Reiki en tiempos de cambio

Marta Angulo Macias
7 Abr 2025 lectura de 7 minutos
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Reiki en tiempos de cambio: una herramienta para cuidar tu energía desde el alma.

Vivimos en un mundo que se mueve deprisa. La exigencia, las pantallas, las preocupaciones y los ritmos acelerados nos arrastran muchas veces a vivir hacia fuera, desconectados de lo que sentimos, de lo que necesitamos y, sobre todo, de nuestra energía.

Es muy común escuchar frases como “estoy agotada y no sé por qué” o “todo me sobrepasa, hasta lo más simple”. Y es que a veces no se trata de algo físico, ni siquiera emocional: es una llamada de tu sistema energético pidiendo atención.

Ahí es donde herramientas como el Reiki pueden convertirse en un antes y un después. No como algo mágico o externo, sino como una vía real de reconexión con tu interior.

¿Qué es el Reiki?

Reiki es una técnica de origen japonés que trabaja con la energía vital que nos rodea y nos atraviesa. Su nombre significa literalmente “energía universal (Rei) guiada por la energía vital (Ki)”.

Es un método suave y profundo a la vez. A través de la imposición de manos y la canalización energética, permite armonizar el cuerpo, la mente y las emociones, activando la capacidad natural del organismo para equilibrarse.

No es una religión, ni requiere creencias previas. Reiki se practica desde la presencia, la intención y el respeto por los tiempos y procesos de cada persona. Es apto para todas las edades y no tiene efectos secundarios. Puede integrarse fácilmente con otros tratamientos médicos o terapias, funcionando como un gran complemento para el bienestar integral.

¿Para qué puede servir el Reiki?

Las aplicaciones del Reiki son tan amplias como sutiles. Algunas personas lo utilizan para acompañar procesos de ansiedad, insomnio o estrés. Otras, como vía de autoconocimiento o incluso en momentos de duelo o cambio vital. También puede ser una gran herramienta para quienes sienten que han perdido el rumbo, o necesitan reconectar con su propósito o su intuición.

Cada sesión es diferente, porque lo que se mueve es lo que tú necesitas en ese momento. No se impone nada desde fuera: es la sabiduría del cuerpo energético la que guía la experiencia.

Entre los beneficios más comunes se encuentran:

  • Sensación de paz interior
  • Regulación emocional
  • Alivio de tensiones físicas
  • Claridad mental y mayor conexión con uno/a mismo/a
  • Mejora del descanso y del sistema inmune
  • Aumento de la vitalidad y la creatividad

Pero más allá de los efectos visibles, hay algo más profundo que sucede: una reconexión con tu energía, con tu esencia, con lo que eres de verdad.

Reiki como camino, no solo como técnica

Quienes practican Reiki de forma regular suelen decir que no solo reciben beneficios en las sesiones, sino que su mirada sobre la vida cambia. Se vuelven más conscientes de sus pensamientos, más sensibles a lo sutil, más responsables de su energía y su vibración.

Aprender Reiki puede ser también un camino de vida. A través de su práctica cotidiana, empiezas a conocerte, a escucharte, a sostenerte sin depender de nada externo. Empiezas a confiar más en ti, en tu intuición, en la vida.

En tiempos de tanto movimiento colectivo, aprender a cuidar tu energía se vuelve una necesidad, no un lujo. Reiki puede ser una de esas herramientas que te devuelvan a ti misma, a tu centro, a tu calma. No necesitas tener ningún “don especial”, solo abrirte a la posibilidad de que tú misma puedas ser tu canal de sanación.

Reiki y la protección del campo energético

Muchas personas altamente sensibles o empáticas suelen absorber las energías y emociones de quienes las rodean, lo que puede generar una sensación de agotamiento o desequilibrio. El Reiki actúa fortaleciendo nuestro campo energético y electromagnético, creando una especie de "escudo" que nos ayuda a mantener nuestra propia energía intacta.

Al practicar Reiki regularmente, es posible establecer límites energéticos más claros, evitando así la sobrecarga emocional derivada de la absorción de energías externas. Esto es especialmente importante para quienes se sienten muy porosas o afectadas por el entorno.

¿Cómo empezar?

Puedes probar la energía del Reiki a través de una sesión individual, como una primera toma de contacto. Es una energía cuidadosa y sutil, que trabaja de forma progresiva, y cuyos efectos suelen sentirse con más claridad a medio y largo plazo.

Si deseas aprender Reiki para practicarlo en tu día a día, es importante saber que este camino comienza con una iniciación energética realizada por un maestro o maestra de Reiki. Esta iniciación es un momento especial en el que se abren los canales energéticos para que puedas canalizar esta energía de forma consciente y segura.

Es recomendable que el curso lo imparta un maestro certificado, preferiblemente perteneciente a alguna asociación reconocida, como la Federación Española de Reiki, que vela por la transmisión correcta y respetuosa de la técnica.

Reiki no requiere conocimientos previos, ni experiencia espiritual, ni ningún “don especial”. Solo una cosa: el compromiso de practicar el autotratamiento de forma regular. Es a través de esa constancia como podrás experimentar los verdaderos beneficios de esta herramienta.

Reiki en el ámbito clínico y estudios científicos

A lo largo de los años, el Reiki ha sido incorporado en diversos entornos clínicos como terapia complementaria. En Estados Unidos, por ejemplo, se ha convertido en una de las tres terapias complementarias más utilizadas en hospitales, siendo apreciada tanto por pacientes como por cuidadores.

Según la IARP (International Association of Reiki Professionals), más de 800 hospitales en EE.UU. han ofrecido Reiki como parte de sus servicios de bienestar y apoyo complementario, valorándolo por su capacidad para reducir el estrés, promover la relajación y mejorar la experiencia del paciente.

Aunque la evidencia científica aún está en desarrollo, y muchos estudios no cumplen con estándares médicos tradicionales, los beneficios subjetivos reportados por quienes reciben Reiki son numerosos: mejor descanso, alivio emocional, menor percepción del dolor, y una sensación general de bienestar.

Reiki: de tendencia popular a práctica atemporal

Entre 2010 y 2012, el Reiki vivió un auge muy fuerte. Estaba presente en redes sociales, medios de comunicación, talleres y formaciones por todo el mundo. Sin embargo, con el paso de los años, su visibilidad ha bajado. Y esto puede hacer creer que "pasó de moda".

Pero el Reiki no es una moda: es una práctica atemporal, con raíces profundas y efectos reales. Su valor sigue intacto, aunque no esté en tendencia. A veces, lo más poderoso es precisamente lo que no hace ruido. Reiki sigue siendo igual de bueno, igual de efectivo, igual de transformador que siempre.

Cuidar tu energía es cuidarte a ti. Y Reiki es una forma amorosa, suave y poderosa de empezar. En momentos de cambio, la mayor fortaleza está en tu interior. Tu energía es tu recurso más valioso. Aprender a habitarla, sostenerla y alinearla puede marcar una gran diferencia en cómo vives lo que te sucede.