Movimiento y aprendizaje
Antes de adentrarnos en el tema es importante conocer:
- ¿Qué es el movimiento? El movimiento es un cambio de la posición de un cuerpo a lo largo del tiempo respecto de un sistema de referencia.
- ¿Qué es el aprendizaje? El aprendizaje es el proceso a través del cual se modifican y adquieren habilidades, destrezas, conocimientos, conductas y valores. Esto como resultado del estudio, la experiencia, la instrucción, el razonamiento y la observación. Se produce a través de los cambios de conducta que producen las experiencias.
Para el cerebro lo físico y lo cognitivo siempre van de la mano. A continuación, podemos ver los beneficios que aporta el movimiento a nuestra mente, mejorando nuestro aprendizaje.
Hoy en día, el proceso educativo está totalmente desconectado de nuestro cuerpo físico. Se entiende la educación como un proceso pasivo de absorción de información, donde el cuerpo es un mero soporte para el cerebro.
En los colegios se acorta el recreo para dedicar más tiempo a lo académico. Más horas aprendiendo lengua, matemáticas…pero menos tiempo fortaleciendo todos los cálculos que implica el movimiento. Y opuestamente, cada vez más estudios indican que lo físico potencia lo cognitivo.
¿Cómo hace los cálculos tu cerebro?
Cuando decimos que el cerebro realiza cálculos complejos para interactuar con su entorno no nos referimos a que utilice raices cuadradas. Por ejemplo, si tienes que interceptar un pelota en movimiento, tu cerebro no necesita conocer su velocidad o la atracción de la gravedad para estimar dónde aterrizará.
Más bien, utiliza algo mucho más sencillo: moverse a la velocidad y en la dirección adecuadas para mantener fijo el ángulo de tu mirada. No obstante, algo tan sencillo para nuestro cerebro sigue siendo tremendamente complejo de imitar para la inteligencia artificial.
¿Qué nos dice la evidencia?
En numerosos estudios se ha visto mejor rendimiento académico en los estudiantes que realizan actividad física. Tras ensayos se vio que todos los que empezaron a hacer ejercicio mejoraron su rendimiento cognitivo, incluso los que se limitaron a tan solo 75 minutos a la semana, o poco más de 10 minutos al día. La mejorar cognitiva fue en general proporcional a su mejora física. En otros estudios se pudo comprobar cómo los niños que habían estado las horas previas en movimiento a la sesión de académica obtenían mejorares resultados en pruebas cognitivas de aprendizaje y memoria. Al igual ocurría cuando se estudiaba a grupos que realizaban actividad física mientras aprendían.
En verdad, esto tiene todo el sentido. Nuestro cerebro aprendía casi siempre en movimiento, y los colegios se han creado posteriormente como algo moderno dejando de lado nuestro cerebro evolutivo. Una buena opción será comenzar a crear adaptaciones que fomenten el movimiento para favorecer aprendizaje.
Nuestro cerebro se beneficia de cualquier actividad física. Sin embargo, no podemos separar el movimiento de su contexto. Para el cerebro no será lo mismo caminar en una cinta que hacerlo por el bosque sin ninguna distracción. Antiguamente, la vida diaria de las personas no transcurría encerrados en oficinas o colegios, se exponian a diversos contextos que requerian el uso de múltiples funciones cognitivas.
Por tanto, el movimiento SUMA aprendizajes y, si lo hacemos el cambio, realizandolo en "entornos enriquecidos" en lugar de "entornos empobrecidos", potenciamos la salud.