Amor o necesidad
Llevo años observando el comportamiento de las personas, observando como utilizamos el lenguaje, utilizando con facilidad palabras sin conocimiento de muchas de ellas, pero convencidos de lo que se está diciendo. Eso es algo que provoca que el vocabulario usado vaya perdiendo la naturaleza de su esencia por la que fue creado.
El amor es una de esas palabras que parece que todos lo tenemos claro, pero creo que hay un abismo a la hora de interpretarlo en nuestro día a día. Llegar a pensar que la inocencia o la ignorancia del individuo es la que está haciendo que la pureza de la palabra o su naturaleza de lo que se intenta reflejar en el momento que se expresa, haciendo de ella justicia de ese momento o por el contrario rebajarla al abismo de la ignorancia. Os aseguro que el amor cuando es puro no necesita de justicia para justificar su palabra, ya que no necesita ser mencionado para sentir su presencia ya que la energía que crea en ese instante es su mayor manifestación y es de eso de lo que voy a intentar explicar, ya que se confunde con mucha facilidad la necesidad con el amor.
Como siempre, en mis artículos intento dar una visión donde pensar en la inocencia o en las buenas intenciones de los que controlan este gallinero, algo me dice que como siempre no se da un paso donde la intencionalidad está por encima de cualquier acción que pueda alterar el gallinero y solo se le da, lo que se necesita para lo que se necesita de él. Aunque esta metáfora ya se está haciendo familiar para según qué sectores, es un claro ejemplo de definir nuestra realidad.
Claro está que una palabra con la fuerza que tiene el AMOR puede ser muy peligrosa para una gran parte de la estructura que mantiene el gallinero. Voy a pensar por un momento en la inocencia de los que hacen por nosotros y pensemos que, como siempre, el humano es el culpable de todas sus miserias, y su ignorancia no ha podido entender la grandeza de esta palabra. Voy intentar hacer lo posible para entender transmitir el valor a algo que creo se está perdiendo y que a veces no lo tenemos tan claro como nosotros pensamos, desde un punto energético, corporal y psicológico en el que cada individuo hace de esta palabra el uso que le corresponde.
Distinguir donde empieza una y dónde acaba la otra
Hoy día utilizar el amor por la necesidad es algo tan común en nuestro lenguaje y en nuestras acciones que llega a un punto que no sabemos distinguir donde empieza una o dónde acaba la otra. Esa dificultad en entender esas diferencias hace que vivamos ajenos a realidades descafeinadas que no nos permite ver la realidad de nuestras vidas, incluso vivir dentro de tu propio engaño. Esto aunque parece el mal de unos cuantos, os aseguro que está muy generalizado. Definir esa gran diferencia que hace que se sepa diferenciar estas dos palabras hace que puedas entender en cada momento que estás haciendo o recibiendo.
Muchos ya notáis esas diferencias. Incluso las aplicáis en en vuestras vidas pero está todo tan intoxicado que se hace difícil ser consciente hasta que nivel entramos en un juego donde “el veo veo”. Cuesta distinguir que ves y de eso se trata, de ver u observar, de sentir, de oír y de coger consciencia de tu aquí y ahora, con todos tus sentidos, para saber dónde estás.
El individuo está lleno de necesidades y no quiero entrar en las que nos crean. Necesidades tan básicas que algunas personas pueden parecer un puro egoísmo pero a veces el renunciar a ellas nos puede llevar a un problema de salud. No somos conscientes de nuestras propias necesidades, ¿qué es lo que realmente necesitamos para llevar una vida acorde con nuestras necesidades?
Distinguirlas no es una tarea fácil ya que choca con la necesidad de los otros y los otros tienen otras necesidades. ¿Dónde nace la necesidad? Quizás es la gran pregunta; Tener sed y beber agua calma nuestra necesidad, tener hambre y comer es un síntoma de calmar una necesidad básica del individuo. Pero hoy en día, beber agua o comer lo que encuentras se ha convertido en un problema por la variedad de opciones que nos ofrecen el mercado, haciendo que esa necesidad se convierta en una pura tentación del deseo. Esto, tan simple, nos está llevando a no entender que es lo que necesitamos, ni a dar valor a eso que necesitamos.
Entrando en un roll donde pensar que tenemos todo lo que necesitamos con un simple clic. Esto está haciendo que nuestras vidas se han convertido como el animal que está acostumbrado a comer de lo que su amo le da y encima agradecido sin preguntarse con que finalidad. Esto puede parecer ostentoso para algunos, solo fijaros a donde está llegando la industria de la alimentación convertiéndose en un serio problema.
La necesidad o las necesidades
Tener necesidad no es lo mismo que cubrir las necesidades y, aunque cada uno lo disfraces a su manera, todos de alguna manera nos alejamos con frecuencia de nuestras necesidades básicas preguntándonos ¿por qué necesitamos lo que necesitamos? Cuando observamos diferentes individuos por el mundo como se las ingenian para cubrir sus necesidades donde en el primer mundo lo solucionamos con un golpe de tarjeta... Lo podemos encontrar divertido, incluso podemos interpretar que es debido a una mente desarrollada por su inteligencia pero no contemplamos el valor que le da ese individuo a ese ingenio comparado con la sensación que tenemos en el momento de abrir nuestro paquete, convirtiendo esa necesidad y esa ilusión en un vacío para la mente de una ilusión ya muerta.
La necesidad es una palabra curiosa. Observando, el mundo está lleno de necesidades. Por el otro lado, hay sectores que no saben qué hacer con el dinero, un elemento que se ha convertido en esencial en el mundo que vivimos. No voy a perder el tiempo con moralidades pero hay que reconocer que una es, la causante de la otra. Lo que podemos pensar que es básico para vivir para algunos, se puede convertir en un baño moral de razonamientos para justificar la miseria del individuo de la calle y la justificación de sus propios actos mientras se toma un whisky de 50 años y moviendo la próxima figura del tablero.
La necesidad no deja de ser una característica humana y, aunque las prioridades no sean las mismas para todos, hay como unos mínimos para vivir y compartir. La necesidad se nace con ella, es algo que nos acompaña toda la vida. Con los años le damos forma o intentamos calmar algunos aspectos de ella. Me pregunto: ¿Nacemos con amor? ¿Por qué se desvanece con el tiempo? No todos nacemos ni con la misma ternura, ni con la misma sensibilidad, ni con la misma empatía. Pero la primera sonrisa que desprende un recién nacido a los suyos, no deja de ser una manifestación de amor. Quizás el amor necesita de pequeños detalles, algo que en el mundo que vivimos cada día carece de valor, ya que los deseos y las necesidades acaparan nuestro día a día como una semilla que se cultiva lentamente y cuidadosamente para someter a la mente del individuo.
Empezar a definir esa diferencia puede ser muy complejo. Si lo interpretamos a nivel energético, la necesidad tiene tendencia contener la energía y el amor tiene la tendencia a liberarla. Esto tan simple tiene infinitos matices. Vamos a seguir matizando utilizando una tercera palabra imprescindible para entender el mejor funcionamiento de estas dos palabras (la necesidad y el amor). Esta no es otra que “consciencia”.
En el caso de la necesidad, no necesita de la conciencia para manifestarse. la necesidad se va manifestando por la vida como un motor que al individuo necesita satisfacer durante el proceso de la vida. Es el individuo el que mira de cubrir lo que necesita en cada momento, teniendo nociones conscientes de lo que necesitamos, pero es el deseo el que juega un gran papel, disfrazando una necesidad que deja de ser consciente para ser mental, convirtiendo nuestra necesidad en nuestra propia trampa, transformando la necesidad en deseo, dejando de lado lo que realmente necesitamos para crear un espacio en nuestra mente de una idea o ilusión donde no hay entrada para otras cosas. Aunque también tenemos que tener en cuenta que a veces nuestras propias circunstancias nos atrapan, convirtiendo una necesidad en nuestro propio guardián. Con los años gracias a la consciencia es la que nos ayuda a dar valor a nuestras necesidades, volviendo a lo esencial. Incluso rompiendo con duras realidades o con un vacío que no encuentra final.
El amor, estado de consciencia superior
En el caso del amor, no todo el mundo nace con la misma vibración, pero es injusto decir que la sonrisa de un bebe no es una manifestación de amor. Es una manifestación de vida, se nace con una consciencia genética y aunque puede sonar a un comentario elocuente, el amor tiene infinitas formas de manifestarse. El amor no desaparece pero cuando estructuramos nuestra vidas, le damos poca salida y, a veces, con el tiempo, ninguna, convirtiendo el amor en nuestro prisionero. Un prisionero que gracias a la consciencia, le llega ráfagas de luz y de esperanza que nos ayuda a pensar que sigue ahí.
El amor necesita de la consciencia para estar vivo. Eso es algo esencial. Cuando la consciencia actúa, el individuo puede renunciar o aceptar ese momento. La libertad de esa elección marca la diferencia. Pensar que la consciencia no está a la vasto de cualquiera y es el motor del amor. Hay personas que no tienen, ni sienten amor - algo que me costó entender. Tienen un cuerpo como el tuyo pero viven a muy baja frecuencia. Subir su frecuencia, para algunos, es algo muy complicado conseguirlo en una vida.
Vivimos en un mundo donde escasea el altruismo. Hacer algo por los demás sin querer nada a cambio es raro encontrarlo, por mucho que lo disfracemos o intentemos justificarlo. Incluso, algunos les gusta gravar su bondad con los demás o con la tierra que ya está bastante castigada. El deseo se ha introducido tanto en nuestras vidas que hasta el amor que podemos entender como cultural y social de la calle esta prostituido. Detecto intencionalidad en ello, llevando su interpretación en algo que mezcla conceptos, abandonando su esencia como si de un clínex se tratara. Hay ignorancia pero también hay dejadez. La comodidad se apodera de nuestras vidas y esto es como ese refrán que nos dice: “Pan para hoy, hambre para mañana”. Convirtiendo al individuo en un saco sin fondo que le cuesta satisfacer su vida porque desconoce vivir de otra manera, llegando a ser adicto de una ilusión de la que ha sido programado o, por lo contrario, vivir una vida mediocre viviendo dentro de una burbuja donde tiene todo y más de lo que muchos mortales podrían desear, pero vacío de valor.
El amor no necesita ser reconocido
El amor es una energía que no necesita ser reconocida, no busca respuesta, ni busca intencionalidad, ni pretende, ni engrandece el ego, ni busca retener. El amor se siente y nadie más puede entender su grandeza que el propio que la siente y eso es muy difícil de definir. ¿Querer a alguien y dejarlo marchar? O ¿Querer a alguien y quererlo retener en tu vida? Aunque el amor puede manifestarse en las dos situaciones. Siempre he observado que cuando queremos forzar una situación, el amor deja de existir, convirtiendo algo que pudo a ver sido puro, se convierte en alimento para ego. El cine americano y hoy día el mundial con el género romántico he indirectamente con otros géneros se ha alimentado mucho de esta idea. Dando entender que no luchamos suficiente, que aun podríamos haber hecho más, que si tenemos en un momento una temporada baja, que no nos llena nada o que estamos bajos. Nos recuerda que es lo qué en un momento determinado no hiciste suficiente, tendrías que haber luchado algo más, haciendo de nuestras vidas un caldo de frustración. Incluso nos enseñan que es lo que hicimos mal. Llenando nuestras casas de medicamentos que nos ayude a soportar tanta carga. Para el más iluso puede pensar en las buenas intenciones de estos productores, vamos a pensar que pueden hacer con su dinero lo que les plazca pero alimenta nuestra ignorancia o por el contrario son conscientes que el amor no da el dinero que ellos buscan, creando ideas lejos de nuestras realidades para alimentar una ilusión imposible de conseguir. Alejándonos de algo que si llevamos pero que la ilusión que nos proyectan hace difícil tener consciencia de ello, llegando a tal punto que nuestros razonamientos y lo que creemos que sentimos sobre lo que estamos viviendo es tuyo o es algo que viste el día anterior, ya que al final no sabes distinguir que es tuyo, volviéndote adicto de algo que no sabes si podrías llegar a vivir alejados del enchufe que cultiva nuestras mentes.
El amor no existe como estructura todo lo contrario el amor hace desvanecer cualquier estructura que mantenga firme una idea, un pensamiento o cualquiera de las razones. En el momento que vuelve cualquier esquicio que ayuda recuperar una nueva estructura, el amor se desvanece. El amor solo entiende de libertad pero no cualquier libertad, es una libertad con responsabilidad, ya que se siente desde dentro haciendo que nuestro cuerpo se expanda como una fuente de energía. Utilizar la responsabilidad para entender el amor parece como algo muy estructurado para hablar de una libertad que nos permite sentirlo y es todo lo contrario, es reafirmarte con todas sus consecuencias, es permitirte sentir todo aquello en ese momento porque te lo permites, sin miedo a sentir, a actuar, a hacer. Quien soy y todas mis circunstancias.
La importancia del amor
¿Por qué es importante distinguir la energía del amor? Vivimos en una época donde se utiliza más la palabra y donde menos tiene sentido. El amor esta capado, tiene muchos frentes que hace que solo sea una fachada y, aunque tenemos la suerte de tenerlo al ser la esencia del ser humano, perder esa parte de nosotros es incluso peor que la propia muerte.
El amor es una energía que transciende lo físico aunque no todas las personas lo tienen claro ni lo saben entender. Es por eso que se hace esencial para el humano cuidar de esta energía como parte de su existencia, Anularla permite que sean los otros los dueños de su vida y de su existencia a todos los niveles. Aquí no se trata de buscar culpables, se trata de sentir realmente lo que uno está viviendo y que necesita para vivir, sin crear prejuicios sobre el ajeno. Cada uno que asuma su propia responsabilidad sobre sí mismo.
El amor socialmente busca razonamientos para dar una idea global que encaje con el modelo social, convirtiéndole en una palabra más, con una definición que nos presta el diccionario con cuatro líneas, haciendo de esta palabra una más de un vocabulario que nos ayuda a convivir. Algo tan simple convierte la palabra en algo tan mortal como el propio individuo. Algo que no transciende y aunque lo podemos disfrazar o dar todo el empuje emocional que requiere ese momento, es devorado por la misma ilusión por la que fue creado en ese momento.
La necesidad hoy en día esta sobrealimentada y protegida por un sistema que necesita de la aducción del individuo al deseo para sobrevivir, no permitiendo que se relaje, proyectando la ilusión y activando el deseo para que la maquinaria del sistema no deje de funcionar. Esto provoca que el amor no tenga muchas salidas, esté como controlado, adormecido. Cuando se manifiesta en algún momento, rápidamente es sustituido por un pensamiento de necesidad o de deseo, o un razonamiento que permite encajar en la estructura que estamos viviendo, convirtiendo la manifestación del amor en ese momento energético de una inesperada visita.
Hay personas que han vivido esos momentos en alguna u otra ocasión y los persiguen como algo que está fuera de ellos, sin darse cuenta que lo llevan dentro. En el planeta existen muchísima gente que no necesita hablar de amor porque lo llevan dentro, aunque puede que no sean conscientes de ello. Sus actos lo demuestran y lo transmiten a los demás. Tenemos suerte que si no fuera a sin, este planeta ya de por si difícil, sería aun más complicado.
Algo de historia
El amor es una palabra que algunos estudios dicen que nace en el siglo XII gracias a una invención de trovadores para explicar en unas narraciones en occitano el romance entre dos personas como un todo, carnal y espiritual, sexual y emocional. Algo poco habitual en aquellos tiempos.
Por el contrario la vida de Jesús 2.000 años atrás, con la religión cristiana, nos hace mensajero del amor como la salvación de la humanidad. No hay nada despreciable en todo esto. “Vivir un todo con alguien” o “utilizar el amor como la salvación de la humanidad” es algo que no lo entendía hasta que comencé a compreender los mecanismos de la astrología y los comportamientos energéticos.
El individuo necesita para convivir reglas para relacionarse. Necesita crear un sistema que ayuda a que la comunidad funcione. ¿Hasta qué punto esta idea es nuestra?
Nuestras propias limitaciones como individuos hacen que necesitemos los unos de los otros. Como individuos ¿podríamos no depender de los demás? El ser humano está claro que no ha creado su realidad como ser consciente y conectado a su planeta. Como humanidad sí que podemos vivir infinitas realidades, pero esta, al paso que vamos, tiene punto y final.
Por suerte, nunca me he caracterizado como un visionario, esperando que la grandeza del ser humano me supere con un baño de realidad y que me deje sin palabras. El amor como salvación del ser humano es nuestra lección de vida.
Es difícil con este escrito definir la grandeza de esta palabra. Una de las cosas que tengo claro es que, si el amor fluye por el mundo y hace cambiar este mundo, es señal que el ser humano se ha liberado de su propia prisión, observando el mundo desde otra perspectiva y lo que venga bien recibido sea.
En la Edad Media la filosofía nos habla de cómo en ese periodo se comenzaba a identificar el “YO” como una evolución del propio individuo. Aunque había mentes que se supone ya antes habían sido introducidas la idea de la existencia del “YO”, fue ese periodo donde hubo una gran influencia de identidad. Estamos hablando de algo que sucede hace mil años atrás en la historia de humanidad. Descubrir la identidad. Mil años atrás aproximadamente de ese periodo, la religión con Jesús nos habla del amor al ajeno, que no deja de ser descubrir al “OTRO” y darte cuenta que es muy parecido a ti. Claro está que es muy difícil hacer un buen uso de esta idea si nosotros no nos conocemos, ya que el “YO” está lleno de interrogantes. Nos enseñan a buscarlos fuera de nosotros creándonos más confusión, convirtiendo la búsqueda en un búmeran donde las preguntas y las respuestas nunca tengan final, quedándonos atrapados en razonamientos que no son nuestros y que nos obligan a vivir con ellos y de ellos.
Espero que nos abrarnos a la idea de descubrir al “OTRO” con las mismas miserias y virtudes con las que podamos tener de nosotros mismos. Con ello quizás nos abriríamos la puerta del amor o, al menos, lo entenderíamos mejor.
Observar el amor
Cada vez que crees sentir amor y, a la vez, deseas algo de esa persona que se te manifiesta, cuesta definir qué es lo que estás viviendo en ese momento. Cada uno puede hacer su propia reflexión.
Lo primero que calmas cuando deseas y se te da, es la satisfacción. Dependiendo del grado de deseo, se convierte la satisfacción en algo placentero acompañado de un estímulo para el ego. Cada vez que sientas amor y la vez necesitas algo de esa persona o necesitas que esté, es una clara manifestación de dependencia y de carencia.
Se puede ser sensible, tener carencias, necesitar de los demás, desear algo del otro, querer estar con alguien. Cuando necesitas de los demás, piensa que lo que haces es cubrir tus necesidades. Cuando tengas atracción por el otro, eso no es amor. Cuando se corta la libertad al otro ¿es amor, dependencia o ego?
Cuando se exige, cuando se ataca, cuando se insulta, cuando se tiene celos, cuando tu autoestima esta baja, si todavía eres consciente, sal de ese bucle porque el amor hace tiempo que saltó por la ventana y los otros no son conscientes de ello. Tener necesidades no es una debilidad, ni nos tenemos que esconder, siempre y cuando seamos respetuosos con los demás, ya que los demás no siempre tienen las mismas necesidades tuyas, ni están obligados a tenerlas.
Despertar la curiosidad, interés o una atracción al otro no está reñido con el amor. Lo que estás alimentando es tu autoestima y su ego. Si eres consciente de ello, es más fácil que te entre el amor.
El planeta es otro abandonado, donde el amor que recibe es el mismo por el que la humanidad sigue con su lucha por encontrar su destino. Es la pura manifestación de la intoxicación que estamos viviendo, es la clara evidencia de la ausencia de amor.
Un planeta castigado por cubrir una necesidad sobrealimentada, donde los recursos se extraen como si fuéramos dueños de algo que nunca asido nuestro. Creando leyes o decisiones para su espolio y haciéndote entender que es lo mejor para nosotros y cuando te hablan del deterioro del planeta, curiosamente también te hacen responsable.
Y deja de nombrar al amor cuando no está. Cuando el amor se manifiesta, no necesitas ni mencionarlo, Lo que sentirás es tan fuerte que no necesitarás definirlo con palabras. Te darás cuenta de que está ahí.
El amor no está solo entre las personas, el amor está en todo lo que nos rodea. Solo necesitas sentir. Y, si lo observas, lo verás en los otros y en todo el planeta.