Habitaciones que hablan y nos cuentan historias
Nos preocupamos en buscar a nuestros hijos una zona dentro de la vivienda que esté acorde a sus características personales y a sus necesidades, dependiendo de la edad. Así pues, vamos desde el dormitorio del bebé, a la sala de juego, o a acondicionar un espacio para estudiar. Paulatinamente, ese habitáculo puede transformarse para ir convirtiéndose en el más adecuado por sus circunstancias personales.
Podemos preocuparnos de que esté bonito y acorde a la función que va a cumplir, que posea la casuística laboral o de estudio que necesitemos. Pero, ¿tenemos en cuenta la calidad energético-ambiental de esa habitación, cosa que va a determinar el estado de bienestar y salud personal, dado el gran número de horas de quienes van a estar allí?
Va siendo hora de que la sociedad vaya entrando en un estado de apertura, para así, tomar conciencia de la relevancia que tiene la calidad energético-ambiental de cualquier espacio habitado.
Al igual que una persona puede estar arreglada y estéticamente ir bella, e incluso tener una gran estilo a la hora de vestir, pero si dentro de ella hay pesar, dolor, angustia, tristeza, abandono, desamparo, nostalgia, o se siente traicionada o amenazada por las preocupaciones, etc., cualquiera de estas energías son como un aroma que afloran, no se ven, pero contaminan a la persona con sus vapores etílicos, otorgándole un halo de luz opaco que eclipsa gran parte de los atributos estéticos que posee y que con otro estado de ánimo, o con cualidades internas más luminosas, realzarían su belleza aún más.
La interacción con el ambiente
Lo mismo ocurre en cualquier habitación de nuestra casa. El aroma interno que esté impregnándola, determinará nuestro estado anímico, pues al interactuar con el ambiente, hará que varíe la forma que nos encontremos, nuestra disposición mental, o difiera la calidad de estudio, etc.
Cabe esperar mejores resultados cuando nos encontramos en otro entorno energético ambiental y eso, lo hemos probado todos, cuando cambiamos de lugar, liberándonos de todo lo que nos abrumaba anteriormente.
Me gustaría prescindir de mecanismos que resulten un tanto alarmistas, pero si abogo por una calidad energético-ambiental, es por toda mi experiencia recogida a través de la aplicación de la Terapia Ambiental. Lo que me ha ido permitiendo acceder a toda la información vigente, que de forma residual impregna sutilmente los lugares habitados. Y así, casa a casa, negocio a negocio, centros de salud o de terapias, pisos o apartamentos, iba casando la información que las personas me daban de esa habitación, o de aquel despacho, con lo que momentos antes, habíamos detectado que ocurría a nivel sutil, en ese mismo espacio.
Armonizar un espacio
Es por lo que desde aquí, quiero hacer “un llamado a la sociedad en general”, para que le vayan dando la importancia que se merece, a armonizar cualquier espacio habitado. De la misma manera que contratan a un albañil, un aparejador, o un interiorista, que también incorporen la visita de un terapeuta del hábitat. Pues a la larga, su salud mental, física o emocional se lo agradecerá.
Y no necesariamente, la casa donde vamos a vivir, o ese dormitorio, o aquel estudio, se deben encontrar en una situación deplorable, que al entrar en él, queramos salir corriendo. No, todo lo contrario, nos debemos ir acostumbrando a que cualquier lugar por bello o anónimo que nos parezca, e incluso, puede aparentar que esté inocuo de información alguna. Merece la pena descubrir qué es lo que encierran esas paredes, para que así, por leve que sea el tema que radique en su estructura interna, podamos transformar esa habitación o la casa entera, en un lugar donde haya aumentado su frecuencia vibratoria, de manera, trasformándose en un lugar armónico y sano a la vez. Además de otorgarlo de las cualidades que necesite para la función que vaya a cumplir.
Así pues, nada más me queda que rendir homenaje a todos aquellos compañeros, que igual que yo, con una técnica u otra, de manera sencilla o complicada, están dispuestos a mejorar esa calidad de vida interna que hay en todo tipo de hábitat.