndose a dos grupos:
1. Ejercicios que neutralizan las consecuencias:
Con fin de relajar los músculos adyacentes a las venas yugulares. La idea básica es que los músculos cervicales se muevan sin ejercitar fuerza propia. En este caso, las manos son que mueven la cabeza.
Primer ejercicio: Los puños estan por debajo de la mandíbula y la empujan para arriba y atrás(mientras se respira lento y profundo!). Cuando la cabeza llega hasta el punto final las palmas se ponen sobre los parietales y los dedos sobre el occipital y empiezan a tirar la cabeza adelante y abajo(lenta y profunda expiración!).
Segundo ejercicio: El dorso de la mano izquierda está sobre el lado derecho de la mandíbula y la palma de mano derecha sobre el parietal izquierdo del cráneo. Respiración. Las dos manos tiran simultáneamente con expiración, lo que provoca que la cabeza se esté girando hacia izquierda sobre eje cráneocaudal. Las manos cambian su postura y todo se repite al otro lado.
Tercer ejercicio: El puño de la mano izquierda se pone a mismo lado de la mandíbula y la palma de la derecha al mismo temporal del cráneo. Respiración. Las manos empujan simultáneamente con expiración y la cabeza se inclina al hombro izquierdo. Luego las manos cambian su postura y todo se repite al hombro derecho.
Cuarto ejercicio: El codo se dobla y el dorso va atrás, a la zona de los lumbares. La mano opuesta coge de arriba los parietales y gira la cabeza hacía el mismo hombro. Luego con respiración esta mano tira la cabeza abajo y hacia este hombro. El ejercicio se repite al otro lado, cambiando las manos.
Los ejercicios se hacen por lo menos 3 veces, mejor 5.
2. Ejercicios que eliminan la causa que se radica en los pectorales contraídos.
Esos ejercicios tienen como su objetivo estirar y relajar los pectorales.
A. Suaves: De Tai Chi o Qi Gong: postura inicial: las manos estan bien relajados y sueltos a los lados de los hombros. Luego lentamente (acompañando el movimiento con lenta y profunda respiración) salen para arriba, de dentro hacía fuera y atrás, describiendo circulos sobre los hombros. Normalmente esos ejercicios se hacen por la mañana, a la salida del sol y, por eso, tienen un nombre en común: Saludando el sol.
El tiempo adecuado para este tipo de ejercicios es por la mañana, antes de desayunar.
B. Duros: usando una puerta, una pared o muro sueco.
- usar una puerta en casa: Postura inicial: el cuerpo esta a este lado de la puerta que corresponde al hombro tenso, posicionándose con cara a 45 grados contra la pared, el mismo codo esta pegado al cuadro de la puerta más alto lo que es posible y las píes en posición de boxeador, la pie del mismo codo esta adelante. De esta posición el cuerpo se esta girando sobre la eje cráneocaudal(si por ejemplo el codo derecho esta a la puerta el cuerpo se gira a la izquierda). Aumentando la altura del codo a la puerta menos permite el giro, pero en este caso los pectorales del lado estan contra la fuerza de todo el cuerpo y así se estiran más.
- usar las paredes: La postura inicial: el cuerpo esta en distancia de 50 cm contra una pared, las manos arriba y el cuerpo se inclina adelante, las manos pegan la pared y el cuerpo forma un arco; aumentando la distancia entre el cuerpo y la pared en cada próximo ejercicio utiliza más la gravitación y unos grupos de músculos para estirar más y más los pectorales.
- usar muro sueco: el cuerpo esta con espalda pegada al muro, las manos arriba agarran el palo alcanzado del muro, las rodillas paulatinamente se doblan y así el cuerpo esta colgándose en el aire.
El tiempo con el cuerpo en aire se aumenta cada próxima vez. Así la gravedad del cuerpo estira más los pectorales.
El orden presentado de los ejercicios duros esta determinado. Es recomendable empezar con el ejercicio de la puerta y acabar con ejercicio del muro sueco. También es recomendable antes y después de los ejercicios duros hacer los suaves de Tai Chi o Qi Gong.