Morir por ser borregos
Con la crisis sanitaria del Coronavirus, basta cualquier nuevo dato sobre el, para desencadenar múltiples teorías conspirativas.
Pero también existen ciertas declaraciones realizadas en Vancouver, Canadá por Bill Gates en 2015, persona con vinculación en el mundo de la Farmaindustria. Gates no hablo de un apocalipsis atómico, lo que él vaticinaba fue, el próximo gran riesgo de una catástrofe global:
Una pandemia causada por un virus altamente infeccioso que se propagaría rápidamente por todo el mundo y contra el cual no estaríamos listos para luchar.Bill Gates
En mi opinión, no importa si son ciertas o no, las teorías conspiranoicas, lo que verdaderamente importa son las consecuencias que esta crisis sanitaria traerá consigo.
Una de estas consecuencias, se presenta como otra gran amenaza, la nueva vacuna fabricada con material sintético y posiblemente con nano-partículas y que al parecer el gobierno impondrá como obligatoria, incluso se especula con la instalación de un chip para controlar a las personas vacunadas.
Aclaro: Una vacuna para la que se utiliza un mensajero sintético (ARNm) para informar al ADN que produzca el mismo tipo de proteínas que utiliza el Coronavirus para acceder a nuestras células. Una vez que esas partículas sintéticas de virus estén en la célula, nuestro organismo reconocerá y destruirá el virus.
- Es un hecho que, las pruebas de seguridad para las vacunas dejan mucho que desear, y cuando se trata de vacunas contra la pandemia acelerada, las pruebas de seguridad son prácticamente inexistentes. Lo que significa que no puede conocerse si los efectos a largo plazo serán buenos o malos.
- Una vacuna con material genético sintético modificara nuestro ADN y ningún científico puede predecir sus consecuencias.
- Las nano-partículas una vez en nuestro organismo podrían ser activadas o desactivadas o lo que es igual, nos convertiríamos en conejillos de indias controlados por los Laboratorios. Quizás tengan razón los supuestos “bulos” del 5G.
El desarrollo rápido de vacunas tiene riesgos considerables. Ser ineficaz como el caso de la vacuna contra la influenza estacional, o causar graves efectos secundarios como la vacuna contra la gripe porcina, o incluso empeorar la infección en lugar de prevenirla.
Esto no es algo producto de mi imaginación. Según ha informado Reuters:
Los estudios han sugerido que las vacunas contra el coronavirus conllevan el riesgo de lo que se conoce como mejora de la vacuna, donde en lugar de proteger contra la infección, la vacuna puede empeorar la enfermedad cuando una persona vacunada está infectada con el virus.
Y lo peor, lo verdaderamente indignante es que desde hace años la Industria Farmacéutica con el apoyo de las Instituciones Sanitarias, persigue y prohíben el MMS un producto que cuentas con cientos de evidencias científicas, pero no puede ser patentado y ese es el gran problema del MMS.
Pues ya pueden perseguir, difamar, denunciar o desprestigiar lo que quieran, “el MMS o su fórmula mejorada CDS, tienen una amplia actividad antimicrobiana y eliminan las bacterias, hongos y virus de manera eficaz, incluyendo los diferentes tipos de virus de la gripe en un corto plazo de tiempo”.
Aun siendo conscientes de ello, prefieren ver morir a las personas antes de comprobar científicamente las miles de evidencias existentes sobre la efectividad de MMS o CDS. Que científicamente seria lo normal.
Actualmente están apareciendo diferentes fórmulas y composiciones que son simplemente un reflejo del MMS o CDS y todo con el único afán de poder conseguir una patente que haga aumentar sus ingresos, cuando el MMS o CDS tiene un mínimo coste.
Hasta aquí llega la crisis sanitaria del Coronavirus, pero la consecuencia de esta crisis, quizás orquestada desde hace mucho tiempo, es la posibilidad de encontrarnos ante el preludio de una crisis sin precedentes, que esta crisis sanitaria del Coronavirus sea una excusa para buscar una explicación a la quiebra de los mercados internacionales. Cuando las empresas quieran volver a su actividad normal, van a estar quebradas y la gran mayoría despedirán a sus empleados o no podrán pagar los salarios. Será un efecto dominó, si no pagan, los trabajadores no pueden comprar.
Posiblemente en prevención de esta posibilidad, los gobiernos están tomando las medidas de tipo marcial, confinamiento y toque de queda, están ensayando métodos para poner a punto el plan de seguridad férreo que podría establecerse en un año como mucho. “El mundo es un polvorín y los políticos están fumando dentro”.
Desafortunadamente, al ciudadano, todo le da igual. Seguirán con su desidia, con su falta de respeto a sí mismo, con el único interés de seguir viviendo, aunque sea como borregos.