Evidencia cientifica: el CDS elimina el COVID-19
Ministerios de Sanidad y Colegios de Médicos, de muchos países, deberían ahora aclarar el motivo por el cual, “en vez de realizar las pruebas pertinentes, se inclinaron por la persecución y difamación del conocido dióxido de cloro. También deberían hacerlo Organizaciones Sanitarias como, la FDA y Organización Mundial de la Salud, aunque por su arrogancia, prepotencia y infinita superioridad económica, seguirán estando por encima de la Ley, comprando voluntades y silenciando verdades.
Nunca mejor dicho: "Cuando el dinero manda la verdad calla".
Amparado en el articulo 37 de la Declaración de Helsinki de la AMM, un trabajo de investigación experimental realizado con 104 pacientes por la Asociación Ecuatoriana de Médicos Expertos en Medicina Integrativa AEMEMI, comprobó la eficiencia terapéutica del dióxido de cloro para el tratamiento del Covid-19 y aniquilar el virus Sars Cov2.
Lo que este estudio preliminar ha demostrado es la capacidad del dióxido de cloro para MATAR el virus, en consecuencia, un medicamento útil, para evitar que las personas caigan enfermas. “Las enfermedades infecciosas lo son cuando está presente el virus, cuando no está presente, no existe el contagio”.
Es una obligación, para mi, informar que el este “estudio preliminar”, no ha contado con subvención alguna y que ha sido sufragado íntegramente por la asociación AEMEMI, la cual ha suministrado también gratuitamente el dióxido de cloro a los 104 pacientes.
Importante: la efectividad fue del 100%.
Esto demuestra la profesionalidad, el interés y el valor al enfrentarse al poder constituido, de este grupo de Médicos, nada que ver con los científicos que solo actúan tras millones de euros aportados por Instituciones político-sanitarias, dinero procedente de los ciudadanos, o por Organizaciones con intereses creados en la Industria Farmacéutica.
Pero los medios de comunicación, no se hacen eco y silenciaran la importancia del mencionado estudio clínico y callaran el éxito de los resultados obtenidos. Los medios también han ignorado, minimizado o censurado recomendaciones sobre antiguos medicamentos con un largo historial de seguridad y bajo precio, se ha considerado como experimental, no probado e inseguro, a pesar de los informes que dicen que es la mejor opción.
Aunque no con tanta contundencia como los efectos del Dióxido de Cloro contra el COVID-19, existen diversos estudios recientes de sustancias conocidas, que han demostrado capacidad para frenar al COVID-19 La N-Acetilcisteína (NAC), Vitamina C, Terapia Hiperbárica, Zinc o la Quercetina. Pero se insiste en la vacuna, que es la que realmente aportara miles de millones.
Investigadores irlandeses están solicitando a los gobiernos que cambien sus recomendaciones sobre la vitamina D, basándose en estudios que demuestran que las personas con niveles más elevados de vitamina D tienen una mayor capacidad de combatir el SARS-Cov-2.
La vitamina D apoya el sistema inmunológico a través de varias vías, mientras que "la relación entre los niveles bajos de vitamina D y la muerte por COVID-19 es significativa", explican. Así que, incluso si la evidencia es sólo observacional ¿Por qué los organismos de salud pública no están promoviendo la suplementación con vitamina D?
Como siempre sucede con la industria farmacéutica, el tema económico esta involucrado. Sus intereses están muy claros, si un medicamento económico funciona, entonces es una pérdida de tiempo y dinero desarrollar una vacuna. Si las personas pueden protegerse contra el COVIC-19 al revertir la resistencia a la insulina, entonces la tasa de mortalidad no justifica un esquema de vacunación global. Todo se trata de dinero. Poco o nada importa la vida de las personas, lo importante es recetar medicamentos, aunque existan razones cuestionables y poco éticas.
Si analizamos su plan, el desarrollo de la vacuna rápida contra el coronavirus sin haber pasado por las pruebas de seguridad adecuadas, podría causar problemas de salud sin precedentes a nivel mundial.
Según lo informado por Reuters: “Los estudios han sugerido que las vacunas contra el coronavirus conllevan el riesgo de lo que se conoce como mejora de la vacuna, donde en lugar de proteger contra la infección, puede empeorar la enfermedad cuando una persona vacunada está infectada con el virus”.
La amarga verdad, es que muchos de los que han negado, perseguido, difamado, injuriado etc., a las personas que informaban o mostraban evidencias sobre del Dióxido de Cloro, sabían que era cierto, sabían de los efectos positivos sobre ciertas patologías. Ahora tras la evidencia cientifica del estudio preliminar, buscaran la forma de censurarlo, aunque en su interior sabrán que han sido cómplices de miles de muertes.
Pese a esta evidencia científica, a la que harán caso omiso, seguirán derrochando millones de euros de los ciudadanos, en la búsqueda de una vacuna, seguirán derrochando millones de euros en pagar a grupos de científicos que pongan sus palabras al lado de sus intereses, seguirán derrochando millones de euros en pagar a los medios de comunicación, para infundir el miedo entre la sociedad, al mismo tiempo que disfrazan de verdad sus mentiras.
Y mientras el COVID-19, seguirá vistiendo de luto a muchas familias.
Las políticas sociales, la mala nutrición, la falta de vitaminas y sustancias vitales para el organismo, son el factor principal de las Pandemias no estacionales como Diabetes, Cáncer, Enfermedades Cardiovasculares entre otras, que en presencia del COVID-19, se convierten en letales. De no solucionar lo que se ha evidenciado y comunicado por cientos de estudios científicos, habrá más gente enferma y más gente que morirá debido a sus políticas.
Y cuando insisto en "sus políticas", lo hago con el conocimiento que, desde años los científicos comunicaron claramente la gravedad de los cuadros que pueden provocar los virus respiratorios. No es algo nuevo descubierto en 2020, y puede leerse en documentos del Instituto Pasteur de Paris, que los virus respiratorios pueden ser letales, así como, que las neumonías disparadas por los virus respiratorios afectaban de forma severa a personas con enfermedades cardíacas o pulmonares. También indican, que en dos grandes epidemias (1972-1973 y 1994-1995), más del 90% de las muertes atribuidas a neumonías inducidas por infecciones virales, se habían observado en personas mayores de 65 años.
En mi libre derecho de libertad de pensamiento y expresión considero que:
La negativa por “ordeno y mando” de las organizaciones y autoridades sanitarias de productos y sustancias con evidencias científicas, que pueden salvar vidas puede y debe ser consideradas como crímenes contra la humanidad.