Parásitos en el organismo
En el interior de todo organismo animal conviven en armonía bacterias, hongos, virus y parásitos. Sin ellos las células no sobrevivirían. El problema viene cuando se rompe dicha armonía por excesos, contaminación o malas prácticas de vida.
El ser humano es uno más de los animales que viven sobre la Tierra; como tal le ocurre lo mismo que al resto de los animales. La mayoría de los animales tienen sus maneras de armonizarse; por ejemplo, los perros comen ciertas hierbas para regurgitar y limpiar sus tripas.
Hasta mediados del siglo pasado, las personas solían hacer purgas intestinales dos veces al año, en los cambios de estación. De esa forma, el organismo cambiaba de una alimentación invernal a otra veraniega y viceversa; adaptando con ello la microbiota intestinal para los alimentos de temporada. En unas ocasiones, la invasión de parásitos no da síntomas; en otras, da picores anales, sueño intranquilo, molestias gástricas o, incluso, problemas articulares.
Hay casos donde atacan a los huesos, a los músculos, o a otras partes del cuerpo generando enfermedades como la osteomielitis.
Los helmintos son un tipo de parásitos que afectan especialmente al pulmón. Puede estar infectado bien vía respiratoria, bien vía intestinal. En medicina china el intestino delgado es el hermano de los pulmones; vía sistema nervioso, lo que afecta a uno afecta al otro. También puede causar problemas vasculares si los huevos los deposita en vasos sanguíneos.
Según la Revista Médica Clínica Las Condes, se calcula que existen 2.800 millones de personas infectadas por geohelmintos. De acuerdo a la OMS, existen 200 millones de individuos infectados con esquistosomas: 120 con filariasis linfática y 37 con oncocercosis (ceguera de los ríos). Un 20 a 30% de la población mundial está infectada con Toxoplasma gondii. Al año se originan entre 300 y 500 millones de nuevos casos de malaria, período en el que fallecen más de un millón de niños menores de cinco años por esta parasitosis. Hay entre 10–15 millones de individuos infectados por Trypanosoma cruzi en Latinoamérica, zoonosis que se ha extendido a Europa, Asia, Oceanía y Norteamérica, debido a la migración de personas infectadas de zonas endémicas a dichos continentes. Sólo la sarna origina más de 300 millones de personas infestadas al año.
Cómo eliminar los parasitos intestinales
En el cuerpo hay zonas, las cuales, debido a su nivel de pH, son óptimas para que sobrevivan sin que les afecte los medicamentos contra ellos; son llamados reservorios. Hay diferentes formas de abordar este problema; desde mi punto de vista se debería abordar desde varios campos a la vez.
En mi caso, como terapeuta, suelo hacer primero un test de biomagnetismo para testar en que zona están y atacarlos para que se puedan eliminar por heces mayormente. Posteriormente aconsejo una alimentación adecuada para evitar seguir proliferando. Ejercicios adaptados a su persona y situación para estimular el estiramiento de músculos y nervios.
Además, es aconsejable tomar algún producto antihelmíntico que ayude a eliminarlos como son infusiones de cuasia amara, de asafetida, de tabaco, de glicerina, los aceites de ricino, de hígado de bacalao, de almendras dulces, de coco, de olivo, de abrotano, de ajejo de petróleo o nafta, esencia de trementina, el cayeput, el alcanfor, la copaiba, la valeriana, el aloe. Incluso hacer algún enema de Ajenjo (Artemisia absinthium), jengibre, o café.
Siempre es bueno añadir masajes para los problemas añadidos en articulaciones u órganos. Los masajes ayudan a estimular los puntos energéticos de los meridianos de medicina china sobre cada órgano. A su vez, los músculos funcionan por intercambio de sustancias químicas que generan campos eléctricos y magnéticos; dicha variación magnético-eléctrica ayuda a eliminar los parásitos de las articulaciones.
Es bueno practicar ejercicios tipo Tai Chi o Qi Gong, pues favorece conjugar el movimiento con la respiración, intercambiando sustancias y ayudando al buen funcionamiento de pulmones, hígado y riñones. En mi centro, enseño unas técnicas particulares de Pilates. Con ellas se ayuda a abrir espacios dentro del cuerpo para favorecer las circulaciones sanguíneas y linfática; se consigue mejor nutrición celular y eliminación de toxinas causadas por ingestión de tóxicos o por sustancias provocadas por los parásitos.
Las toxinas suelen adherirse a las vellosidades intestinales provocando escasa nutrición, inflamación y aumento de tóxicos en las paredes intestinales. Se debe tratar de limpiar dichas paredes para evitar genere enfermedades o, incluso, cáncer o tumor. Estos patógenos, a través de las vías sanguíneas que irrigan los intestinos, pueden inocular sustancias nocivas o larvas que lleguen hasta el hígado, riñones, pulmones principalmente. Lo mejor siempre es hacer un interrogatorio sobre todo el cuerpo y una auscultación visual. Se debe analizar el cuerpo como un todo único, pues vías sangre, linfa, magneto-eléctrica, se pueden ver afectadas zonas extremas a la zona del origen del problema.
Según el doctor Goiz, creador de la terapia de par biomagnético, un parásito necesita de bacterias de las que alimentarse; eliminando las bacterias, se podrá impedir que los parásitos se desarrollen. A su vez, un virus no es peligroso mientras no se asocie a un hongo o una bacteria; puede vivir en nuestro cuerpo sin conflicto alguno. Con lo cual, las bacterias deben estar en armonía, en la zona concreta donde deben vivir y sin combinar con hongos, ni virus, ni parásitos; y a su pH adecuado.
Las zonas donde se pueden esconder parásitos sin que les hagan daño los medicamentos son: esófago, subclavia, parietal, nervio vago, riñón, útero, dientes, interilíaco y sacro. Algunos parásitos generan las siguientes alteraciones:
- Giardia lambia: entre cardias y estómago
- Plasmodium falciparum: en atlas, cervical 1 y píloro
- Balantidium tifo: cervical 3, deltoides y supraespinoso
- Trichomonas: ciego, riñón derecho, válvula ileocecal, vagina.
- Anisakis: colon descendente, cola de páncreas.
- Schistosoma: colon descendente, cuadriceps izquierdo.
- Trypanosoma cruzi: costo diafragmático.
- Trypanosoma gambiense: cresta ilíaca. Genera parálisis, mialgias, contracturas y pérdida de fuerza.
- Blastocystis hominis: cuello, dorsal 1, dorsal 2 y/o dorsal 3.
- Leishmania: Deltoides, riñón.
- Fasciolopsis buski: esófago. Causa problemas digestivos y cardíacos.
- Áscaris, tenia y otros de grandes dimensiones: glúteo, píloro, riñón izquierdo.
- Babesia: glúteo, vena femoral.
- Trichinela: hiato, lengua, píloro, timo.
- Ameba: hígado, riñón izquierdo, píloro.
- Oncocerco: isquión.
- Sarcoptes scabiei: lengua, suprarrenales, recto, tiroides, bulbo raquídeo, pineal, cerebelo.
- Toxocara: lóbulo posterior del hígado, riñón derecho, retrohepático.
- Filaria: mastoides (detrás de la oreja), cardias, tiroides y/o suprarrenales.
- Toxoplasma gondii: oido.
- Plasmodium vivax: palma de la mano, pómulo, riñón.
- Echinococcus granulosus (solitaria): páncreas, bazo.
- Entamoeba histolítica: craneal, parietal, subclavia, supraespinoso, colon transverso, píloro, riñón izquierdo, glúteo, interilíaco, sacro.
- Amibiasis intestinal: píloro, riñón izquierdo, hígado, pulmón, glúteo.
- Enterobius vermicularis u oxiuros: píloro, hígado, riñón, glúteo.
- Ácaros: retrohepático, riñón derecho. Genera alergias.
- Leptospira: suprarrenal, recto.
Como se puede observar, mayormente sobreviven en zona intestinal y luego se desplazan a cabeza, riñones, hígado o bazo (mayormente). Si con cierta regularidad se limpian los intestinos con una irrigación, evitaremos muchos problemas de salud; y evitaremos se asocie con alguna bacteria con la cual genere alguna enfermedad.
Los pares magnéticos me han servido de mucho para detectar los patógenos en el cuerpo. A mayores se implementan en las zonas donde han dado positivo y ( con la polaridad magnética adecuada) sirve para eliminarlos. En caso de parásitos conviene (como dije anteriormente) añadir irrigaciones intestinales para favorecer se despeguen de las paredes facilitando su eliminación.