Radiestesia: una forma de comunicar con tu inconsciente
Desde hace miles de años la Humanidad fue consciente de que ciertas formas de energía pueden influir en nuestro cuerpo y también en nuestras emociones aunque nadie ha sido capaz, ni siquiera en la actualidad, de poder definir qué es esa "energía" que nos afecta.
La mayor parte de esta "energía" se encuentra almacenada en nuestro inconsciente y es a través de él que reconocemos lugares, personas, animales, plantas... con una mayor o menor vibración energética. Recordemos que ya en la Antigüedad se señalaban lugares con monolitos, dólmenes, templos, pirámides... para indicar que habían detectado ahí un movimiento energético.
Si tenemos en cuenta que la Tierra es un gigantesco imán que intercambia iones negativos con los rayos cósmicos que tienen ionización positiva, podemos decir que estamos permanentemente recibiendo sensaciones energéticas al actuar como un canal entre la Tierra y los rayos cósmicos.
Cuando esta corriente de iones se ve interrumpida por algún tipo de energía, por ejemplo, agua subterránea, se origina un "desequilibrio" en dicha corriente. El ser humano es capaz de percibir de forma inconsciente este desequilibrio y es por ello que los zahoríes se han empleado a fondo en esta circunstancia para localizar lugares por donde circula el agua bajo la tierra.
Pero no solamente podemos detectar a nivel inconsciente algo que afecta a la Tierra, también nosotros mismos canalizamos estos iones y también podemos tener alteraciones, así que, podemos afirmar que detectamos inconscientemente cualquier desequilibrio en nuestro organismo o en el de otras personas.
A través del péndulo accedemos a esa parte inconsciente y nos comunicamos con ella. A veces me preguntan si el péndulo se mueve solo y mi respuesta es un "no" rotundo. El péndulo lo mueve el radiestesista pero de una forma inconsciente, sin intervenir para nada conscientemente. Es por este motivo que muchas personas piensan que un péndulo se mueve solo.
Aunque existe todo un mundo de péndulos, varillas, etc. realmente no se necesita tanto para detectar alteraciones energéticas, esto es, si tenemos en cuenta que somos nosotros quienes movemos el péndulo, entonces éste dará igual de qué esté hecho ni qué forma tenga. Bien es cierto que, si queremos medir ciertas formas energéticas en la tierra, es mucho mejor que el péndulo interfiera lo menos posible con su magnetismo, es decir, mejor si es madera o algún elemento no conductor.
Objetivos de la Radiestesia
Entonces, ¿qué objetivos tiene la radiestesia y qué podemos hacer con ella?
En primer lugar, el radiestesista trabaja unificando su inconsciente y su consciente y podemos afirmar que la radiestesia es un código a través del cual estas dos partes, consciente e inconsciente, pueden comunicarse. De esta manera se abre una nueva forma de ver la realidad porque se usa la mente de una nueva forma.
También se eleva la intuición por tener en cuenta esa parte inconsciente. Un radiestesista se diría que tiene una gran concentración y estabilidad emocional ya que pone en contacto sus dos hemisferios cerebrales.
Muchas personas confunden la radiestesia con la rabdomancia ya que, durante muchos años, se ha usado el péndulo y las varillas para "adivinar el futuro". En la actualidad, y gracias a Alexis Bouly, en 1930 se utiliza la radiestesia como método de detección de energía y no como una técnica adivinatoria. A decir verdad, Bouly habló de la radiestesia refiriéndose solamente al péndulo.
¿Qué podemos saber al usar un péndulo?
Pues todo aquello que nuestro inconsciente detecta. Por ejemplo, podemos ver compatibilidad entre personas, con alimentos, con tratamientos varios, incluso, por qué no, nuestro nivel de glucosa o si hemos pasado una determinada enfermedad siempre considerando la experiencia del radiestesista.
Además, podemos conocer lugares nocivos para nuestra salud siendo muy importante en la colocación de muebles y, sobre todo, de aquellos en los que vamos a pasar muchas horas a lo largo del día, por ejemplo, lugar de trabajo, nuestra cama... Se ha comprobado que, según la orientación de la cama o lugar de trabajo, se pueden originar ciertas patologías asociadas al flujo de iones y de corrientes telúricas que puedan interferir el correcto intercambio iónico.
Así pues, podemos no sólo conocer dónde hay un lugar beneficioso o no para nosotros, qué órganos podemos tener afectados, etc. sino también medir la cantidad de energía que tiene un lugar, una persona, una planta... y así tomar las medidas oportunas.
Es por ello que la radiestesia nos abre todo un campo de percepción de la realidad y nos ayuda en nuestro día a día a sentirnos mejor con nosotros mismos y con nuestro entorno.