El juego del calamar o el marketing de menospreciar al humano
Utilizar esta serie de Netflix para hablar del marketing que se utiliza a diario para utilizar el humano como conejito de indias, llevándolo al extremo de la humillación absoluta y jugando con él para llegar al límite del desprecio. Para muchos lo podéis entender como algo exagerado, pero para otros supongo que me estoy quedando corto.
Mi intento de este artículo no es dar más valor a una serie más de tantas otras que se utiliza para enseñarnos el lado oscuro del individuo, restregándonos cada día con una visión que ha sido estudiada y producida para este propósito. Un propósito que ayuda a nutrir con unas ideas en la sociedad donde el individuo es utilizado para asumir el roll que se le exige sin ser consciente de tal fin, degradando cada día el espíritu humano. Pienso que el humano o el que se siente humano distingue que es una víctima más del gran circo. Un circo que coacciona la libertad del individuo, que pasa por el enfrentamiento con el sistema, por una libertad que el humano sabe que hay siempre un sacrificio y un vacío de soledad.
Podemos entretenernos una y otra vez con los detalles de la serie; lo interesante de la idea, la mediocridad de las vidas de los personajes, lo entretenida que es, como nos desenvolveríamos en un escenario a sin, lo que haríamos por un hijo, lo que haríamos por dinero y hasta incluso se nos podía ocurrir algún juego más porque la mente es así de macabra. Lo triste es que no nos damos cuenta del engaño, vivimos una ilusión y no saben cómo ese circo nos inundan nuestras vidas a diario. Vivimos sumergidos en nuestros personajes donde tendríamos dificultad para preguntamos cosas tan simples, como hasta qué punto nuestro personaje y mis pensamientos son todo una creación nuestra o hasta qué punto es una ilusión creada de otra ilusión y de otra. Sabrías distinguir que ilusiones son tuyas o hasta donde todo lo que te rodea en tu vida o todo lo que necesitas para vivir ha sido una ilusión tuya o ¿lo mismo te han programado para llegar hasta ella?
El juego del calamar
La serie más vista, millones de personas la han visto (yo entre ellos). Como un juego de niños puede crear algo tan macabro, la trama busca en el cinismo humano para crear de un inocente juego infantil (de inocente no tiene nada) en una auténtica carnicería para dar diversión a unos cuantos millonarios en la ficción, arrastrando a los personajes al lado más salvaje del individuo, en una lucha por conseguir sus objetivos y sabiendo que al final solo puede quedar uno. Convirtiendo a el espectador en juez de los actos de los personajes, que por cierto menuda responsabilidad.
Pero quizás no nos damos cuenta que nos están preparando en el futuro para ser espectadores de un escenario de horrendas salvajadas y vivir como si fuéramos espectadores, si darnos cuenta que la realidad ya no nos supera porque las emociones las tenemos domadas; ni el terror, ni el miedo, ni el dolor, ni el sufrimiento ajeno ya no nos afecta y puedes observar al ajeno con el mismo desprecio como el que recibes de él. Sé que lo que escribo puede parecer otra utopía como otras y para otros una exageración. Ver la serie no deja de ser una forma de entretener o de elegir una serie como otra pero no te preguntas porque te atrae esta ¿Por qué las seleccionado? ¿Las elegido? ¿O te inducen a que la mires? ¿O necesitas alimentar lo que cada día te van nutriendo? Llegando a imaginarte a ti mismo dentro, como protagonista, claro está ¿Cómo lo harías? Seguro que mejor y tanto dinero o ¿el dinero? ya no importa.
El récord de la serie más vista dice mucho del mundo que vivimos. No le voy a quitar mérito al grupo de personas que la han producido. Tampoco tienen la culpa que nos guste recrearnos tanto con la parte oscura del humano, de sus miserias y humillaciones. Quizás sea para levantar nuestro ego viendo las desgracias de los otros y el mal de muchos nos da consuelo. Aunque para algunos este éxito lo ensalce como un gran logro de la serie y una fuente de ingresos que podría llenar varias decenas de gigantescas bolas de dinero que ayudaría a continuar con la saga dos o tres temporadas más. Llegando a la conclusión que lo que nos flipa aún está por llegar y aún no hemos visto lo mejor.
Tener conciencia de que vives en una continua programación puede parecer una película de ciencia ficción y para muchos una idea absurda ya que distinguir que estas dentro de una programación puede parecer de locos. Pero de locos es el mundo en que vivimos y no darse cuenta, es el éxito del programa o de esta programación.
¿Por qué alimentar el desprecio al humano?
En la historia de la humanidad el desprecio al humano ha sido como un continuo marketing, si observamos los acontecimientos importantes de la historia, todas las luchas por las libertades o por la fe a Dios o por intereses económicos, el humano es el que ha salido peor parado; Nos arrastran al conflicto una y otra vez con ideas utópicas, nos crean encrucijadas en donde no hay elección, nos hacen sacar lo peor de nosotros, encima nos observan como la escoria que no tienen derechos en este mundo y acaban con el desprecio total de destruir todo lo que construimos una y otra vez. Ya que la supremacía del poder tiene la visión del humano como herramienta para sus fines, observándote día a día con el fin de tenerte a sus expensas para conseguir sus objetivos económicos o para utilizarte como peón de algunas de sus partidas. Alimentando un mundo acorde a sus intereses, oprimiendo con su desprecio al humano, ya que el poder se mantiene vivo por el propio miedo que genera, la desfragmentación es su mejor arma y haciendo de tu destrucción la fuente de su riqueza.
El mundo que nos rodea es una muestra del desprecio al humano donde nos piden continuamente responsabilidad sobre cosas que no tenemos ninguna capacidad de maniobra, nos crean el problema y nos hacen responsables de ello, donde nos muestra un mundo abandonado cuando no existe una pirámide estructural que nos gobierne o administre, que crean monopolios para hacer del humano su sirviente y la libertad cada vez es más limitada pero si te conviertes en uno de ellos podrás disfrutar de sus privilegios, cuando quieres prosperidad para los tuyos necesitas sacrificar tu vida aun sabiendo que tienes que renunciar a las tuyas, crean conflictos para crear corrientes de humanos que intenta salir de una trampa para meterse en otras más dura y cruel, que trafican con lo humanos como los siglos pasados. No dejan que países encuentre su estabilidad para mientras espoliarlos, que corrompen las instituciones no es algo casual, ya está introducido el mal antes de que llegue todo aquel que la ambición le puede…os puedo llenar folios del mundo que vivimos.
Vivir pensando que el ajeno es el que tiene el lado oscuro, el que es violento, el ignorante, el desgraciado, el toxico, el miserable, el que es menos que tú o en definitiva el malo. Como pensar que la inteligencia que supuestamente tenemos es algo que dudamos que nuestro ajeno de alguna manera pueda superar, ya que de lo contrario nos vemos perdidos en un abismo de inseguridad. Todo esto se ha convertido en el éxito de una programación que su principal objetivo es la fragmentación del individuo hacia sus ajenos como la fragmentación del “ser” con el humano.
El confort
El desprecio al humano es algo que esta tan introducido en todos nosotros, que no nos damos cuenta del marketing sobre ello, alimentando cada día más el ego del individuo y separando cada día su esencia con el ser. Aunque para muchos está alejada esta realidad que nos muestra esta serie, es cierto que otra parte de la población vive en un mundo de happylandia donde la burbuja es tan frágil que la realidad por si solo puede ser una película de terror. Nos creamos nuestros hogares o habitaciones para sentirnos felices, rodeado de todo lo que necesitamos para estar cómodos, con todos los aparatos de última generación, para que cada día nos alejemos cada vez de una calle abandonada de vida. Refugiándonos en casa disfrutando de series, películas, programas o como no de juegos que nos va a trasladar a batallas o al mundo de happylandia que cuando llevemos no sé cuántas partidas ganadas, no tengamos cojones u ovarios de salir a la calle porque el miedo ya está en el cuerpo antes de salir y si te apetece salir esperemos que no tengamos la suerte que experimentar con tus habilidades con el ordenador.
El mundo del zombie viviente ya está aquí y no nos damos cuenta hasta qué punto nos están robando nuestras vidas y los que tenéis hijos puede que la tecnología a veces os hace de canguro pero vigilar que no convierta la armonía de vuestras casas, en un auténtico infierno. Si, supongo que exagero para algunos, que suerte todavía estáis a punto para el rescate. Aunque me gusta utilizar la metáfora, la batalla con la tecnología la tenemos perdida, no es una cuestión ya ni de elegir, ni de seleccionar…nos han robado algo muy importante que cada día damos menos valor, nuestra conexión con el “ser”. Y no estoy hablando ni de ángeles, ni vírgenes, ni de dioses. No tengo nada contra ellos cada uno sabrá porque los necesita o porque son importantes en sus vidas o porque están o que cada cual utilice el nombre que necesite para entender que hay algo superior a nosotros y que hay una conexión. El “ser” es llegar a entender la mínima expresión de la manifestación de nuestra esencia, es conectar con esa energía que conecta con todo y con todos. ¿Qué es lo que somos? o ¿Quién somos? y por mucho que luches a no querer entrar a entender tu naturaleza y porque el programa hace su función, renunciar a ello, es renunciar a ti mismo.
El gran hermano
No sé a dónde queremos llegar y solos, lo tenemos jodido. Últimamente nunca he visto anunciadas tantas películas o series apocalípticas o noticias donde la amenaza está en todas partes. Donde el futuro que te pinta a veces te invita al suicidio. Habrá que preguntarse ¿Dónde está el optimismo? o ¿Qué es la finalidad de todo esto? o ya interesa que estemos con el miedo en el estómago instalado continuamente, alejándonos cada día más de nuestra naturaleza, con poca capacidad de maniobra y volviéndonos esclavos de nuestras propias vidas. Aceptando cada día una programación que nuestra peor derrota es que se puede ser divertido viendo la desgracia ajena, sin darnos cuenta que la única suerte que podemos tener sobre otros es en lugar donde estas y no darnos cuenta que también participamos de un gran hermano a escala global.
No tengo el modelo de mundo para un futuro y si lo tuviera os aseguro que podéis salir corriendo pero también os digo que de todos los que tiene el futuro diseñado para nosotros siendo cauto solo os digo que servirá para mejorar la Matrix. Una Matrix que necesita que todos sus individuos estén activos, no den problemas al servidor principal y estar preparados. Eso sí, solo cuando necesite jugar con nosotros.
Nuestra naturaleza humana tiene la capacidad de vivir todo al momento; sin proyección, sin crear necesidades, sin crear miedos si no están, sin crear enemigos, sin obligar nada a nadie, nos sobra la generosidad y quizás se puede vivir sin dinero. ¿Por qué no? Esto para una gran parte de la humanidad es una utopía.
Normalmente en el momento que se plantea, cuando sale la palabra utopía, se convierte en sentencia sin cuestionarse incluso ¿Por qué es una utopía?, porque nos resistimos a pensar que es una utopía o quizás la programación es tan fuerte que no sabrías vivir fuera de la Matrix. Puede que tu mundo sea fantástico pero has pensado las cosas que hubieras cambiado en algún momento de tu vida y la de veces que has maldecido el mundo que vivimos…no hace falta entrar en detalles. Todo y a sin lo queremos y lo amamos…habrá que preguntarse porque será.
El dinero que lo alimenta
El dinero del mundo financiero parece que llega con más facilidad para las calumnias del humano, algo que no nos tendría que sorprender, hasta Hollywood tiene que recurrir a sus héroes para salvar al humano de los villanos y a sin dar más humillación a un humano incapaz de hacer frente con un mundo de malvados, creados para hacernos ver que no somos nadie. Siempre tenemos que vivir con una falsa fe y una esperanza vacía de realidad.
El marketing que sostiene este entramado es consciente de sus inversiones, no le tiembla las manos en el momento de dar los millones que sean necesarios para crear estas producciones, saben que busca en sus inversiones y el riesgo de sus finanzas a veces quedan en un segundo plano. Somos como ratas de laboratorio donde cada movimiento es analizado, el efecto de sus inversiones se analiza con lupa para mejorar sus rendimientos pero no se conforma con sacar dividiéndoos, quieren más de nosotros, ya que llegar a creer que tienen el control de las masas les llena de satisfacción. Sentirse Dios en la Tierra parece una debilidad del humano pero os aseguro que el que entra en esa orbita dejo de ser humano o quizás nunca lo fue, aunque tenga su cuerpo.
La pantomima que nos crean de la idea del éxito, de la fama, de la riqueza, de la persona que puedes ser. No deja de ser una ilusión que nos proyecta y que es alimentada cada día. Todo nuestro día a día es analizado y estudiado para darnos lo que necesitamos, pero no caer en el error de pensar que es porque lo necesitamos, ya que nunca has tenido la oportunidad de pensar que vida realmente te hubiera gustado tener. Lo único que hemos hecho es adaptarnos de la mejor manera que hemos podido, al mundo que nos han ofrecido. Donde, o entras en el juego y te adaptas a él o estas fuera de él y si no te destruyen antes, lo mismo puedes acabar haciendo un master de Dios en la Tierra para seguir jodiendo al pobre humano en tu pequeño universo.
Vivir unas horas de ficción, al fin al cabo no deja efectos secundarios pero no estaría tan seguro.
Cuando nos distraemos con una película, una serie o cuando miramos las noticias, los debates o los programas en general. ¿Pensáis que solo somos observadores? o ¿Qué nuestro cuerpo es ajeno a toda esa información o imágenes que se nos están dando? o ¿Qué no nos afecta nada?
Claro que después de ver la exitosa serie nos pueda venir una sensación de culpabilidad ya que nuestro momento de ocio se ha convertido en un circo romano. Pero el remordimiento es corto, al estar en nuestras casas, nadie nos ve y simplemente apagamos la TV en el momento de ir a dormir. Consiguiendo calmar la rabia del día a día viendo que algunos están peor que tú y si por mala pata tenemos un mal sueño, por suerte podemos echarle la culpa al colchón que siempre se puede cambiar.
Nuestra mente es como una antena natural, absorbe todo lo que nuestros sentidos captan a su alrededor, convirtiendo todo lo que recibe en impulsos que recorren y conectan con nuestras neuronas, circulando por nuestro celebro con toda libertad. Los diferentes órganos de nuestro cuerpo aunque tienen funciones diferentes, reciben todos estos impulsos que hacen que le demos un lenguaje o una manifestación de todos esos impulsos que recibimos, creando estados emocionales de baja o alta intensidad dependiendo de la situación que vivamos en ese momento. Cuando explico esta idea de cómo de una manera sencilla la función energética de nuestro cuerpo nos servirá para que nos imaginemos como recibimos todos esos impulsos cuando vemos un capítulo de esta serie o de cualquier serie de unas características similares.
Nuestro cuerpo se convierte en una autopista de impulsos de arriba a abajo y de abajo a arriba. Donde también se crea atascos y bloqueos, que pueden provocar con la liberación o manifestación de algún estado emocional. Todo esto sentado en el sofá y allí donde la inofensiva serie creemos que solo hacemos de observador, solo está haciendo su primera función que es entretenerte, mientras nuestros mecanismos de defensa repelen el primer impacto. El trabajo siguiente te lo he dejado cuando apagues el interruptor y te vas a dormir plácidamente, nuestro cuerpo se relaja y aquellos micros impulsos siguen activos.
El que piense que todos esos micro impulsos que se han movido durante nuestro rato de entretenimiento ha quedado liberados, pues nada de nada, por muchos gritos que hayas exteriorizado y mucha facilidad que tengas en expresar tus emociones. Al final quedan imágenes, palabras, frases, acciones, emociones bloqueadas o retenidas, miedos controlados que se quedan y un sinfín de matices que parecen que no molesten. ¿Y qué hacemos con todo esto? porque esto no se acaba ahí, esto solo es un principio; Recibimos ideas, ideología, pensamientos, tendencias, reflexiones, razonamientos, filosofías y otros matices para ser suave con la definición. Creando en cada uno de nosotros un registro dependiendo de nuestras sensibilidades, con ese abanico de micro impulsos que nos han ofrecido en ese momento de entretenimiento. Pero la trampa no se acaba aquí.
Casi no te da tiempo a asimilar todo este proceso, la cama nos espera ya que la alarma del reloj esta activada, no hay tregua, las obligaciones y las responsabilidades están al llegar, no hay tiempo que perder, el día a día no te permite relajarte, ni tampoco asimilar que ha quedado de todos aquellos micro impulsos, ni aquel miedo que controlaste que no ha tenido tiempo de manifestarse, viajando contigo durante el día, sin ser tu consciente de ello, convirtiéndose en un pasajero de tu vida que al final ya no distingues la patología de la emoción y acabas tomando algún fármaco para aliviar unos síntomas, dando fe a su eficacia porque ya no entiendes que es todo ese malestar. Y ya estamos listos para otra sesión.
¿Creéis que la pastilla ya ha borrado todo el resto de micro impulsos que ha quedado? Pues no, el mensaje que recibimos es alimentado continuamente, como observador tienes tus recursos para frenar según qué ideas, razonamientos, reflexiones, etc. Introducir la idea constantemente de diferentes maneras nuestras barreras va cediendo una y otra vez; haciendo que nuestros pensamientos, reflexiones, razonamientos e ideas, nos hacen oscilar. Llegando a introducir en nuestras vidas aquello que quieran introducir, haciendo que al final la idea se convierta en tuya y haciendo que todos esos micro impulsos que nos generó crean una realidad adaptada al fin por el que fueron creados.
No te voy a persuadir para que dejes tu mundo de happylandia o dejes de ver tu serie favorita, pero si reniegas del mundo que vivimos piensa que colaboramos para que siga así. No se trata de cambiar el mundo que vivimos, somos nosotros los que tenemos que dar ese cambio y que cada uno encuentre su cambio.